La Jornada 20 de mayo de 1998

El impacto sobre México ``será limitado'', estiman en Wall Street

David Brooks, corresponsal, Nueva York, 19 de mayo Ť El caso contra 22 banqueros y tres bancos mexicanos por lavado de dinero de los cárteles de Juárez y Cali quedó hoy en manos del fiscal de Estados Unidos en Los Angeles.

Mientras, en la costa este del país la reacción de Wall Street fue mesurada y analistas pronosticaron un impacto limitado en la confianza del sector financiero estadunidense en México.

La oficina del fiscal de Estados Unidos en Los Angeles precisó este martes que los detenidos de la operación Casablanca suman 40 de los 107 acusados formalmente, y no los 134 anunciados ayer por el gobierno de Bill Clinton en Washington. Aunque se esperan más arrestos en las próximas horas, no serán los entre 40 y 70 también anunciados el lunes por la administración Clinton, aseguró el vocero de la oficina del fiscal de Estados Unidos en Los Angeles, Thom Mrozek.

Las tres acusaciones, una por lavado de dinero del cártel de Cali, la segunda contra el cártel de Juárez y la tercera contra funcionarios bancarios mexicanos y tres instituciones financieras de México, contenidas en documentos que suman más de 200 cuartillas, identifican a 107 acusados; de éstos 36 han sido detenidos en Estados Unidos, cuatro en México y dos en Aruba (dos individuos arrestados en Italia no forman parte de la lista de acusados en la operación Casablanca).

Además, los tres bancos mexicanos nombrados en las acusaciones --Bancomer, Confía y Banca Serfin-- forman parte del total de 110 partes acusadas formalmente. De estos acusados, durante el curso de la operación, según la fiscalía en Los Angeles, se han arrestado 35 personas que fueron descubiertas y que formaron parte indirecta de los objetivos de la investigación.

Los últimos datos, de acuerdo con información otorgada por la fiscalía a La Jornada, incluyen: el viernes se obtuvieron 25 órdenes de aprehensión --ejecutadas el lunes-- por fondos contenidos en 28 cuentas en Estados Unidos en manos de 12 bancos mexicanos, con el resultado de 34 millones de dólares confiscados, cifra que se incrementará en los próximos días (junto con cuentas de Bancomer).

Otras 47 órdenes de confiscación fueron ejecutadas el lunes contra cuentas relacionadas con el lavado de dinero de los cárteles de Cali y Juárez, con un total de 8 millones de dólares. Otros 17 millones fueron obtenidos durante los casi tres años que duró la operación Casablanca.

En las acusaciones se identifica a Víctor Manuel Alcalá Navarro como actor principal en el lavado para el cártel de Juárez. Se comenta que Navarro, entre los detenidos este fin de semana en Las Vegas y en traslado a Los Angeles, se reunió frecuentemente con los agentes encubiertos de Aduanas en Los Angeles, y fue quien les presentó a banqueros mexicanos que aceptaron lavar fondos del narcotráfico. Según estos documentos, Alcalá Navarro fue lugarteniente de José Alvarez Tostado, quien encabezó la operación de lavado para el cártel de Juárez desde Chicago, y ahora es considerado prófugo. Se detallan operaciones similares contra los detenidos vinculados con el cártel de Cali.

Sin embargo, sigue habiendo discrepancias entre las cifras manejadas por la fiscalía, ahora encargada del caso, y las ofrecidas ayer en Washington por el secretario de Tesoro, Robert Rubin, y la procuradora general, Janet Reno.

En Washington, el Departamento de Estado intentó reafirmar su compromiso de trabajar en cooperación con el gobierno mexicano, después de haberse revelado que durante tres años la operación se realizó sin el conocimiento de México. Jamie Rubin, vocero del departamento, aseguró que ``aunque esta fue una investigación basada en Estados Unidos, buscaremos trabajar con México para construir sobre este adelanto, para combatir tales crímenes financieros''.

Los pronósticos en Wall Street

En Wall Street, analistas de las casas financieras indicaron hoy que la reacción de las autoridades mexicanas favorable a cooperar con la investigación, la creciente participación extranjera en el sector bancario mexicano y la situación financiera de relativa estabilidad de México en el contexto internacional, limitarán el impacto de este escándalo en los mercados financieros.

David Malpass, economista internacional de la Bear Stearns, comentó: ``El impacto inicial, claro, es negativo'', pero señaló que a largo plazo los efectos de la noticia dependerán de los hechos. ``Acusaciones sobre el comercio de drogas contra México han tenido algún impacto en la confianza (en el país), pero los inversionistas en general son de largo plazo, y están dispuestos de mantenerse firmes.... No creo que esto tendrá un efecto de largo plazo'', afirmó.

Bernard Aronson, director de Acon Investments y ex subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos (en el gobierno de George Bush), declaró a La Jornada : ``Esto no ayuda a promover confianza en esos bancos'', pero dijo no esperar que la noticia tenga un ``impacto macro'' sobre la comunidad de inversionistas. Consideró, sin embargo, que es ominoso que ``el nivel de corrupción se haya ampliado a estas instituciones'', ya que se trata de bancos prestigiosos y reconocidos.

Pero, al mismo tiempo, estimó positivo que la reacción del gobierno mexicano sea de cooperación. Aronson indicó que una buena noticia es que se está avanzando en la lucha contra el narcotráfico de una forma más efectiva. ``Sólo hay dos maneras de atacar a los narcotraficantes, una es reducir la demanda, y la segunda es a través de su dinero''.

Agregó que no hay falta de confianza en gente como José Angel Gurría, pero que la decisión de no cooperar con México en el curso de la investigación fue más una falta de confianza en el sistema, ``pero eso no es novedad''. Concluyó que el narcotráfico es la principal amenaza contra las democracias de América Latina, y ``ojalá esto sirva como otro despertador'' para México sobre el tema.

Una analista de una de las principales casas financieras de Wall Street opinó que fue muy positiva la reacción del gobierno mexicano, ``muy prudente'' al expresar su disposición de cooperar. Consideró que el impacto del escándalo será muy limitado aquí, en parte porque México sigue como mercado preferido de los países emergentes, y porque el caso surge en momentos en el que hay graves preocupaciones por lo que sucede en Indonesia, India, Pakistán y otros mercados asiáticos.

Esta fuente señaló que las consecuencias se manifestarán más en los mercados de valores especulativos que en los de rentas fijas, y que los bancos de segundo nivel serán los más afectados. ``El elevado nivel de participación extranjera en los bancos en México, hace que el impacto sea al mismo tiempo más y menos importante''.

Explicó que, por un lado, el impacto es mayor en los bancos con mayor participación extranjera porque son más conocidos y más sujetos a la vigilancia. Al mismo tiempo, el impacto sobre ellos es menor, ya que los bancos de segundo nivel que no cuentan con capital extranjero son más débiles y más vulnerables en estas situaciones. Por lo tanto, estimó que esto se convertirá ``en un problema para los de segundo nivel'', pero no será un ``problema sistémico'' por el alto nivel de participación extranjera en los bancos más importantes, algo que los sujetará cada vez más a regulaciones y vigilancia más apegada a las normas estadunidenses, y así, con menores posibilidades de corrupción.

Susan Kaufman Purcell, vicepresidenta del Americas Society, opinó que esto podría tener un lado positivo, ya ``que podría llevar a que México tome acciones contra los narcotraficantes mexicanos, porque finalmente representan una amenaza política mayor para México que para Estados Unidos''. También podría llevar a profundizar las investigaciones sobre individuos o instituciones que se han implicado en el lavado de dinero, ya que ``no sólo Estados Unidos, sino el propio gobierno de Zedillo han reconocido que el problema existe''.