Masiosare, domingo 28 de junio de 1998


La morralla partidista a examen: Partido Alianza Social


Un recipiente de
expanistas y
sinarquistas


Jesusa Cervantes


El PAS quiere ser ``el recipiente'' de los desplazados, pero también representa la línea de continuidad del sinarquismo que, una y otra vez, ha perdido el registro electoral. Es una de las diez organizaciones que quieren registro de partido. Una mezcla de viejos líderes desplazados del PAN antiguos militantes de la Unión Nacional Sinarquista.

Antiguo héroe de la ``resistencia civil'' panista, el sonorense Adalberto, El Pelón, Rosas terminó vapuleado en el partido donde militó por décadas. En el 2000 quiere ir por la grande.

Pablo Emilio Madero, dos veces candidato a la Presidencia de la República, presume conservar dos cosas de su tío abuelo Francisco Indalecio: las ganas de ``luchar hasta el fin'' por la democracia y un santo que le heredó la tía Sarita.

En el otoño de sus vidas políticas, ambos personajes han reunido algunas de las disidencias locales del PAN con los polvos de aquellos lodos de la Unión Nacional Sinarquista (UNS), para fundar un nuevo partido que quiere negar su origen, pero no puede.

Catorce de los 24 dirigentes nacionales del PAS vienen de la UNS.

``El sinarquismo está vivo, formó el PDM y aunque ya no está en el PAS, hay bastante congruencia entre ambos'', dice Madero.

A las entidades y regiones donde el sinarquismo sentó sus reales -las zonas de batalla de los cristeros-, se añaden expresiones locales de la disidencia panista, aderezadas con algunos disidentes de otros minipartidos, como el Auténtico de la Revolución Mexicana.

Claro, la mayor expresión regional corresponde a la Sonora de El Pelón Rosas, quien quiere atraer a su nuevo partido a 15 mil seguidores que dice tener.

* * *

El año pasado, el antecedente del PAS, el Partido Demócrata Mexicano -ya disuelto-, recibió 17 millones 720 mil pesos como prerrogativas electorales.

De lograr el PAS su registro, podría contar, a partir de agosto de 1999, con unos 20 millones de pesos y con el doble para el 2000. Nada mal para una fuerza que no ha podido tener, en sus 27 años de existencia, ni un solo diputado federal y que en 1997 alcanzó apenas 190 mil votos sobre un padrón de 53 millones de personas.

Para obtener el registro, el PAS requiere demostrar que tiene 70 mil miembros. Sus dirigentes dicen que rebasarán la cifra con 30 mil más. El PDM lo hizo varias veces.

Decisiones caprichosas

``En el PAN las decisiones son caprichosas, sujetas a lo que diga el presidente Felipe y el comité político, por eso renuncié y por dignidad'', reconstruye Adalberto Rosas.

El Pelón, conocido por la marcha de mil 600 kilómetros que realizó en 1985 para denunciar el fraude electoral cuando contendió por la gubernatura de Sonora, abandonó el PAN luego de una larga serie de acusaciones en su contra, que lo ligaban al ex gobernador Manlio Fabio Beltrones.

El año pasado, El Pelón Rosas hizo alianza electoral con el PRD, gracias a lo cual ese partido pasó de 10 a 33% de la votación en Sonora, argumenta la diputada federal Alma Vucovich, quien ganó un distrito de mayoría como parte de la alianza con los perredistas.

El Pelón valora que el PAS dará a sus miembros ``la opción que ningún otro puede dar: que los militantes elijan a sus propios candidatos en cada municipio''.

Con la inyección de la disidencia panista y nuevas siglas, los sinarquistas esperan que no se repita su tragedia electoral de 1997, cuando, sólo como ejemplo, Baltazar Valadez Montoya, candidato a la jefatura de gobierno en el Distrito Federal, apenas logró 0.42% de los votos, abajo incluso del promedio nacional, que fue de 0.66%.

La base del PAS

José Antonio Calderón Cardoso, presidente del PAS, repite una y otra vez que el sinarquismo no será ``el piso'' que sostenga al partido y que a la dirigencia entrará de todo.

Dice que el nuevo partido se nutre de ex militantes del PDM, de las escisiones del PAN y el PARM y de organizaciones no gubernamentales.

El PAS, afirma, va a ``ser un recipiente dirigido a los que sienten que en su partido no hay espacios''.

La vertiente sinarquista está bien representada por personajes como el ex dirigente de la UNS y ex candidato presidencial Ignacio González Gollaz.

Además de Madero y Rosas, entre los ex panistas hay líderes locales como Humberto Díaz, que fuera regidor en Metepec, estado de México; Gilberto González, de Dolores Hidalgo, Guanajuato; y José Guadalupe Esparza, ex diputado federal.

Las bases sinarquistas, según Calderón, están en el estado de México, Guanajuato, Michoacán, Sonora, Colima y algunas zonas de Nuevo León y San Luis Potosí, donde incluso gobiernan el municipio de Cedras.

Del extinto PARM, el nuevo partido cuenta con Miguel Angel Santiago y José Luis Herrera.

El PAS cuenta además con líderes de varios membretes que van de las Células Empresariales a la Confederación Mexicana de Cultores de Belleza.

El PAS, uno de los diez partidos que han solicitado registro, es el único que nace con una infraestructura mínima, herencia del PDM.

Entre sus postulados están evitar la explotación del hombre por los sistemas neosocialistas, neoliberales o neofacistas, así como la lucha contra el ``individualismo neoliberal'' y las diversas formas del ``colectivismo neosocialista''.

kk