La Jornada 26 de junio de 1998

Desplazados de Las Abejas decidieron no regresar ante amenazas de paramilitares

Elio Henríquez y Angeles Mariscal, corresponsales, San Cristóbal de las Casas, Chis., 25 de junio Ť El obispo Samuel Ruiz confirmó la noche de este jueves que él y su coadjutor Raúl Vera López no acompañaron hoy a los desplazados de Chenalhó que pretendían retornar a las comunidades de Los Chorros y Yibeljoj, debido a que había amenazas de que serían secuestrados por el grupo responsable de la matanza de Acteal quien solicitaría, a cambio, la liberación de todos los presos acusados de ese crimen ocurrido hace seis meses.

En Tuxtla Gutiérrez, mientras tanto, la secretaria de Gobierno, Areli Madrid Tovilla, y representantes de Los Chorros y Yibeljoj , al igual que el presidente de Chenalhó, Pedro Mariano Arias, aseguraron que en ningún momento se amenazó o puso en peligro la vida de los 850 desplazados que intentaban retornar a esas comunidades y, al contrario, eran esperados por unos 700 habitantes para darles la bienvenida.

Madrid Tovilla estuvo acompañada por Bartolo Pérez Jiménez y Antonio Entzin López, habitantes de Yibeljoj y Los Chorros, quienes señalaron que ``no hay paramilitares, no había gente armada en las comunidades, estábamos reunidos pero no para amenazarlos, nadie los agredió, sólo queríamos el regreso de nuestros hermanos''.

Mariano Arias, por su parte, calificó como ``una mala obra, un montaje de teatro'' por parte de los obispos de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, la negativa a permitir el retorno de los indígenas, incluso los acusó de intentar confrontar nuevamente a los priístas y cardenistas con los militantes del grupo Las Abejas.

Sin embargo, al término de la misa celebrada por la noche en San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz expuso que ``en la mañana de hoy nos dijo un sacerdote de toda confianza que los integrantes de Las Abejas habían tenido información sobre una reunión efectuada anoche en Los Chorros, con la presencia de las autoridades priístas de Chenalhó y de siete u ocho gentes pertenecientes al movimiento armado que intervino en Acteal.

``Por tanto, sabían que el pensamiento de estas personas era dejar pasar a los desplazados y a los obispos, y luego cerrar la carretera para tenernos como rehenes y solicitar al gobierno la salida de todos los presos acusados de la masacre de Acteal'', concluyó el prelado.

En otro orden, el gobernador Roberto Albores Guillén señaló que no permitirá que ninguna otra instancia discuta el problema de los chiapanecos, al ser interrogado acerca del ``paquete de distensión'' para Chiapas acordado por la Secretaría de Gobierno y la Comisión de Concordia y Pacificación.

``Que quede bien entendido, somos los chiapanecos, aquí en Chiapas, los que vamos a decidir nuestro destino, no habrá impasse para la aplicación del estado de derecho ni ninguna tregua para la impunidad'', subrayó el gobernador al hacer referencia a los operativos para disolver los municipios autónomos organizados por los zapatistas.