Samuel Ruiz: debe el gobierno precisar si quiere paz a la fuerza o genuina
Juan Balboa, corresponsal, Ocosingo, Chis., 10 de junio Ť Ante cientos de indígenas tzeltales -zapatistas, priístas y de organizaciones independientes-, el obispo Samuel Ruiz García insistió en que se está iniciando una nueva etapa en favor de la pacificación, y se comprometió a trabajar ``más fuerte, con más vigor'', para lograr la anhelada solución negociada en el conflicto de Chiapas, ya que ``no es posible que vayamos a estar mirándonos y lamentándonos por la desaparición de la Conai. No, se acabó porque se acabó, ahora surgirá algo nuevo, novedoso y fuerte''.
Para el obispo, el modelo de diálogo de San Andrés Larráinzar falleció junto con la Conai: ``no se va a necesitar, no va a acudir el gobierno a una mediación; es por eso que San Andrés quedó cerrada''.
Asimismo, el obispo cuestionó la estrategia del gobierno para solucionar el conflicto, y preguntó si la paz que éste busca se parecerá a la de los antiguos griegos, ``que querían la paz pero preparaban la guerra'', o a la de los judíos, ``que buscaban la paz total, la paz entre las comunidades y la paz con Dios''.
Al comenzar una gira pastoral por comunidades de los municipios de Ocosingo y Altamirano, el ex presidente de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) criticó duramente la estrategia de guerra, ``no de paz'', que realizan los gobiernos estatal y federal para lograr la pacificación en el estado, la cual consideró que se basa ``en la fuerza''.
``Así decían los antiguos (griegos): `¿quieres la paz?'. Prepara la guerra'', aseguró Ruiz García al explicar ante unos mil 500 indígenas que ``simplemente cuando no había guerra, había paz; entonces era el momento de prepararse para hacer la guerra; ésa era para ellos la paz''. Esa es también la paz que el gobierno quiere para Chiapas.
El obispo aseguró aquí que el camino de la paz no es aquel que surge de la represión selectiva de las comunidades, ni el que busca la pacificación a la fuerza, y mucho menos el que provocan para dividir y hacer pedazos a las comunidades indígenas, como se intenta ahora, ``aplastando y deteniendo el movimiento''.
El titular de la diócesis de San Cristóbal de las Casas negó que la desaparición de la Conai sea el final de su trabajo en favor de la pacificación de Chiapas, porque ``la construcción de la paz es una tarea irrenunciable (y) el obispo no puede decir que se cansó de trabajar por la paz y se sienta''.
Agregó que ``no estamos sin las armas para poder hacer otra guerra. No, nosotros queremos que haya paz en el corazón, paz en relación con las comunidades, paz en relación con la naturaleza misma. Que no luchemos contra las cosas que Dios nos dio, sino que las usemos para nuestro beneficio. Es más bien la paz que decían los judíos con palabras hermosas que todavía usamos: Shalum es paz total, la paz del alma, la paz entre las comunidades y la paz con Dios''.
Más adelante dijo que ``tenemos que trabajar por esa paz. La paz que no nos la va a regalar nadie. La tenemos que conquistar, y la conquista se hace con la reconciliación, con el perdón y con la unidad, en donde no haya ningún individuo ni grupo pequeño que tiene que quedar aislado, sino todos tenemos que estar en esa nueva unidad.
Doce horas duró el primer día de una visita pastoral a la zona de conflicto, donde Ruiz García visitó las cañadas de Patihuiz y San Quintín, en Ocosingo.
Por su parte, el obispo coadjutor, Raúl Vera, estuvo en la comunidad de San Miguel, lugar donde el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional firmaron los primeros acuerdos para iniciar el diálogo en abril de 1995.