La Jornada 30 de mayo de 1998

BAÑO INEDITO DE TIN TAN

Indisciplinado, parrandero, desorganizado, mujeriego, impuntual, pero inteligentísimo, alegre, simpático, bondadoso, generoso y muy trabajador. Así era Germán Valdés, Tin Tan. Era ``un actor en estado de gracia'', en opinión del crítico de cine Emilio García Riera.

Gilberto Martínez Solares, quien lo dirigió en varias de las 100 películas que filmó, platicó en una entrevista que cierta vez Tin Tan no llegó al estudio. ``Por un amigo supimos que se le había ocurrido irse a Londres con la Chula Prieto, una bella estrellita, a ver la clausura de la Olimpiada de 1948, en la que Humberto Mariles y el equipo ecuestre de México ganaron medallas de oro. Cuando regresó, me encontró a la puerta de los estudios y me dijo:

``-Don Gil, no sabe qué pena tengo, pero fíjese que cuando salía de la casa, al despedirme de Rosita (su esposa Rosalía, una de las Hermanas Julián, cantantes. Su hermano Ramón se casó con la otra), me dio un beso tan apasionado que me regresé y me quedé con ella dos días en la cama...''

Pese a que a lo largo de su carrera firmó varios contratos de exclusividad, las compañías le permitían libertades como la de actuar en papeles especiales para otras empresas, abandonar sin explicación el rodaje o salirse del set para fumar mariguana.

Generoso como era, no podía negar los préstamos que le solicitaban sus amigos y los vividores que lo rodeaban. Poco sensato para gastar, adquirió varios cabaretes que iban a la quiebra en cuanto él dejaba de actuar en ellos.

Nunca se ha precisado si, como alguna vez dijo, Germán Valdés nació en el puerto yucateco de Progreso, en la capital de la República o en Ciudad Juárez, Chihuahua. Una de las versiones afirma que nació en el DF, el 19 de septiembre de 1915, y ciertamente fue aquí donde realizó sus estudios primarios.

Cuando tenía 12 años, su familia se estableció en Ciudad Juárez y Tin Tan estudió hasta la secundaria.

Cinematográficamente, a partir de 1953 comenzó una decadencia que se prolongaría a lo largo de los siguientes 20 años. Valdés aceptaba cuanto papel le propo- nían, y llegó a darse el caso de que se estrenaran simultáneamente cinco churros suyos, a cual más detestable.

En la década de los 70, ya en completa decadencia, aceptó hasta papeles secundarios. Así apareció como Tsekub, en la serie Chanoc, en la que ni siquiera lo salvó la dirección de Gilberto Martínez Solares.

En la misma época participó en la cinta El increíble profesor Zovek, de René Cardona, que también lo dirigió en La disputa y Noche de muerte, películas que se proyectaron con pena y sin gloria, como evidencia de que los días de grandeza de Tin Tan habían quedado muy atrás.

El 29 de junio de 1973, el cómico falleció. Con su muerte comenzó una justa revaloración de la crítica y un culto que se oficia por televisión para deleite de los tintanómanos, enfrentados con regocijo a la ``incómoda conciencia'' de México que advirtió Salvador Novo.

Material recopilado en Internet:

http://www.eureka.com.mx/ecsa/ga/tintan/3chiva.htm