José Antonio Rojas Nieto
Acuerdo de productores petroleros

Este jueves 4 de mayo, Arabia Saudita, Venezuela y México (La Troika) de nueva cuenta acordaron impulsar la disminución de las cuotas de producción de productores OPEP y No-OPEP. En condiciones similares, aunque menos dramáticas que las de marzo, cuando los precios llegaron al nivel más bajo de doce años, una vez más se realizan esfuerzos por defender el precio en un mercado que sigue con una demanda muy deprimido y en el que aún se perciben fuertes ataques especulativos. Justamente por esto y porque no se cumplieron escrupulosamente los acuerdos de disminución de producción de hace dos meses, nuevamente se impulsa un mayor control de la producción. La nueva determinación de La Troika consiste en disminuir en 450 mil barriles su producción diaria actual y alentar una disminución de al menos un medio millón más hasta completar el millón, para lograr que una producción global estimada en el segundo trimestre del año en cerca de 74 millones de barriles enfrente con solvencia una demanda inferior a los 73 millones. Se trata de abatir el excedente derivado del incumplimiento de la disminución acordada en marzo --cerca de 750 mil barriles-- y enfrentar la mayor fragilidad del mercado derivada de una baja de 300 mil barriles al día en Asia, luego de que en 1997 la demanda asiática se incrementó en 700 mil barriles diarios, situación que junto con la especulación vinculada a los altos inventarios de los grandes consumidores de la OCDE, ha impedido que el precio se recupere, aunque, sin duda, se frenó el descenso dramático de febrero y marzo.

Si se logra la baja de un millón en la oferta, es probable que las cotizaciones de crudos como el West Texas Intermediate --en estos momentos a 13 dólares el barril--, alcancen una recuperación de un dólar para fines de agosto, recuperación que en el caso de la mezcla un nivel de 12 dólares también en agosto, y que de sostenerse o elevarse ligeramente el resto del año, permitiría pensar, en el mejor de los casos, en un promedio anual de entre 11 y 11.50 dólares por barril, cuatro dólares inferior a lo presupuestado originalmente por el gobierno para este año, y cinco dólares por debajo del precio medio registrado en 1997, que exactamente fue de 16.46 dólares.

Pero ¿qué ha sucedido con los ingresos petroleros gubernamentales en los primeros cuatro meses de este año? Tomando en cuenta que el precio de la mezcla mexicana de exportación en el periodo enero-mayo ha sido de 10.80 dólares por barril aproximadamente, y que en este mismo periodo de 1997 el mismo promedio fue de 17.57, de entrada podemos reconocer una dramática baja del 39 por ciento, que prácticamente se refleja de manera directa en la disminución real de los ingresos gubernamentales derivados del petróleo, la que, por cierto, no ha sido mayor en virtud del mayor ingreso que se ha logrado a través del IVA petrolero neto y del Impuesto Especial a la gasolina y el diesel (IEPS), que representan casi la tercera parte de los ingresos petroleros gubernamentales. Así, si bien es cierto que los Derechos de Extracción de Hidrocarburos (impuesto primario a la producción de petróleo), descendieron casi 35 por ciento en términos reales en el periodo enero-mayo de 1998 respecto a los primeros cinco meses de 1997, se registra un aumento superior al 40 por ciento real de los ingresos por concepto del IVA neto y del IEPS a gasolina y diesel, este último fruto del enorme diferencial que se abrió entre el precio internacional y el precio interno de estos derivados del petróleo, cuya demanda, por cierto, se incrementó poco más del 5 por ciento en el periodo, al pasar de un consumo diario de 791 mil barriles a 834 mil, aproximadamente. La situación sigue siendo muy delicada y muy frágil, a pesar de que no vivimos ya los difíciles días de marzo, y que se logró frenar la caída de precios, no obstante que en la segunda quincena de mayo tuvimos días muy dramáticos también. Por eso y pese a su incumplimiento relativo, el acuerdo de productores resultó muy importante, como importante es su refrendo por parte de Arabia Saudita, Venezuela y México, entre otras cosas porque genera un ambiente más propicio para que en la próxima reunión de la OPEP a celebrarse el 24 de junio en Viena, se aliente una racionalidad mayor en la definición de las cuotas y un mayor respeto a ellas. Ojalá.