Olga Harmony
Un plan posible

Estamos tan acostumbrados los mexicanos a que los voceros gubernamentales nos mientan goebbelianamente --hasta que la mentira repetida muchas veces se convierta en una verdad-- que nos hemos vuelto más que suspicaces. Lo mismo en las políticas hacia Chiapas, por ejemplo, la política económica, que en materia de política cultural, lo que da pábulo a todo tipo de rumores, unos verdaderos, otros infundados. La falta de información oficial en todas las instancias hace que busquemos leer en las entrañas de las aves en procura de adivinar lo que ocurre, y muchas veces las entrañas de las aves nos explican alguna verdad que las autoridades callan. El injustificado abandono en que se ha tenido a los teatros de la Unidad Artística y Cultural del Bosque y el cambio que se hará del sitio de las oficinas del INBA que en ese espacio se encuentran, han acrecentado el temor, de que toda el área sea privatizada, que se tiene desde que fue concesionado el Auditorio Nacional y desde que se creó el Centro Nacional de las Artes. Muchos teatristas se han manifestado a últimas horas públicamente en torno de ello y ahora se ofrece una respuesta.

En una comida que Rafael Tovar y de Teresa ofreció al consejo honorario de la Coordinación de Teatro del INBA con el objeto de darnos cuenta de su propuesta, el funcionario contestó puntualmente todos los cuestionamientos que se le hicieron, despejó las dudas que compartíamos con el resto de la comunidad teatral y empeñó públicamente su palabra de que los teatros seguirían perteneciendo a Bellas Artes; si fuera necesario rehacerlos, conservarían una estructura semejante y, sobre todo, con una programación sujeta al propio instituto, el único con posibilidades de ofrecer escenificaciones de calidad. Cambiaré el orden de lo expuesto por Tovar en búsqueda de mayor claridad.

Nuestro máximo funcionario cultural expresó que no ha dado a la publicidad su idea porque por el momento se trata de eso, de una idea que, de concretarse, daría lugar a un proyecto importante para vivificar la unidad y tener los medios de remediar lo que la incuria y el abandono hicieron con los edificios teatrales. Como tal idea, fue expuesta posteriormente por Gerardo Estrada y Mario Espinosa a los miembros de la comunidad que habían expresado sus dudas, y como idea viable yo la reproduzco aquí. En concreto, se trata de buscar inversionistas que estén dispuestos a participar en el ambicioso proyecto que consiste en ampliar los espacios de la Cineteca (actualmente bajo jurisdicción del CNCA), con salas de cine privadas de las cuales algunas deberían tener la vocación de la cineteca y las otras se podrían programar comercialmente. Construir un estacionamiento, concesionar un espacio para librería, videoteca, algún restaurante y cafetería.

Los inversionistas deberían entregar un fondo con el que los teatros pudieran ser reparados y dotados de infraestructura técnica moderna; en casos extremos, algunos edificios teatrales se derrumbarían y se volverían a construir. Tovar hizo hincapié en la cercanía de Los Pinos, el Campo Marte y las instalaciones de las Guardias Presidenciales, lo que representa un impedimento para la privatización, o en su caso, la concesión a particulares para un uso no cultural. A pregunta expresa, respondió que el llamado Ensayódromo, que es utilizado por muchos teatristas precisamente para ensayar, dadas las dificultades en los espacios escénicos, y que se encuentra en instalaciones de lo que fue la Escuela de Arte Teatral, se han prestado sin una obligatoriedad específica. El Ensayódromo desaparecerá, pero Tovar y de Teresa se comprometió a buscar otro espacio, compromiso ratificado después por Estrada ante los miembros de la comunidad teatral.

También hubo el compromiso verbal de que en el arreglo o en la edificación de nuevos teatros, la comunidad sería consultaba para que diera sus puntos de vista, porque muchas veces los arquitectos carecen de los conocimientos técnicos necesarios y allí es en donde los teatristas tendrían su participación. De concretarse el proyecto, la Unidad Artística y Cultural del Bosque se convertiría en uno de los pocos espacios culturales y de socialización con que contara la ciudad. De no concretarse, o en el caso de que los inversionistas no quisieran regirse por las normas que el CNCA estableciera, y aquí fue muy terminante, los teatros seguirían depauperándose, porque el gobierno carece de los recursos para evitarlo. La propuesta de Rafael Tovar y de Teresa resulta muy convincente. Esperemos que se pueda llevar a cabo tal y como la plantea.