Reubica la DEA a sus agentes en México
David Aponte Ť La agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) modificó la posición de sus agentes en México y, en la práctica, abandonó las plazas fronterizas para colocar a sus integrantes en seis ciudades de nuestro país, ante la negativa del gobierno mexicano a concederles permiso para portar armas u ofrecerles inmunidad diplomática, de acuerdo con el esquema de la oficina extranjera.
En contraparte, reforzó la presencia de agentes en toda la franja fronteriza desde su territorio. Con puntos estratégicos en las ciudades de Los Angeles, Houston y Miami, la DEA cierra la pinza de su vigilancia en prácticamente toda la frontera con nuestro país, se hace notar en el documento.
La oficina antinarcóticos cuenta con seis centros de operación en las diversas zonas geográficas de nuestro país. México es la nación con mayores oficinas de esta agencia en todo el mundo, indica la información oficial de ésta.
La DEA tiene 20 divisiones en el nivel local, todas ellas a cargo de un agente especial. La organización posee un centro de inteligencia en la ciudad de El Paso, Texas, y una escuela de entrenamiento en Quantico, Virginia. En el plano internacional, mantiene 71 oficinas en el exterior, en promedio una por nación con excepción de México.
A partir de 1988, la agencia estadunidense reforzó la presencia en su franja fronteriza sur y actualmente maneja fuerzas de trabajo integradas por agentes especiales, oficiales de las policías locales y estatales y otros elementos encargados de aplicar la ley. Por ahora, los integrantes de los grupos fronterizos no cruzan hacia territorio mexicano por razones de seguridad personal.
A raíz del fallo 91-712 de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, en 1992, que convalidó el secuestro transfronterizo como una manera legítima para perseguir a los prófugos de los tribunales estadunidenses, el gobierno de México estableció una nueva normatividad para el desempeño de los entonces 39 agentes y 12 técnicos y administrativos de la DEA adscritos al territorio nacional.
A finales de 1992, los agentes antinarcóticos estadunidenses fueron ubicados en las zonas norte, centro y sur de nuestro país. Otros recibieron la instrucción de permanecer en algunas ciudades fronterizas con México; todos con las prerrogativas de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares.
Sin embargo, la DEA decidió reacomodar sus piezas en el territorio mexicano e incluso cerrar la oficina en la ciudad de Tijuana.
Recientemente, el gobierno de México denegó a Washington la autorización para la portación de armas y la inmunidad diplomática a los agentes antinarcóticos extranjeros, como una forma de proteger su integridad física.
En respuesta, la agencia estadunidense abandonó las plazas fronterizas del lado mexicano y envió a sus efectivos a las ciudades de México, Guadalajara, Hermosillo, Mazatlán, Mérida y Monterrey, según el nuevo esquema de la oficina, a cargo de Thomas Constantine.
Los agentes quedaron adscritos a la embajada de Estados Unidos en nuestro país (tres directivos y más de 20 agentes) y a los consulados en Guadalajara (cuatro), Mérida (tres), Hermosillo (cinco), Mazatlán (cinco) y Monterrey (cinco). La DEA también cuenta con personal técnico y administrativo en las representaciones diplomáticas estadunidenses.
Oficialmente, la embajada de Washington en México no ha hecho ningún comentario relacionado con los movimientos de los agentes de la DEA adscritos al territorio nacional. En días pasados, únicamente confirmó el cierre de la oficina de la agencia antinarcóticos en Tijuana, por razones de seguridad de los elementos que laboraban en esa plaza.