Elba Esther Gordillo
PRI: consulta a las bases, oportunidades y riesgos

Es cada vez más evidente que la efectividad de los partidos políticos depende de la personalidad de los candidatos, de su manera de entender los problemas que concretamente la afectan, que de los principios doctrinarios e ideológicos que motivaron su surgimiento.

El voto duro decrece en importancia y crece la sensibilidad que expresan los sectores políticos para reaccionar ante las cambiantes circunstancias frente a las que se precisa actuar. La ``ciudadanización'' de los partidos es una muestra más de proceso de cambio que caracteriza a la sociedad de hoy. Lo que estamos viviendo es, de alguna manera, una nueva socialización de la política.

La decisión del PRI de llevar a cabo una amplia consulta ciudadana para decidir sus candidaturas a los estados de Chihuahua, Tlaxcala, Tamaulipas, Puebla y Sinaloa, expresa oportunidades y riesgos.

La voluntad de decidir las candidaturas, a través de procedimientos cabalmente democráticos, responde a demandas repetidas desde hace tiempo, por anchas franjas de militantes y cuadros que creemos que el partido no tiene destino, si no compasa sus procedimientos y actitudes al nuevo país y al nuevo partido que hoy buscamos ser.

La experiencia tiene --además de su acervo mayor, su compromiso democrático-- otras virtudes: la movilización de amplios sectores sociales para calificar con su voto el desempeño, la biografía política de los aspirantes. Los resultados han sido un reconocimiento del trabajo político, de la cercanía con las bases, de la militancia partidista.

Mucho tiempo se dijo que una contienda abierta era un llamado al desgaste, a la fractura. No ha ocurrido así. Por el contrario, la nota característica de esta contienda ha sido la civilidad; un juego limpio en el que se han reconocido que más allá de los candidatos electos --que obtienen una legitimidad indisputable-- gana el partido.

La amplia participación que está generando esta fórmula de elección de candidatos, está alentando una nueva cultura política, imprescindible para enfrentar un entorno de fuerte competencia.

Pero importa también identificar que este proceso imperfecto no está exento de dificultades. Entre las principales, identifico:

-La ausencia de un padrón actualizado del priísmo, lo que abre la posibilidad de que acudan a votar lo mismo militantes, adherentes y simpatizantes, que incluso opositores. Estos últimos podrían jugar en algunos espacios -sobre todo en aquéllos donde tienen fuerte presencia- un papel perturbador.

-La posibilidad de que el proceso sea desvirtuado por fuerzas que se resistan al cambio y a un juego democrático serio.

-Como consecuencia de lo anterior (aunque también por otras causas), propiciar enfrentamientos internos y aun fracturas.

-El desequilibrio a favor de uno de los aspirantes propiciado por los términos fijados en la convocatoria; el lapso autorizado para la campaña, el día seleccionado para la votación, las condiciones para aprobar la participación de los aspirantes, la ubicación de las mesas receptoras...

-La prevalencia de formas inadmisibles en una competencia cívica: los golpes bajos, las descalificaciones sin sustento, las trampas para eliminar oponentes...

El PRI tiene que explorar nuevas avenidas -como las que están en curso- para un fortalecimiento democrático. Los priístas comprometidos con los valores democráticos no podríamos aceptar simulaciones ni intentos regresivos. Un propósito de manipular los procesos por grupos de poder locales o de cualquier otra procedencia, tendría efectos muy severos sobre el capital mayor de cualquier actor político: la credibilidad.

El cuidado de estos procesos, de su pulcritud y apego a las normas de competencia civilizada, será crucial. Tenemos que evitar que por las ``rendijas de la democracia'' se cuelen los peores usos del poder. Nos toca a quienes cumplimos tareas de dirección, mostrar con hechos que en el PRI hay voluntad de cambio, que habemos quienes estamos empeñados en una apertura real y plenamente democrática, que estamos aprendiendo las lecciones y que consolidando nuevas fórmulas nos permitirán recuperar credibilidad, militancia y fortaleza.

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