El Banco de México no detalló las razones que lo llevaron a restringir aún más la política monetaria. Sólo dijo que, para evitar mayores presiones inflacionarias, era necesario reducir la cantidad de circulante en otros 30 millones de pesos diarios.
El problema radica en que la incertidumbre económica presiona fuertemente al mercado cambiario, por lo que el propio Banco de México ha tenido que inyectar hasta 200 millones de dólares cada vez que hay movimientos intempestivos. Además, el consumo privado se mantiene en niveles elevados; es decir, la gente sigue gastando mucho, especialmente en bienes duraderos y de consumo, lo cual se traduce en mayor inflación.
Evitar el sobrecalentamiento de la economía, sobre todo cuando las perspectivas apuntan hacia la recesión, es el objetivo de retirar circulante, lo que llevará al aumento de las tasas de interés (es decir, al encarecimiento del dinero) para que éstas sean competitivas en comparación con la posesión de dólares en efectivo.
En suma, mantener controlada la inflación y evitar que el dólar sea más atractivo que los rendimientos, especialmente los de inversiones bursátiles, son las razones de que el Banco de México haya aumentado el llamado corto, sobre todo cuando la inestabilidad de los mercados bursátiles ha puesto nerviosos a los inversionistas, quienes buscan garantizar sus ganancias.
Capitales hasta por 5 mil millones de dólares han estado saliendo del país por la incertidumbre que han generado diversos factores externos e internos, entre ellos el impacto que tendrán en las cuentas gubernamentales los pasivos acumulados por el Fobaproa, que seguirán ahí en tanto no se aclare si quienes se acogieron a los programas de compra de cartera vencida cometieron irregularidades.
Los efectos del retiro de circulante serán de nivel macroeconómico; sin embargo, paralelamente se busca reducir el consumo, lo que a nivel microeconómico se traduce en más carestía.
Mele
El procurador Samuel I. del Villar debe de tener picada la cresta en el caso de IBM, pues si no comprueba las acusaciones contra el llamado gigante azul, su descrédito será tan grande como el que ha acumulado el gobierno del Distrito Federal en numerosos casos, no sólo policiacos (como el de El Chucky), sino de índole administrativa (los aviadores que no eran tales)... Ex cooperativistas del periódico La Prensa presentaron ante el juez civil una demanda de nulidad por las irregularidades presuntamente cometidas en el proceso de liquidación, a cargo de Mario Santaella de la Cajiga, Mario Santaella Herrera, Augusto Corro Ortiz, Carlos Peláez, Juan Manuel Hernández, Celia Cruz y Antonio Pérez Vieytez. Asimismo, se demanda anular la venta de Editora de Periódicos S. C. L. La Prensa porque a la asamblea general sólo se le informó que había una propuesta de compra de Carlos Abedrop Dávila. Nunca se puso a discusión la venta del periódico y los cooperativistas no votaron esa operación. También se demanda anular la liquidación de Reforma S. C. L., empresa que administraba el estacionamiento de Basilio Vadillo 29, propiedad de La Prensa y que fue vendido por Juan Nieto Martínez, en una operación que tampoco aprobó la asamblea de cooperativistas.