Mi esposo no es narco, dice Teresa de Lupercio
Gustavo Castillo García Ť Dos versiones, una historia. Teresa Hernández Rodríguez, esposa de Pedro Lupercio Serratos, asegura: la familia Lupercio Serratos no es de narcotraficantes. Tomás Colsa McGregor, compadre de Pedro Lupercio, declaró a la Procuraduría General de la República (PGR) que éste quedó ``al frente del negocio de drogas para controlar la plaza de Jalisco a la muerte de su compadre Gabino Soto Mora''.
Teresa Hernández Rodríguez aseguró en entrevista con La Jornada: ``ni mi esposo ni su hermano son narcotraficantes, lo confirman las declaraciones del general Jesús Gutiérrez Rebollo y Horacio Montenegro Ortiz, quienes mencionan que se les sembraron armas y droga para inculparlos.
``La detención de Pedro y Gerardo la realizaron militares vestidos de negro, quienes nos encañonaron mientras a ellos los golpeaban, los enrollaban en unas cobijas y luego los aventaron a unas camionetas.
``Tampoco tenemos fortuna, lo único que teníamos lo incautó la Procuraduría General de la República'', explica, para luego agregar: ``Solicitamos al presidente Ernesto Zedillo que su caso sea revisado, pues ni el juez ni el magistrado que los condenaron aceptaron como elementos de prueba las declaraciones de Gutiérrez Rebollo y de Montenegro Ortiz''.
Durante la entrevista, Hernández Rodríguez aceptó que los hermanos Lupercio Serratos sí conocieron a Eduardo González Quirarte, identificado como el administrador del cártel de Juárez, pero fue porque, puntualizó, vivía en Zapopan, de donde somos originarios, y fue ``de vista'', nada más.
``Mi esposo era ganadero, teníamos una carnicería en Guadalajara... Pedro se dedicaba a la compra y venta de ganado, al cultivo de caña en unas tierras de su padre en Nagualaco de Mercado, Jalisco, no sé por qué nos vinculan con narcotraficantes, yo nunca me di cuenta que estuviera relacionado con personas como Amado Carrillo y los hermanos Arellano Félix'', prosiguió.
``Eduardo González Quirarte tenía el reconocimiento social de una persona que posee muchas granjas de engorda de ganado. Por eso lo conocíamos.''
Hernández Rodríguez dice tener muy presente el día en que su esposo y su cuñado fueron detenidos; ``Eran como las 5:30 de la mañana, la casa donde estábamos era de mi cuñado Gerardo; muchos hombres armados con rifles de alto poder y AK-47 ingresaron sin una orden de cateo ni de aprehensión.
``A nosotras nos amagaron, nos golpearon y nos mantuvieron lejos de ellos. A mi esposo y mi cuñado los empezaron a golpear, los hombres llevaban el rostro cubierto con pasamontañas negro, el mismo color que su uniforme. No portaban ninguna sigla.
``Los hombres golpearon por varios minutos a mi esposo y su hermano, uno de los que iba les decía que dijeran que eran narcotraficantes; mi esposo les preguntó ¿por qué?, ese hombre le respondió: porque tenemos que presentar trabajo.
``Ninguno de los que entró se identificó, sólo supimos que habían sido militares porque llegó todo el Ejército, afuera estaban muchos vehículos de esos que parecen tanques, eran muchos. Luego supimos que quienes había dirigido el operativo había sido el general Gutiérrez Rebollo, aunque nunca lo vimos, como tampoco a Horacio Montenegro Ortiz'', mencionó.
``Luego supimos que tanto Pedro como su hermano Gerardo estaban acusados de narcotraficantes, al igual que Luis Guillermo Navarrete Pintado y José Manuel Navarrete Pintado, a quienes luego supimos los detuvieron en la misma forma en Querétaro y el Distrito Federal, respectivamente; sin embargo, dijeron que habían sido detenidos en un operativo carretero y todos juntos. No es cierto, existen constancias de ello.''
Sobre la fortuna de la familia Lupercio Serratos, Teresa Hernández asegura: ``Lo único que teníamos, una carnicería y un rancho en que había unas 70 vacas que producían leche y queso que luego vendíamos lo aseguró la PGR y no los han devuelto''.
--¿Les han congelado cuentas bancarias, se las ha asegurado la PGR?
--Ninguna, no tenemos nada y lo único que queremos es que los liberen porque es mentira que la familia Lupercio Serratos sea de narcotraficantes. Lo único cierto es que vivimos con mucho miedo, porque tampoco sabemos de dónde se pudo ordenar la muerte de mi cuñado Filiberto, concluye.
Colsa McGregor y su testimonio
Pedro Lupercio Serratos ``queda al frente del control del negocio de drogas, para controlar la plaza de Jalisco cuando muere su compadre Gabino Soto Mora o Gabino Salcido, hermano de Manuel Salcido, El Cochiloco.
Colsa McGregor declaró ante el Ministerio Público Federal, el 25 de marzo de 1997, que se hizo compadre de Pedro Lupercio Serratos, quien era uno de sus principales compradores de joyería, pero que luego, en 1993, aquél lo amenazó de muerte porque le exigió el pago de 3 millones de dólares.
El testigo de la PGR aseguró que Lupercio realizó grandes operaciones de narcotráfico asociado con Amado Carrillo Fuentes y Rafael Aguilar Guajardo, con quienes, en el aeropuerto de Cancún, recibía droga procedente de Colombia, la cual enviaba después a Estados Unidos, bajo la protección del ex comandante Guillermo González Calderoni.
Una de esas ocasiones, relató Colsa McGregor, ocurrió en julio de 1992. Supuestamente cuatro aviones colombianos cargados con cuatro toneladas de cocaína fueron ``bajados'' por aeronaves de la PGR en el aeropuerto de Cancún; sin embargo, en presencia de Amado Carrillo y Eduardo González, las cajas fueron subidas a un trailer cuyo destino era Ciudad Juárez.
La PGR y sus aseguramientos
Según fuentes de la PGR, entre 1994 y 1996, los hermanos Lupercio Serratos abrieron 11 cuentas en Inverlat, Serfin y Banamex. De acuerdo con la información obtenida, Pedro Lupercio posee en Inverlat de Ciudad Juárez 29 mil dólares; en Serfin de la misma ciudad 7 mil dólares; en Serfin del puente internacional de El Paso, Texas, 843 mil dólares. Gerardo Lupercio tiene en Banamex 315 mil dólares; y a Teresa Hernández se le detectaron 43 cuentas en cinco bancos.