Se sospecha de judiciales federales y un general en lavado de dinero
Jorge Alberto Cornejo, corresponsal, Tijuana, BC, 22 de junio Ť Documentos oficiales del gobierno estadunidense, que forman parte de las más de 45 mil fojas que comprenden el expediente del operativo Casablanca, revelan sospechas de que agentes de la PGR y hasta un general del Ejército Mexicano no sólo estarían enterados de las actividades de lavado de dinero producto del narcotráfico, sino que además habrían participado en ellas.
Los documentos en la corte federal de Los Angeles, California, corresponden a las declaraciones del agente Robert Mattivi, del Departamento de Aduanas, quien hace a su vez referencia a declaraciones que hicieran agentes encubiertos sobre sus encuentros durante la investigación con dos de los empleados bancarios mexicanos arrestados el pasado 16 de mayo en Las Vegas, Nevada.
En específico se hace refencia a los testimoniales de José Alfredo García Suárez y Héctor Mourra Lozano, director y subdirector, respectivamente, de la Operadora de Bolsa Serfín en la ciudad de México.
Según el agente Mattivi, García Suárez confió a uno de los oficiales encubiertos que él personalmente manejaba las cuentas de ``personas muy importantes'', así como de agentes de la PGR.
La conversación de García Suárez, la cual fue videograbada en una de las 136 cintas que forman parte del expediente Casablanca, revela además, según el informe, que los agentes de la PGR brindaban también protección a las operaciones de lavado de dinero producto de la venta de estupefacientes en Estados Unidos.
La conversación fue sostenida el 6 de marzo de 1998 entre un agente encubierto identificado como CRI-1, García Suárez y Mourra Lozano en una oficina de Santa Fe, California.
En una reunión similar efectuada el 21 de abril de 1998, los agentes encubiertos identificados en el expediente como CRI-1 y CRI-2 habrían grabado en audio una conversación con García Suárez y Mourra Lozano, en la que los ahora detenidos ``platicaban sobre cierto general mexicano que tiene cuentas bancarias en Nueva York y deseaba arreglar (lavar) su dinero''.
``García Suárez informó que manejaba las cuentas de los agentes de la PGR. CRI-1 entonces comentó dentro de la misma conversación que García Suárez trabajaba para el enemigo (la policía federal mexicana). Suárez negó eso y explicó que las cuentas eran exclusivamente de agentes que proveían protección'', declaró Mattivi al juez federal en Los Angeles, James W. McMahon. Una copia de tal declaración fue obtenida por el diario latino La Opinión de aquella ciudad.
``Un agente federal me dijo que basándose en su experiencia y entrenamiento, él creía que García Suárez se refería a agentes que proveían protección a narcotraficantes'', añadió Mattivi, un agente aduanal integrante de un grupo especial para combatir el lavado de dinero y con 27 años de carrera.
``García Suárez agregó que estos agentes (de la PGR) asistían a narcotraficantes cuando estaban encarcelados. García Suárez declaró que realizó transacciones de dinero para estos narcotraficantes en prisión'', continuó la declaración del agente federal.
Según Mattivi, durante la reunión del 21 de abril, ``García Suárez comentó que fue informado, mediante un abogado, que hay un general en México que tiene dinero en Nueva York y en la ciudad de México que necesita ser lavado.
``García Suárez declaró que su contacto, quien habla por el general, ha dicho que éste no vendrá a Los Angeles para conocer a CRI-1, pero que está interesado en su negocio de lavado de dinero.
``De acuerdo con García Suárez, el general aceptó enviar a una hija suya para reunirse con CRI-1. García añadió que el general proviene de una familia acaudalada, y además de las cuentas en Nueva York y México, tiene dinero también en Holanda''.
El testimonial prosigue: ``García Suárez también explicó que el general está tomando precauciones, debido a los previos problemas que ha tenido. García declaró que el general tuvo un intento previo para lavar dinero a través de un abogado en Estados Unidos, pero el dinero se le perdió''.
Durante el testimonial, sin embargo, Mattivi acepta que todo lo anterior lo sabe sólo a través de los testimonios de sus colegas identificados únicamente como CRI-1 y CRI-2 y que en ningún momento se refirió el nombre del general involucrado.