La Jornada 29 de junio de 1998

Episcopado: rebasaron o corrompieron los cárteles estructuras de gobierno

José Antonio Román Ť La lucha entre los cárteles del narcotráfico han convertido a México en un escenario de muerte y violencia que las fuerzas gubernamentales no pueden contener, ya sea porque ha desbordado su control o por la complicidad que ha corrompido muchas estructuras, principalmente la policiaca, afirmó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Además, la situación actual está agudizada por la situación geográfica que sitúa al país en el corredor de transportación e ingreso de droga proveniente de otras naciones y que tiene como destino Estados Unidos, se dice en un documento episcopal que incluye las aportaciones de la CEM al Congreso Eclesial sobre el Problema de las Drogas, realizado Roma.

Entre las propuestas que plantea la jerarquía católica mexicana está la de unir a la comunidad nacional en una gran campaña que promueva los valores cristianos de la vida y la salud, frente a los antivalores de la farmacodependencia y el narcotráfico. En esa batalla, se dice, ``deben borrarse los abismos y la incomunicación que existen entre la Iglesia y el gobierno mexicano'' en materia de adicciones.

Ello implica comprometer a todos los sectores sociales, como sujetos de su propio cambio, a atacar la drogadicción no sólo como un problema social o de enfermedad, sino como un factor de desestabilización familiar, comunitario y nacional, se señala en el texto Solidaridad para la vida, preparado por la Comisión de Pastoral de la Salud de la CEM.

Asimismo, se considera importante incrementar las campañas contra el tabaquismo, el alcoholismo y la distribución de drogas en las escuelas, además de establecer un sistema antidoping para detectar a tiempo el problema de las adicciones. En sus aportaciones, el Episcopado sugiere que la prevención de las adicciones se inicie entre los 8 y 14 años, en virtud de que las estadísticas señalan que un elevado número de menores ha comenzado a consumir drogas entre esas edades.

Se plantea como urgente que las diócesis y sus pastores se sensibilicen no sólo para ayudar a los drogadictos, sino que se unan fuerzas con los diversos programas de la sociedad civil y el gobierno mexicano y se lance una campaña nacional de prevención de la farmacodependencia.

Se recomienda que obispos y sacerdotes asuman un ``empeño evangelizador'' para coordinar y apoyar las iniciativas que ya existen en sus circunscripciones. ``Todas las propuestas y esfuerzos deben sumarse. Deben borrarse también todos los abismos de incomunicación''.

Respecto a la pastoral juvenil, el Episcopado sugiere que motive auténticamente a los jóvenes con el fin de que como cristianos comprometan sus energías para oponerse y denunciar como verdaderos profetas ``la cultura de la muerte'' que quiere encadenarlos. ``Se deben entusiasmar a los sacerdotes que asesoran grupos juveniles a dinamizar esa lucha contra la farmacodependencia'', se propone en el citado documento.