La Jornada Semanal, 28 de junio de 1998
Del fondo del alma
le llegó tan sólo la palabra de los muertos
y
una maldad de campanas amansada
en la niebla del tiempo
Fue
huésped de pequeños países
y amo lírico de tierras por venir
Con
avaricia la historia
lo ha puesto al fin en su lugar
Gritad
ahora vosotros
muros doloridos de la ciudad de Nápoles
o mudas
barcas ancladas
bajo la mustia luz de Torre del Greco
gritad y
cantad la gloria de este noble
señor a quien habrán de añorar
todos
los poetas huérfanos del futuro
Sabed que no tuvo mejor
amiga
que su imagen difusa en el fondo
secreto del
espejo
Fueron así tan grandes su soledad
y el arte con que
embelleció su sudario
la doble armonía
de aquel dolor al que se
mantendrá aferrado
para siempre
la pérdida de la
memoria:
bajo su cuerpo infiel
la pagana razón de la
existencia
mas con la pluma
el enigma inalcanzable de su
reino
*De Raó d'atzar, Edicions 62, Barcelona, 1990. Traducción de Teresa Férriz y Carlos A. Guzmán.