El director de la empresa petrolera venezolana dijo, en relación con la reciente baja de precios del petróleo crudo, que hay en esto ``algo raro''. Más en general, ha habido sorpresa ante el hecho de que, pese al acuerdo entre algunos exportadores de petróleo --incluido México-- de reducir las ventas del hidrocarburo al exterior, los precios bajen. Es más, han llegado más abajo que antes del primer acuerdo de reducción en marzo pasado.
Lo que sucede nos indica más bien una pequeña guerra de precios, con fecha límite, en este caso el 1o. de julio próximo, cuando entrarán en vigor los acuerdos de reducción de exportaciones. Ante el hecho de que parte de los exportadores se hacían como que no oían, alguien --tal vez desde el Golfo Pérsico-- ha estado lanzando crudo barato al mercado para recordar a los que no han o no habían anunciado reducciones, o bien las suficientes, en sus ventas externas, que sus costos de producción petrolera son más altos que los del Pérsico, y que les resultaría difícil sostener una situación de precios tan bajos.
Si este fuera el caso, ya están a la vista los primeros resultados. Incluso Rusia, único exportador importante que no se unió al anterior acuerdo de marzo pasado, ya anunció una, por lo pronto, pequeña reducción. En unos días podrán verse otros en la reunión de la OPEP en Viena, aunque ya varios miembros de ese organismo han anunciado reducciones. De la amplitud y el monto del acuerdo mundial de reducción va a depender la evolución de los precios en julio. Sin embargo, si vemos plazos más largos, la depresión de las inversiones petroleras durante el periodo de precios tan bajos va a generar una relativa escasez de crudo que, sumada a la demanda estimulada por un crudo tan barato, volverá a impulsar los precios al alza. Qué tanto, eso va a depender también del ritmo del crecimiento de la economía mundial.
En este sentido se ha puesto mucha atención en la situación de recesión o crisis en algunos países asiáticos. Pero no siempre se ha considerado que el país de mayor consumo petrolero mundial, con una cuarta parte del consumo total, es decir Estados Unidos, tiene una economía en crecimiento sostenido desde hace años. Para China se espera un crecimiento del 8 por ciento para este año, y así en otros casos. Si bien es cierto que la reducción en la capacidad importadora de países en crisis afecta a los que no la tienen, también lo es que el ``rescate'' estadunidense del yen y la firmeza del yuan chino ayudan a la superación de las dificultades de países que sí las tienen.
La línea de coordinarse con los otros exportadores para defender el precio del petróleo es la correcta. Afortunadamente y a diferencia de lo sucedido después del primer acuerdo de reducción, ahora no ha habido la prisa por volver a recortar el presupuesto, con todas las consecuencias recesivas de esta medida, que si ahora se aplicara sólo nos agregaría a la lista de países con dificultades mayores.