La Jornada 26 de junio de 1998

Dejarán de recibir bancos comerciales $30 millones de su demanda diaria

Roberto González Amador Ť La junta de gobierno del Banco de México decidió ayer restringir por segunda ocasión en este año la oferta de dinero, ante presiones inflacionarias no previstas que ponen en riesgo el crecimiento de la economía nacional.

A partir de este jueves, el Banco de México proporcionará a los bancos 30 millones de pesos menos sobre la demanda diaria de base monetaria (es decir, billetes y monedas), lo que en términos técnicos se conoce como dejar corto al sistema.

Además de anunciar una política monetaria más restrictiva para el resto del año, el banco central señaló que el entorno externo hace necesarias acciones de política económica --cuya dirección es responsabilidad del Poder Ejecutivo-- ``que reduzcan en la medida de lo posible los afectos adversos de los choques, con el propósito de mantener el ritmo de la actividad económica y la creación de empleos''.

El Banco de México admitió que en las últimas semanas se han registrado presiones inflacionarias no anticipadas cuando se formuló el programa de política monetaria para 1998, en el cual el organismo calculó que los precios crecerían 12 por ciento anual en promedio.

La medida anunciada ayer es una ampliación de otra similar dada a conocer el 11 de marzo, cuando el banco central determinó aplicar un corto de 20 millones de pesos diarios.

En términos prácticos, el corto significa que el banco central entregará a los bancos comerciales 30 millones de pesos menos de la demanda diaria de medios de pagos. Hasta el miércoles, la restricción era de 20 millones de pesos diarios.

De acuerdo con el organismo, la restricción monetaria se debe a la posibilidad de que la inflación aumente más de lo previsto. La mayoría de especialistas coincide en que el incremento será de 14 por ciento, contra el 12 por ciento calculado por el banco central.

El Banco de México aseguró ayer que la inflación adicional observada en las últimas semanas se debe principalmente al aumento a la tortilla (que entró en vigor el primero de junio) y a los aumentos de precios asociados con la depreciación del peso.

Según el banco central, la devaluación del peso, que hace dos semanas llegó a cifras históricas de 9.04 por dólar en el mercado interbancario, ha sido ocasionada por factores externos, principalmente la caída de los precios del petróleo y la crisis asiática.

``La desmejora de las expectativas inflacionarias es indeseable, ya que puede influir en la propia dinámica inflacionaria y afectar negativamente la perspectiva del tipo de cambio. Todo ello puede traducirse en mayores tasas de interés tanto nominales como reales por periodos prolongados y perjudicar el crecimiento económico nacional'', aseguró la junta del Banco de México.

En este contexto, ``lo conducente es adoptar una política monetaria más restrictiva'', congruente con la lucha contra la inflación, pues sólo si el crecimiento de los precios se reduce en forma sostenida podrán observarse bajas duraderas de los costos real y nominal del crédito y, por tanto, se favorecerán el desarrollo económico y el bienestar de la población.

Analistas pronosticaron que la medida anunciada por el Banco de México frenará el crecimiento de la economía, que ya comenzó a mostrar señales de desaceleración, las cuales serán más palpables en la segunda mitad de este año.