Esta semana se cumplen 27 años de que los Halcones, ese abuelito de Los Chinchulines y Paz y Justicia con el que Luis Echeverría tampoco tuvo nada que ver, atacó una pacífica manifestación estudiantil en las calles de San Cosme.

El 10 de junio de 1971, el movimiento estudiantil tenía entre sus demandas la libertad de los presos políticos de 1968. En las paredes de la zona del Casco de Santo Tomás se había pegado un cartel que en grandes letras decía:

``La libertad es la primera condición de la justicia. Lázaro Cárdenas''.

Más abajo: ``Que se abran las puertas de las cárceles a todos los presos políticos''. Y la firma: Movimiento 1971.

Ya sabemos lo que pasó.

El cartel -un regalo que Masiosare agradece a Carlos Monsiváis- incluía la siguiente imagen: de izquierda a derecha, Raúl Alvarez Garín, Gilberto Guevara Niebla y Eduardo Valle El Búho.

Polanco y Marcos

No lo crea, pero las antenas de Masiosare han detectado nerviosos movimientos de los servicios de seguridad nacional, donde están seguros de que el subcomandante Marcos está, desde hace unas semanas, en el Distrito Federal (para ser más exactos, en el rumbo de Polanco). Algunos avezados agentes han intensificado la vigilancia sobre personas que consideran podrían establecer contacto con el dirigente zapatista. Otros van más allá: creen que hace unos días Marcos partió a Francia, y que será testigo de la derrota de la selección nacional.

Todo será como antes

¿Se acuerdan de la ``normalidad'' de Patrocinio González Garrido y de Elmar Setzer? Hacia allá va Chiapas según el gobernador interino del interino, Roberto Albores. En una reunión con representantes de organismos de derechos humanos, el ex camachista que Manuel Camacho jamás hubiera propuesto para el cargo que hoy ocupa, dijo: ``El principal grupo desestabilizador es el EZLN. Si se golpea a este grupo, todo regresará a ser como antes, al estado de derecho y al orden''. Como México y el mundo saben de sobra, ``antes'' Chiapas era el paraíso.

Guardias rurales

El oficio 161/98 de la Seguridad Pública Estatal de Chiapas informa que integrantes del Ejército federal ``promueven'' en las comunidades indígenas de la selva y la frontera que los campesinos afines al gobierno se armen y entrenen para su autodefensa.

El documento informa que el 27 de mayo pasado, un teniente de caballería de apellido Verdín se reunió con ejidatarios de Tzimol para informarles que se les autorizaba poseer armas ``siempre y cuando no sean de uso exclusivo de las fuerzas armadas'' y se les registre en los puestos de revisión militar.

Hace unos días, en el municipio de Altamirano se efectuó una asamblea de priístas en la Asociación Regional Ganadera. La reunión tenía objetivos electorales pero algunos militares, ganaderos y funcionarios del gobierno estatal, como Juan Villafuerte, hablaron de la necesidad de armarse y entrenarse para enfrentar a los zapatistas de la región.

La mayoría de los indígenas priístas rechazaron la oferta de comprar armas e integrar el grupo de autodefensa.

¿Algo nuevo? No, porque debe recordarse que Mariano Pérez Ruiz, militar en activo, fue encarcelado por estar vinculado a los paramilitares que perpetraron la matanza de Acteal.

En su confesión ministerial, Pérez Ruiz dijo que líderes priístas se reunían en la cantina La Poblanita, en la cabecera municipal de Chenalhó, donde idearon cómo entrenarían y armarían a los grupos paramilitares para luchar contra los indígenas zapatistas. ``Los líderes del PRI municipal ofrecían entre 600 y 700 dólares a los soldados y policías para que enseñaran a los indígenas a utilizar las armas''.

Pérez Ruiz aceptó que entrenó a 32 indígenas y les hizo entrega de un rifle AK-47 que le había proporcionado el presidente municipal de Chenalhó, Jacinto Arias, quien hoy es su compañero de celda.

Fernando Ramos, asesor del gobernador Roberto Madrazo, de Tabasco, también trabaja en Chiapas, donde con su hermano, el oficial mayor del gobierno estatal, Ameth Ramos, ha organizado un par de reuniones masivas para el gobernador Roberto Albores. En los dos encuentros, uno celebrado en Tuxtla Gutiérrez y otro en Palenque, se ha tratado de avanzar en la formación del Comité Cívico Evangélico, para apoyar las iniciativas políticas del gobierno local. Así es como se inventan los conflictos religiosos.