Lozano y Chapa me amenazaron para hundir a los Salinas, dice Ruiz Massieu
A principios de 1995, el entonces procurador de la República, Antonio Lozano Gracia, y el fiscal Pablo Chapa Bezanilla ``presionaron'' y ``amenazaron'' a Mario Ruiz Massieu: si no colaboraba para ``hundir a los Salinas'', habría represalias en su contra.
En su nuevo libro, Testimonios a tiempo, Ruiz Massieu cuenta los días que siguieron al asesinato de su hermano José Francisco; su relación con Carlos y Raúl Salinas de Gortari, así como con Ernesto Zedillo, presidente electo. Rememora detalles de la investigación que siguió del caso como subprocurador de la República y, sobre todo, dedica espacio para el contraataque.
La encarcelación del mayor de la familia Salinas de Gortari --como presunto autor intelectual del homicidio de José Francisco-- y la posterior ``persecución en mi contra'' tienen su origen en el ``enfrentamiento'' entre Ernesto Zedillo y Carlos Salinas de Gortari.
Afirma el ex subprocurador que todo ``estaba planeado'': el presidente Zedillo quería apresar a Raúl Salinas ``por razones políticas y personales. La PGR había pactado con los criminales (concretamente con Fernando Rodríguez González) la libertad de algunos de ellos, la reducción de sus condenas, el traslado a un reclusorio en mejores condiciones de vida y una cifra millonaria para que declararan al antojo de la misma PGR. A mi me propusieron hundir a los Salinas, para lo que me presionaron con la amenaza de acusarme de haber cometido delitos conexos si no colaboraba en la trama...''
Según Ruiz Massieu, durante el tiempo que él estuvo a cargo de las pesquisas, fue a Ernesto Zedillo ``al primero que informe'' de la relación de Raúl Salinas con Manuel Muñoz Rocha (ex diputado priísta aún desaparecido y supuesto autor del complot), ``Era fácil percatarse de la antipatía que sentía el candidato triunfante por el hermano del presidente Salinas. José Francisco me comentó en varias ocasiones que Zedillo aborrecía a Raúl. El motivo preciso lo desconozco, pero parece que se debió a los contactos que mantuvieron por cuestiones presupuestales''.
Luego llegó 1995: ya con Lozano Gracia como procurador y con Chapa como fiscal, la PGR exoneró a María de los Angeles Moreno, Ignacio Pichardo y Humberto Benítez, y entonces --asegura Ruiz Massieu-- empezaron las presiones: o colaboraba para ``hundir'' a los Salinas ``por órdenes del presidente Zedillo'' o habrá ``seguras represalias''. (Juan Manuel Venegas)