La Permanente indagará presunta presencia militar de EU en Chiapas
Andrea Becerril y Alonso Urrutia Ť La Comisión Permanente del Congreso de la Unión comenzará investigaciones para esclarecer el presunto involucramiento y, en su caso, el nivel de participación militar de Estados Unidos en el conflicto de Chiapas.
La propuesta en ese sentido la presentó en tribuna el diputado Gilberto López y Rivas, del PRD, quien refirió datos y cifras contenidos en una amplia investigación realizada por Bryan Wilson, donde se da fe de la intervención de fuerzas armadas y de inteligencia estadunidenses, ``para apoyar la lucha contrainsurgente del gobierno mexicano contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional'' (EZLN).
Tal intervención se materializaría con la presencia en la zona de conflicto de asesores estadunidenses; el uso de helicópteros, destinados originalmente a la lucha contra el narcotráfico, en acciones contra los zapatistas, y la participación de agencias de inteligencia para detectar la identidad de los dirigentes zapatistas, en especial del subcomandante Marcos.
López y Rivas leyó un escrito, firmado por él y un grupo de ciudadanos que piden investigar a fondo las denuncias documentadas en ese estudio de Wilson -un luchador social, veterano de la guerra de Vietnam-, titulado Slippery slope: the US militar intervention in the Chiapas conflict, que el diputado tradujo como La pendiente resbalosa: la intervención militar estadunidense en el conflicto en Chiapas.
En el documento, detalló López y Rivas, se dan nombres de asesores militares de Estados Unidos que operan en Chiapas, entre ellos ``el teniente coronel Alan Hassam Sánchez, el mayor John Kevin Kord y el teniente coronel Propp''.
Igualmente, se señala la estancia de agentes de campo en la entidad chiapaneca, y se alude a la identificación de uno de ellos, llamado Symington.
Actividades de del ejército de EU, la CIA y el FBI
El texto de Wilson incluye un amplio listado de actividades realizadas por soldados y miembros de agencias de inteligencia del vecino país, como la CIA y el FBI, en territorio mexicano, precisó López y Rivas, y enumeró algunas:
La utilización de helicópteros Condor durante los combates librados entre el Ejército Mexicano y el EZLN en enero de 1994, los cuales fueron vendidos a nuestro país por la administración Clinton con la condición de que se utilizarían exclusivamente para el combate al narcotráfico.
Asimismo, vuelos de aeronaves espías estadunidenses modelo Cóndor en territorio chiapaneco. ``Estos helicópteros están dotados de equipos infrarrojos y fueron utilizados para ubicar los puestos de mando del EZLN''.
Participación de agencias de inteligencia de Estados Unidos para ubicar la filiación e identidad del subcomandante Marcos, así como la presencia in situ de asesores militares de ese país en la ofensiva lanzada por el Ejército Mexicano contra el EZLN en febrero de 1995.
El estudio, publicado el pasado mes de abril, añadió López y Rivas, revela además la participación de asesores militares de estadunidenses en el entrenamiento de grupos paramilitares de Chiapas y la impartición de cursos a la policía de ese estado a través de agentes del FBI.
Asimismo, el texto ``incluye muchos ejemplos más, que plantean la participación directa e in situ de asesores militares estadunidenses en la lucha contrainsurgente que el gobierno mexicano está desarrollando'' en Chiapas y otros estados, como Guerrero y Oaxaca.
López y Rivas expuso que muchas de esas afirmaciones requieren confirmación, dada la gravedad de los acontecimientos ahí narrados y, por ello, demandó la participación de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, para que se investigue su veracidad, pues de ser ciertas ``constituirían graves violaciones a la soberanía nacional, e implicarían la participación directa del ejército de Estados Unidos en tareas de contrainsurgencia en México''.
El perredista expuso que, aunado a lo expuesto, existe una militarización de la lucha contra el narcotráfico, que ha dado al Ejército Mexicano una participación más activa y la excusa de combatir narcos para instrumentar una política de contrainsurgencia en Chiapas. Aludió, además, a una nueva etapa de cooperación entre la Sedena y el Pentágono, a partir de 1995.
Pidió luego que su propuesta se enviara a las comisiones de Gobernación, Defensa Nacional, y Relaciones Exteriores de las cámaras de Diputados y de Senadores, para que se analicen las acciones militares estadunidenses denunciadas en el documento de Willson y comprobar su veracidad.
Antes de que el punto se aprobara, el presidente de la Comisión de Defensa del Senado, Alvaro Vallarta, hizo uso de la tribuna, para asegurar que no hay nada oculto en la capacitación de militares mexicanos en Estados Unidos y que existen convenios con otros países en igual sentido.
Vallarta dijo que acaba de leer el multicitado documento de Bryan Wilson, y espera que el autor ``haya visto'' que los zapatistas cuentan también con armamento estadunidense.