La Jornada 17 de junio de 1998

Pobreza en 28 estados: Sedeso

Víctor Ballinas Ť El coordinador del Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) de la Secretaría de Desarrollo Social, José Gómez de León, destacó ayer que es necesario que la sociedad en general tenga capacidad de indignación ante la pobreza, porque ésta no es exclusiva del sur o sureste de México.

Los índices más altos de marginación -dijo- se ubican en las zonas rurales del país, especialmente en Guerrero, Oaxaca y Chiapas, en donde se reportan altos grados de analfabetismo que llegan hasta 80 por ciento, mientras que los habitantes por vivienda representan hasta una persona más de la media nacional, al ubicarse en 5.7. En Oaxaca, 80 por ciento de los pobladores rurales habitan viviendas con piso de tierra.

En tanto, el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Santiago Levy, señaló que en los próximos diez años el crecimiento económico, por sí solo, no abatirá las grandes desigualdades sociales, ante el ambiente de alta inestabilidad y crisis económicas recurrentes.

Sostuvo que aunque no hay divorcio entre las políticas económica y social, se procura un crecimiento sostenible de entre 5 y 6 por ciento en un lapso de diez o 15 años, con el objetivo de generar los recursos indispensables para el gasto social.

``Hoy el gasto social está por debajo de los niveles requeridos, pero eso se debe a que no tenemos más dinero'', reconoció al participar en el seminario Las políticas sociales de México al fin del milenio, descentralización, diseño y gestión.

En el mismo foro, el coordinador del Progresa explicó -con el apoyo de láminas- que la pobreza se extiende por casi todo el país, de sur a norte y de oriente a poniente. Es en 28 estados donde este problema se registra con mayor acentuación, precisó.

Gómez de León precisó que los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas tienen la proporción más alta de analfabetas, con casi 80 por ciento en promedio.

La población de 15 años y más en las tres entidades referidas representa, en promedio, 50 por ciento del analfabetismo en estas regiones.

Las regiones donde se acentúa ese rezago son: en Chiapas, los Altos, la sierra y el norte de la selva; en Guerrero, la región de La Montaña y la Costa Chica; y en Oaxaca, la región mazateca. El promedio de personas por hogar a nivel nacional es de 4.6 habitantes, la media nacional rural es de 5.1 y en estas regiones es de 5.5 personas. Detalló: el hacinamiento es en Guerrero de 5.5 personas por vivienda o cuarto; en Chiapas de 5.6 y en Oaxaca de 5.7.

Ejemplificó que la proporción de hogares con piso de tierra a nivel nacional es 15.6 por ciento; el nivel nacional rural alcanza 36 por ciento; y el promedio en Guerrero, Chiapas y Oaxaca es de 78 por ciento. Al detallarlo apuntó que en Guerrero es 80.9; en Chiapas 70.1 y en Oaxaca 77 por ciento.

Dijo que este es un problema acumulado a lo largo de décadas. y agregó que él no es ``proponente'' del modelo neoliberal, ``pero hay que tener claro que no es un problema de falta de voluntad política; lo que está ocurriendo es un problema de recursos''.

Se cuestionó si falta participación social y respondió que no, que se tiene el más alto récord de participación. Destacó que Progresa atenderá este año a casi 2 millones de familias, contra 400 mil que atendió el año pasado. Adelantó que ese programa, en los días recientes, terminó un trabajo de campo de visitas, domicilio por domicilio, en mil 500 municipios, que abarcan 35 mil localidades rurales en 28 estados del país, para tener una perspectiva de lo que pasa en cada comunidad. La vida ahí no es fácil. Tienen muchos problemas, las comunidades atraviesan dificultades por la complejidad de su ubicación y de su población, dijo.

Gómez de León cuestionó: ¿es que acaso han faltado recursos? Quizá, respondió. Puede ser. Pero aun en la época de la abundancia no queda muy claro cuál fue el impacto de los programas sociales. Hoy que los recursos son más escasos se nos hace más difícil el trabajo. La agenda de dar respuestas sociales es extremadamente compleja, dijo.

Admitió que los programas sociales vigentes en gran parte han sido afectados por el clientelismo político y por los comentarios de opinión en ese sentido. Hay que quitarles esa parte.

Dijo que es necesario que la sociedad en general recupere su capacidad de indignación ante la pobreza, y hoy se puede poner un conjunto de reglas más claras, incluso en este momento el tema es propicio por la prioridad política que se vive en el Congreso, en los gobiernos y en la sociedad.