No se ha roto la tregua en Chiapas, asegura Rabasa
José Gil Olmos Ť No se ha roto la tregua en Chiapas y tampoco se han liberado nuevamente las órdenes de aprehensión en contra de la dirigencia del EZLN, sostuvo el coordinador gubernamental para el diálogo en Chiapas, Emilio Rabasa Gamboa, al explicar que el operativo efectuado en el municipio El Bosque, con un saldo de nueve muertos, fue en contra de ``asesinos y delincuentes''. No obstante, aceptó que se dificulta la reanudación del diálogo porque afecta al grupo rebelde.
Rabasa lamentó la pérdida de vidas pero descartó que vaya a renunciar ante los últimos acontecimientos en Chiapas, y negó que el presidente Ernesto Zedillo, en su calidad de jefe máximo de las fuerzas armadas, haya dado la orden de reactivar las hostilidades contra los zapatistas, suspendidas desde el 12 de enero de 1994.
Al término de una reunión de más de tres horas con el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, el coordinador oficial para el diálogo reiteró que se mantiene la Ley para la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas, que protege a los zapatistas mientras exista el proceso de negociación.
Sin embargo, insistió en diferenciar el operativo efectuado en El Bosque y el conflicto con el EZLN. Dijo que el primero fue producto de la aplicación de la ley de armas de fuego, explosivos, en contra de grupos armados ilegalmente. Empero, dijo que estaba insatisfecho con las investigaciones que la Procuraduría General de la República (PGR) está llevando a cabo al respecto, tras la matanza en Acteal, el 22 de diciembre pasado.
En ese sentido, rechazó que lo acontecido en ese municipio el martes pasado sea la reanudación de las hostilidades en contra de los zapatistas. Argumentó que el operativo en El Bosque fue contra delincuentes y asesinos que habían actuado días antes en la comunidad de Los Plátanos, donde hubo una agresión a inocentes con resultado de un muerto y cinco heridos. Dijo que fue para evitar que se repita una nueva masacre como la de Acteal.
Sostuvo que la intervención del Ejército en dicho operativo fue porque los policías fueron recibidos a balazos por los ``delincuentes'', que dispararon primero.
Rabasa dio todo su respaldo para que las fuerzas castrenses y policiacas sigan con el operativo de desarme a grupos que ilegalmente están armados. Mientras que del desmantelamiento de los municipios autónomos, creados por los simpatizantes del EZLN, señaló que es responsabilidad exclusiva del gobernador de Chiapas, Roberto Albores Guillén.
Interpelado por un numeroso grupo de reporteros sobre sus argumentos de continuar con los operativos de desarme, sobre todo en las comunidades zapatistas, a pesar que han dado como resultado varios muertos indígenas, subrayó: ``Todos estos señores que resultaron lesionados y muertos anteriormente, ¿deben quedar quedar esos actos impunes?; ¿no debe la autoridad estatal, la autoridad judicial, la Seguridad Pública, en ejecución de órdenes de aprehensión, reaccionar?, ¿deben quedar con los brazos cruzados?, ¿debe seguir habiendo muertos?, ¿deben acumularse cuántos más?, ¿hasta dónde debe esperarse para llegar otro Acteal?''
En ese mismo tenor defendió la entrada armada de los policías y soldados a El Bosque. ``Si tú vas a desarmar a una persona que está ilegalmente armada, que llegue a tu casa con un arma, y en ese jaloneo tú también tienes que responder para evitar que te agredan, lo vas a hacer. Por supuesto que nadie quiere la violencia, y menos el gobierno, y no quisiera la violencia para ese operativo o cualquier otro''.
Manifestó que no se siente rebasado en su papel de coordinador para el diálogo por los acontecimientos violentos en Chiapas, o por el silencio del EZLN ante las reiteradas llamadas al diálogo. Señaló que sólo se sentiría rebasado en su papel si reanudan las hostilidades armadas en contra del grupo rebelde, porque entonces ya no habría diálogo.
Por último rechazó que con esta acción en El Bosque se extienda la zona de conflicto en Chiapas porque, reiteró, fue un operativo ``de legalidad'' para ejecutar órdenes de aprehensión en contra de ``delincuentes'' que viven en una comunidad que simpatiza con el EZLN.
Rabasa insistió en dialogar directamente con el EZLN, incluso viajar hasta la comunidad de La Realidad, cónclave zapatista donde el subcomandante Marcos solía aparecer.