La Jornada 23 de mayo de 1998

Suplemento ``corruptor'', llama Nuevo Criterio a Letra S

El periódico Nuevo Criterio, de la arquidiócesis de México, criticó que asambleístas del Partido de la Revolución Democrática, así como el Consejo Nacional de Población, la Universidad Nacional Autónoma de México, La Jornada y numerosos ``intelectuales'' promuevan ``políticas públicas que garanticen la aplicación de leyes, como la elaboración de programas dirigidos hacia el sector de los homosexuales, lesbianas, bisexuales''. Por lo tanto, consideró, los promotores de ``las desviaciones sexuales'' deben ser detenidos.

Mediante su más reciente editorial, el órgano informativo de la curia metropolitana se declaró contra el suplemento ``corruptor'' de La Jornada, Letra S, por apoyar esas ``desviaciones'', que ``pretenden imponer un criterio gramsciano, subjetivo y relativista'' entre la sociedad, como, según afirma, promueve en un artículo Jeffrey Weeks.

En este suplemento, señaló, ``se trata de apoyar el respeto a diversas formas de poder ser y el reconocimiento de las variadas formas que potencialmente existen para lograr los objetivos que uno mismo define''.

Ante esto, consideró, ``pueden existir errores genéticos y también problemas sicológicos que deben ser atendidos y comprendidos pero también hay degeneración y maldad que puede contagiar a la sociedad corrompiéndola''. Por lo tanto, mencionó, sus promotores deben ser detenidos.

Lamentó que, ``ocupados en la supervivencia económica, distraídos por el conflicto de Chiapas y entretenidos en la transición democrática del país, a muchos mexicanos les ha pasado por alto un fenómeno importado, ajeno y enemigo de nuestra cultura: la revolución sexual''.

De integrantes del ``punto culminante'' para este proceso, consideró a los legisladores capitalinos del PRD, quienes, dijo, pretenden introducir en la legislación del Distrito Federal ``disposiciones jurídicas que contribuyan a eliminar toda forma de discriminación por motivo de orientación sexual''.

Condenó que en esta discusión se aliente el sustento teórico de Marcusse, quien dio impulso a la ``liberación'' femenina, para ``abrir las puertas de un feminismo extremista que asestó un fuerte golpe a la familia al confrontar a los esposos''.

Después de esto, expresó, los homosexuales se unieron a la lucha para enarbolar ``extrañas banderas que habrían de ser llevadas a Beijin por las Naciones Unidas dizque en aras del respeto a la dignidad de la mujer, pero escondiendo toda una revolución cultural con el pretexto del sexo, que bajo las banderas de la diversidad, la perspectiva de género, la libre orientación sexual y otras cosas por el estilo, constituyeron un fuerte impulso internacional que, por desgracia, nos ha invadido''.

A nombre de los católicos, Nuevo Criterio señaló que las pretensiones de legislar a favor de los matrimonios entre homosexuales ``dañan nuevamente a la institución familiar, pues el intento también es negar la naturaleza de la familia''. Estos derechos, consideró, ``no pueden invocarse para consolidar actos que van contra natura. Es una contradicción inadmisible''.