La Jornada 29 de mayo de 1998

Al fin llovió en la capital

José Galán y Elia Baltazar Ť El programa Doble hoy no circula se mantendrá hoy por cuarto día consecutivo, luego de que ayer se registraron 194 puntos de ozono en la zona suroeste de la ciudad de México a las 14:00 horas. Esto implica que los vehículos con engomados azul y rosa, y terminaciones en 9 y 0, 7 y 8, además de permisos, no podrán transitar este día a menos de que cuenten con calcomanía cero.

Desde el pasado jueves 21 de mayo han sido detenidos 541 vehículos por contaminar ostensiblemente, por carecer de verificación vehicular o, de plano, por violar el Hoy no circula. El costo de las multas por no verificar a tiempo es de 20 días de salario mínimo. Los conductores de los vehículos ostensiblemente contaminantes son acreedores a una multa de 724 pesos, con plazo de un mes para reverificar y pagarla. Este tipo de operativos continuarán hoy en toda la ciudad.

Cabe señalar que el periodo más largo de contingencia ambiental ocurrió del 29 de octubre al 2 de noviembre de 1996; es decir, cinco días, cuando los máximos de ozono llegaron a 274 puntos imeca.

Vimos llover

Se acabó la espera. Y por fin Tláloc abrió el cielo para derramar sus maravillas sobre el reino de los imecas. Milpa Alta, Xochimilco, Magdalena Contreras y Tlalpan fueron las primeras en recibir la gracia de la lluvia sobre su tierra sedienta, herida por incendios. Siguió el centro, el norte y más tarde el oriente de la ciudad capital.

A las calles salieron los fieles del dios azteca, animados por la sorpresa. No ganó la selección, pero llegaron las primeras lluvias del año y había que animar al cielo para que diera más, con danzas de jóvenes y niños que anunciaban el fin de la sequía, como sucedió en las calles de Calzada del Hueso y Florales, donde Ana, una joven de 19 años, se encargó de anunciar a sus amigos la buena nueva.

Primero fue el sur de la ciudad. En Tlalpan, las primeras gotas comenzaron a caer a las 5:30 de la tarde. En Xochimilco, Milpa Alta y Magdalena Contreras, la lluvia llegó al entrar la noche. Y más tarde, en las delegaciones del centro y el norte, el concreto absorbió el agua, despojando al calor de su fuerza de los últimos meses.

En Tláhuac, los ejidatarios de San Pedro, Mixquic y San Juan Ixtayopan salieron a sus campos, abrieron surcos y comenzaron a trabajar. No había tiempo que perder. La sonrisa de Tláloc iluminó los cielos del Distrito Federal, que anoche se olvidó de los imecas.