Exodo en El Charco, tras la incursión militar
Maribel Gutiérrez, corresponsal, El Charco, Gro., 8 de junio Ť Esta comunidad mixteca se convirtió de la noche a la mañana en un pueblo fantasma. Sus 300 habitantes huyeron al monte desde la madrugada del domingo, cuando llegaron cientos de militares a sitiar el pueblo y abrir fuego en contra de guerrilleros y campesinos de unas 15 comunidades, que se habían congregado aquí para una asamblea convocada con tres días de anticipación por el grupo armado.
Versiones de fuentes de la Novena Región Militar publicadas en diarios locales, y del procurador general de Justicia del estado, Servando Alanís, dicen que hay evidencias de que los guerrilleros muertos pertenecían al Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) o al Ejército Popular Revolucionario (EPR).
Según fuentes castrenses, el ERPI sería un desprendimiento del EPR, por diferencias en los métodos usados por el grupo armado, ``ya que esta nueva organización político militar tiene sustento fundamentalmente indígena'' y sus métodos, como se pudo ver en esta población, incluyen actos de masas.
Los habitantes huyeron
Hombres, mujeres y niños salieron de sus casas aterrorizados durante el ataque del Ejército federal contra la escuela bilingüe indígena Caritino Maldonado, donde pernoctaban unos 15 integrantes del grupo armado y un número indeterminado de campesinos que estaban de visita en El Charco.
Las familias huyeron después de escuchar la advertencia de un jefe militar, que habló por megáfono, cuando las tropas tenían rodeada la escuela. Según versiones castrenses, sería el comandante de la 27 Zona Militar, general Alfredo Oropeza Garnica, que amenazó con ``acabar con todo El Charco y con Ocote Amarillo'', el poblado vecino.
El comandante militar pidió a los integrantes del grupo armado y a los campesinos que salieran y entregaran las armas. Como nadie salía, el militar gritó: ``¡Qué chingaos están haciendo, por qué se les ocurre venir a esta comunidad que es humilde. El EPR está masacrando al pueblo y los está engañando!''.
En ese momento, ``los que estaban dentro contestaron que no iban a salir porque ellos son del pueblo, que venían de diferentes comunidades y que no traían armas. Dijeron que dispararan porque no iban a salir'', relató el campesino Emilio Cayetano, que desde su casa escuchaba con claridad, acompañado por sus cuatro hijos y su esposa.
En los cerros altos y cubiertos de vegetación que rodean este poblado se encuentran desde ayer las familias y se están alimentando sólo de caña de azúcar y de mangos que abundan en el monte. En las cercanías de la comunidad, en distintos cerros, se hayan todavía tres campamentos militares visibles desde la brecha de terracería. Cientos de efectivos del Ejército patrullan constantemente esta área de la Montaña, y en la entrada de El Charco esta mañana se encontraban estacionados unos 60 soldados.
Además, hay grupos pequeños de militares vigilando de cerca la escuela, y otros dispersos entre las casas abandonadas en medio de huertas, cerca de los corrales donde las familias dejaron sus animales. Desde los cerros, la mayoría de los desplazados pueden observar lo que ocurre. Esta mañana, a la llegada de reporteros acompañados por el traductor mixteco Donaciano Morales Porfirio, bajaron dos hombres y dos mujeres que dieron sus testimonios.
Dijeron que no pueden regresar mientras las tropas sigan en el poblado. ``Tenemos miedo, no vamos a regresar hasta que se retiren los guachos (como llaman aquí a los soldados)'', dijo Emilio Cayetano.
Los desplazados informaron que tres días antes, el comisario municipal, Pánfilo Santiago Hernández, avisó que el sábado habría una asamblea con ``los encapuchados''. Todo el pueblo estuvo de acuerdo porque, dicen, ``están abiertos a escuchar lo que dicen y habían oído que se habían presentado en otras comunidades y tenían interés en conocerlos''. Por eso, todos cooperaron para preparar la comida y la cena para los visitantes.
La asamblea comenzó el sábado 6 de junio a las 11 de la mañana, después del almuerzo. Los ``encapuchados'', a los que la población identifica como miembros del EPR, llamaron a los campesinos a reflexionar sobre las condiciones de vida que tienen, sobre todo en las comunidades de esta región que carecen de agua potable, de luz eléctrica y de todos los servicios, y dijeron que ellos están luchando por un cambio de gobierno para que mejore la vida del pueblo.
Después ``convivieron con los campesinos'', algunos de ellos hablaban en idioma mixteco y ``se portaron muy amables, y hasta les prestaban sus armas'', dijo Emilio Cayetano. Como a las 10 de la noche, los habitantes de la comunidad se retiraron a dormir a sus casas y sólo quedaron en la escuela los 15 guerrilleros y los campesinos visitantes.
No supieron más, hasta que los que viven cerca del camino vieron llegar vehículos militares que sitiaron el pueblo alrededor de las 2 de la mañana, y los que viven cerca de la escuela escucharon la voz del general.
Testigos relataron que los soldados iniciaron los disparos, y que usaron armamento ``muy sofisticado'' que nunca se había visto en esta región; refieren que inclusive ``bombardearon'' la escuela disparando desde un cerro, a unos 200 metros, proyectiles que explotaban. Afirman que también hubo disparos de ``los encapuchados'' a los militares. Pero los testigos no tenían información de los muertos, heridos y detenidos, porque cuando paró el ataque ya se habían alejado hacia las montañas.
Tampoco se han acercado a ver cómo quedó la escuela, el único servicio que había en el pueblo, que está semidestruida con miles de orificios provocados por las balas de ametralladoras calibre 50 y de fusiles en todas las paredes, por dentro y por fuera de las cuatro aulas y de la dirección, y en los techos, lo que muestra que el ataque se efectuó desde todos los ángulos alrededor y desde arriba. En dos aulas hay charcos de sangre y utensilios y alimentos entre las bancas de madera y libros de texto gratuito tirados en el piso. En la entrada hay un letrero que reza ``Se prohíbe la entrada a toda persona ajena a esta escuela'', con la firma de ``La Dirección''. En el pizarrón del aula en que se encontraban los guerrilleros aún se lee: ``estrategia táctica''.
Desde el monte, las familias desplazadas escuchaban que los disparos continuaron hasta las 9 de la mañana, cuando llegaron helicópteros militares a sobrevolar la zona, y cerca de mil efectivos sitiaron el área donde se localizan seis comunidades mixtecas.
Presentan lista de detenidos, heridos
y armamento de los eperristas
En Acapulco, el procurador de Justicia del estado, Servando Alanís, y el secretario general de Gobierno, Humberto Salgado, dieron a conocer los nombres de los cinco heridos y 22 detenidos, entre ellos cuatro menores de edad, que no han sido presentados a los medios de información, pero se encuentran a disposición de la PGR.
Alanís dijo que ``existen elementos para creer que la reunión que se celebró en la escuela de El Charco era una asamblea guerrillera entre combatientes del EPR y del ERPI''.
Salgado Gómez señaló que se está investigando quién proporcionó las instalaciones de la escuela en donde estaban reunidos los guerrilleros, y mencionó como ``sospechosos'' al presidente municipal de Ayutla, Odilón Romero Gutiérrez, y al síndico del ayuntamiento.
Los 22 detenidos son campesinos de otras comunidades de la región que se encontraban de visita en El Charco. Están detenidos vecinos de los poblados de Ahuacachagüe, La Concordia, El Coyul, El Charco, El Platanar, Ojo de Agua, La Palma, Ocote Amarillo, Mesón Zapote, Quiahuitepec, Coscatlán, San Pedro y Cruz Grande, todos en el estado de Guerrero, y sólo una mujer, Erika Zamora Pardo, de 21 años, del estado de Hidalgo.
Entre los objetos presentados están 14 fusiles AK-47, mil 600 cartuchos útiles, uniformes, botas, dos radios de onda corta, dos estuches de cirugía menor, 19 mochilas y libros como el Popol Vuh, El sueño zapatista, del francés Ivon Le Bot, Curso básico de guerra para los combatientes del EPR y ejemplares de El Insurgente y La Jornada.
Gustavo Castillo García Ť La Procuraduría General de la República atrajo al fuero federal las investigaciones concernientes a la portación ilegal de armas de fuego, en el caso del enfrentamiento entre efectivos del Ejército Mexicano y del Ejército Popular Revolucionario (EPR), en El Charco, Guerrero.
Fuentes de la PGR indicaron que las actuaciones ministeriales ya fueron entregadas a la delegación de esa dependencia en Acapulco, por lo que ``se continuarán las investigaciones de manera inmediata''.
Sin embargo, la atracción del caso no incluye lo relativo a la estancia de los efectivos del EPR, ni delitos distintos a los de portación ilegal de arma de fuego. Por lo que hace a los dictámenes de las autopsias a los 11 cadáveres, será hasta dentro de dos o tres días cuando se tenga un panorama claro de lo sucedido.
Hugo Pacheco León, corresponsal, Chilpancingo, Gro., 8 de junio Ť La Comisión Nacional de Derechos Humanos investigará si se violaron o no las garantías individuales de los mixtecos de la comunidad de El Charco, municipio de Ayutla, por el enfrentamiento entre el EPR y el Ejército Mexicano el pasado domingo, informó el presidente de la Comisión Estatal para la Defensa de Derechos Humanos, Juan Alarcón Hernández.
Se dijo preocupado porque una vez más Guerrero es noticia por un enfrentamiento, ``lo que ha provocado el desplazamiento de decenas de familias mixtecas ante el temor de represalias de los militares''. Agregó que la CNDH atrajo la investigación ``por la participación del Ejército, que provoca inquietud por la pérdida de vidas humanas''.
Representantes de organizaciones sociales y políticas, como la Organización de Pueblos y Colonias de Guerrero, la Federación Estudiantil Universitaria Guerrerense y la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación, expresaron que lo de Ayutla fue ``una masacre indígena, porque es inaudito que del lado de los militares no haya ningún muerto o herido''.
Rechazaron las incursiones militares y demandaron que regresen a sus cuarteles, ``porque los mandos castrenses no respetan a la autoridad municipal, al negárseles la entrada a la zona del conflicto''.
El comité municipal del PRD en Ayutla exigió se permita el acceso a representantes de organismos defensores de los derechos humanos al lugar de los hechos.
Víctor Ruiz Arrazola, corresponsal, Oaxaca, Oax., 8 de junio Ť Cinco campesinos muertos dejó una emboscada la mañana de hoy en el paraje Hierba Santa, municipio de Putla de Guerrero, a 300 kilómetros al oeste de esta capital y colindante con el estado de Guerrero, informó el director general de Seguridad Pública, Manuel Guzmán García.
Explicó que Severino Guzmán Hernández, Gregorio González Cruz, Florencio Guzmán Sánchez, Fidel Guzmán Herrera e Isidro García Mendoza, que se dedicaban al cultivo de café, viajaban rumbo a Putla en una camioneta con placas de circulación RR60326 del estado de Oaxaca, cuando un grupo de hombres le salieron al paso, disparándoles. Señaló que una de las hipótesis es una venganza familiar.
Agregó que los cadáveres ya fueron levantados por el síndico municipal de la Reforma, quien los trasladó a Estanzuela Grande, municipio de Putla. Manifestó que el agente del Ministerio Público integró la averiguación previa e inició las investigaciones.
Trascendió que un helicóptero de la PGR sobrevuela la zona de los hechos a fin de dar con los homicidas.