La Jornada 1 de julio de 1998

AN y PRD: mensaje provocador; PRI: fue conciliador

Juan Manuel Venegas y Mireya Cuéllar Ť El Partido Acción Nacional (PAN) rechazó el discurso del presidente Ernesto Zedillo porque divide, confronta, provoca y parece responder a ``una estrategia mercadotécnica que tiene como fondo la polarización y la guerra''.

Asimismo, demandó que se revise la actuación jurídica y política del Ejército en Chiapas, para que ``deje de hacerle la tarea'' al gobernador Roberto Albores, y pidió del jefe del Ejecutivo evitar la polarización y las acusaciones, porque el silencio (del EZLN) no se combate con ``bravuconadas''.

Por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, su vocero oficial, Javier Corral Jurado, advirtió que la oratoria del presidente Zedillo ``no es la más conciliatoria y no contribuye a distender el ambiente que se vive en Chiapas. Su radicalismo verbal, lejos de generar un clima de conciliación, concordia, armonía y búsqueda de consensos, tensa aún más la situación''.

Por su parte, el diputado Germán Martínez Cázares, presidente saliente de la Cocopa, consideró que el primer mandatario no fue a Chiapas a convidar al diálogo, sino a acusar y a confrontar. Responsable la semana pasada de dar a conocer un acuerdo entre Cocopa y la Secretaría de Gobernación para un plan general de distensión en Chiapas, Martínez Cázares no ocultó su malestar por el nuevo tono gubernamental.

A pesar de ello, espera que la propuesta que el coordinador gubernamental para el diálogo, Emilio Rabasa, se comprometió a entregar este jueves, no corresponda al tono de Zedillo ayer en Simojovel.

``Quiero pensar que sigue firme el paquete de propuestas para la distensión que acordamos con Gobernación. Sinceramente no esperábamos el discurso presidencial, ni su tono, pero bueno, habrá que esperar la propuesta de Rabasa y ojalá no venga en el mismo tono que utilizó hoy el presidente Zedillo'', dijo en entrevista en el CEN panista.

Necesario, revisar la pertinencia jurídica y política de la actuación del Ejército

Sobre la presencia del Ejército en Chiapas y la advertencia de Zedillo de no mover a las tropas destacamentadas en esa entidad, Martínez Cázares explicó: ``Nadie ha pedido que el Ejército salga totalmente de Chiapas, sino que lo haga de aquellas comunidades en las que su presencia es ocasión de odio y encono. En muchas comunidades los habitantes piden que se incremente la presencia militar, así lo hemos dicho los integrantes de la Cocopa, pero también hay otras comunidades en donde no es querido, no es deseado ni admitido''.

Es en este caso, agregó el diputado, donde la Cocopa está haciendo un esfuerzo ``para que el Ejército asuma una función de Estado, por encima de los odios de las comunidades. Y por eso, es necesario revisar la pertinencia jurídica y política de la actuación del Ejército como coadyuvante del Ministerio Público local, es decir, como el que le hace la tarea a Albores.

``Resulta necesario revisar su actuación en el cumplimiento de órdenes de aprehensión locales, como ocurrió en el caso de El Bosque. El Estado debe cuidar la categoría principalísima que tiene el Ejército y no dejarlo al arbitrio de intereses locales ni hacerlo motivo de enconos. La actuación del Ejército debe ser siempre motivo de paz'', subrayó.

Corral Jurado advirtió que la distensión en Chiapas ``no sólo debe ser militar y paramilitar, sino que debe ser una distensión discursiva, mental y verbal. El Presidente no puede sustituir la fuerza de las armas por la fuerza y la radicalidad de las palabras, porque conducen a lo mismo. Zedillo habló como parte en el conflicto, pero con un lenguaje de confrontación y de provocación que definitivamente no ayuda a la paz''.


Enrique Méndez, enviado, y Alfredo Valadez, corresponsal, Zacatecas, Zac., 1o. de julio Ť Al lamentar el tono del discurso presidencial sobre Chiapas, el dirigente nacional del PRD, Andrés Manuel López Obrador, insistió en que ante el panorama de ``desencuentros políticos debe iniciarse la negociación, firma y ejecución de un pacto de gobernabilidad, en el que el partido participaría si se destraban cuatro puntos fundamentales'', entre los que resaltó una salida negociada al conflicto armado en aquella entidad para atender las condiciones mínimas que ha expuesto el EZLN, así como las causas que dieron origen a ese movimiento y a los de Oaxaca y Guerrero.

Estableció que el PRD no está cerrado a escuchar otras propuestas al respecto y afirmó que es momento de ``renunciar a posiciones ideológicas fundamentalistas y conductas políticas obcecadas y de orgullo personal''. Si queremos la unidad nacional y reencauzar al país todos, sin excepción, tenemos que hacer concesiones, no a los adversarios, sino a México, subrayó.

Durante el cierre de campaña del candidato perredista a la gubernatura del estado, Ricardo Monreal Avila, López Obrador expresó su desacuerdo con el discurso del presidente Ernesto Zedillo porque, dijo, ``no es con acusaciones ni alebrestando como se encontrará una salida al conflicto'' en Chiapas y consideró que, por el contrario, es tiempo de asumir posiciones serenas y responsables. ``El Presidente -continuó- debe cuidar su investidura porque no es formalmente un jefe de grupo, un jefe de partido; es un jefe de Estado, de modo que lamento el tono del discurso y las acusaciones.''

Asimismo, subrayó que el PRD no apuesta al derrumbe del país bajo la creencia de que la renovación de México implique que ésta se construya sobre sus escombros.

``El PRD apuesta a la renovación nacional por el camino de la concordia. Nosotros conocemos la historia y los mexicanos sabemos que cuando nos hemos dividido la nación ha perdido territorio, soberanía y libertad. Hoy que vivimos momentos de incertidumbre económica, desencuentros políticos y violencia que tiene raíces en la injusticia, es tiempo de reencontrar un camino de concordia y de trabajo en torno a un nuevo proyecto nacional que a todos nos incluya, sobre la base de la justicia, el derecho y la democratización del país'', expresó.

Sobre el pacto de gobernabilidad, abundó que éste tendría que destrabar y resolver cuatro asuntos básicos. El primero implicaría la revisión a fondo de la política económica, dejando a un lado el propósito actual de privilegiar los intereses financieros sobre las exigencias sociales y aun sobre el interés público, y encaminarse a diseñar la política económica de Estado que propuso el presidente Zedillo en su tercer informe de gobierno.

El segundo se refiere al compromiso de garantizar elecciones limpias y libres, evitando la utilización del presupuesto público, ``que es dinero de todo el pueblo'', para favorecer a candidatos del partido en el gobierno. ``Tenemos que darle a la democracia mexicana -dijo- la misma certidumbre que se exige para la economía''.

Planteó también que, ante la pobreza creciente en el país, el PRD considera indispensable establecer una política social de Estado que otorgue al bienestar de los mexicanos el mayor rango, a través de una reforma a la Constitución y a las leyes secundarias. Se trata, explicó, de que todos tengan derecho a la educación, a la salud, a la vivienda y a una atención digna durante el retiro por enfermedad y edad avanzada, y que el Estado se encargue de obtener la cooperación equitativa, proporcional y justa de toda la sociedad, para hacer efectivos estos derechos sociales.

En este contexto, agregó, el cuarto punto requiere que se pacte la paz negociada en Chiapas, con el compromiso de atender las condiciones mínimas de los zapatistas para reiniciar el diálogo, y a partir de ello atender las causas, ``es decir, la injusticia y la opresión'' que han dado origen a ese levantamiento armado y a los de Guerrero y Oaxaca.

``Debe recordarse esa frase célebre según la cual para lo único que no sirven las bayonetas es para sentarse encima de ellas'', señaló.

Finalmente estableció que con estos puntos el PRD está dispuesto a participar en el pacto de gobernabilidad que propuso y a escuchar otras propuestas para llegar a soluciones que permitan darle certidumbre económica, estabilidad política y paz social a la nación.


Mireya Cuéllar y David Aponte y Notimex Ť El dirigente nacional del PRI, Mariano Palacios Alcocer, afirmó ayer que el presidente Ernesto Zedillo mantiene una línea permanente de respeto y diálogo para alcanzar la paz en Chiapas, y añadió que la concertación promovida por el jefe del Ejecutivo ``es una política que con claridad viene aplicando el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa''.

Entrevistado en Chihuahua en relación con las declaraciones que hizo ayer mismo el presidente Zedillo, Palacios Alcocer dijo que todos los sectores políticos y sociales involucrados en Chiapas ``estamos obligados a buscar un punto de concertación y entendimiento conforme a derecho y con un alto sentido de la política''.

El dirigente priísta arribó a la capital del estado de Chihuahua en tránsito rumbo al muncipio de Cuauhtémoc, en donde el candidato del PRI al gobierno estatal, Patricio Martínez, efectuó un mitin de cierre de su campaña electoral.

Mientras en la Cámara de Diputados el priísta Efraín Zúñiga Galeana, presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas, tuvo como reacción a las declaraciones del presidente Zedillo un reclamo al Senado de la República por ``no cumplir con sus obligaciones constitucionales'' y dictaminar las iniciativas en materia indígena que tiene pendientes, el vocero de la Corriente Renovadora del PRI, Sergio García Ramírez, se manifestó por ``una salida pactada, incruenta y no violenta al conflicto'' chiapaneco.

``La verdad es que a mí me preocupa que el Senado no actúe en función de la formulación del dictamen para la reforma indígena ¿no? Y que el orden constitucional de México, consagrado por los mexicanos esté enentre dicho ¿no? Y que el Senado no sea capaz de hacer respetar el orden constitucional'', comentó Zúñiga Galeana .

En tanto García Ramírez se declaró, a titulo personal -porque la CR todavía no discute propuestas concretas sobre el tema-, por una solución política al conflicto en Chiapas porque ``es una aspiración de la inmensa mayoría del pueblo mexicano''.