La Jornada 4 de junio de 1998

Busca Washington que la operación no afecte la sesión especial del organismo

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 3 de junio Ť Funcionarios de los más altos niveles del gobierno de Bill Clinton se reunieron hoy de nuevo para discutir preocupaciones en torno a que las tensiones con México por la operación Casablanca podrían dañar otros rubros de la relación bilateral, y tener un impacto negativo en la sesión especial de la Organización de Naciones Unidas sobre drogas la próxima semana.

Un alto funcionario gubernamental informó a La Jornada que Estados Unidos está buscando un mecanismo para ``aminorar'' los intercambios sobre Casablanca, y que es poco probable que se envíe una respuesta diplomática formal a México, en respuesta a la nota de protesta mexicana, hasta que ambos países hayan acordado una estrategia para manejar este problema.

El asesor presidencial para América Latina, Thomas McLarty, indicó que el asunto será discutido cuando Clinton y el presidente Ernesto Zedillo se reúnan en la ONU la semana próxima. Un alto funcionario estadunidense indicó a este diario que en una reunión privada durante la sesión de la OEA en Caracas, México entregó documentos a la secretaria de Estado, Madeleine Albright, describiendo algunos de los delitos que posiblemente cometieron los agentes del Servicio de Aduanas estadunidenses durante la operación Casablanca.

Pero una fuente consultada por La Jornada dijo hoy que estos documentos son ``vagos'' y ``generales'', y no detallan acusaciones legales específicas. Un funcionario estadunidense cercano a las agencias de seguridad pública involucradas en la operación advirtió también que el gobierno de Clinton nunca considerará enviar a los agentes que participaron en Casablanca a México para enfrentar cargos de violación de leyes mexicanas.

``De ninguna manera se enviará a estos agentes de Aduanas a México en respuesta a una solicitud como esa'', afirmó. ``En este momento hay un punto de tensión'', reconoció Eileen M. Heaphy, subdirectora de la oficina encargada de asuntos antinarcóticos del Departamento de Estado. ``Creo que ambos lados están trabajando mucho para manejarlo, para ponerlo en su contexto correcto y no dejar que se afecten otros aspectos de la relación''.

Durante una ronda informativa de la sesión de la Asamblea General de la ONU sobre el Problema Mundial de Drogas que se celebrará la semana entrante, Heaphy reconoció que el gobierno estadunidense está consciente de que el presidente Zedillo señalará el problema de la acción unilateral a través de las fronteras. ``Zedillo puede decir todo lo que desee. Esperamos que las naciones manifiesten sus intereses'', dijo. Agregó que México y Estados Unidos han trabajado conjuntamente en los preparativos para esta reunión de la ONU, y expresó su deseo de que los comentarios de los dirigentes reflejarán un espíritu a favor de la ``cooperación internacional''.

Pero otro funcionario estadunidense describió a una Casa Blanca y varias agencias federales encargadas de política antinarcóticos como ``muy ocupados'' en discusiones de las consecuencias de Casablanca. ``En cada reunión en la que participé hoy, el asunto fue tema de discusión. Estamos muy preocupados'', indicó. Pero en privado, otros funcionarios comentaron que están intentando entender la dinámica del gobierno mexicano que llevó a que las protestas por Casablanca fueran tan agudas.

Un funcionario se preguntó en particular el porqué México está tan furioso porque agentes encubiertos estadunidenses estuvieran en territorio mexicano durante Casablanca, y que México no protestó por operativos encubiertos parecidos realizados en México por agentes de Aduanas de Estados Unidos, en otros casos recientes.

Señaló, como ejemplo, una investigación de tres años de duración, parecida a Casablanca, sobre el contrabando de animales exóticos llamada operación Comercio de selva, que fue revelada el viernes pasado y resultó en el arresto o acusación de más de 40 individuos.