La Jornada 19 de mayo de 1998

Llama el mandatario a diseñar juntos el plan de gobierno; crea la Secretaría de Seguridad

Elena Gallegos, enviada, y Francisco Guerrero, corresponsal, Cuernavaca, Mor., 18 de mayo Ť En una convulsionada, agria sesión y luego de tomar protesta como gobernador sustituto, Jorge Morales Barud convocó a un nuevo pacto político y social para lograr la reconciliación en Morelos; se comprometió a conformar un gobierno incluyente; anunció como primera medida de su administración la creación de una Secretaría de Seguridad Pública para enfrentar de inmediato el azote de la inseguridad --``ya no podemos vivir en la zozobra''--, y dijo que hoy ``es tiempo de olvidar rencores''.

No sólo eso, el hombre designado para concluir la gestión de Jorge Carrillo Olea perfiló en su discurso un viraje total de lo que fue la política de su antecesor, y en ese tenor pidió a todas las fuerzas políticas y sociales ``diseñar juntos'' el nuevo plan de gobierno, y ofreció ``restañar las heridas'', lo cual hace inaplazable ``la revisión del caso Tepoztlán'' para tomar en su momento las medidas pertinentes --el Partido de la Revolución Democrática demanda la liberación del profesor Gerardo Demesa, a quien se considera preso de conciencia-- y lograr también la reconciliación con los habitantes de ese lugar.

Morales Barud prometió además reinstalar de inmediato la Mesa para la Reforma del Estado; adelantó que durante su gestión no habrá lugar para la impunidad, la ineficiencia o la corrupción, e insistió en que uno de los problemas que se abocará a combatir de inmediato es la inseguridad.

``Demandamos instituciones que garanticen la salvaguarda de la integridad física y patrimonial de nuestras personas y familias'', por eso se creará la Secretaría de Seguridad Pública, que se encargará de poner en marcha los mecanismos y las estrategias que ``de una vez por todas nos brinden los niveles de seguridad que todos deseamos''.

Repitió que se empeñará en mejorar la procuración de justicia y sobre todo en erradicar cualquier modo de corrupción, prepotencia o violación de los derechos humanos por parte de los cuerpos policiacos. ``Los elementos de la policía deberán inspirar seguridad y respeto a los morelenses y no temor y desconfianza'', puntualizó en respuesta a una de las quejas más sentidas en la entidad, sin olvidar que los altos índices de criminalidad fueron uno de los detonantes de la caída de Carillo Olea.

Poco después de las tres de la tarde --la sesión comenzó con retraso y tuvo que decretarse un receso debido a que el PRD buscaba incluir en la agenda del día el asunto del juicio por responsabilidad administrativa contra Carrillo Olea-- se procedió a hacer el recuento de la votación. El gobernador sustituto no alcanzó el consenso al que se habían comprometido las fuerzas políticas. De los 30 votos, 27 lo favorecieron, uno en contra, otro anulado, y uno más se emitió en pro de la candidatura del ex senador Angel Ventura Valle, aunque ésta ni siquiera estaba en la propuesta.

Los compromisos hechos por Morales Barud ante cientos de morelenses que atestaron la sede del Congreso local pusieron fin a lo que pareció una crisis interminable, que estalló cuando Carrillo Olea se despidió de la población --el martes pasado--, anunciando que al día siguiente pediría licencia indefinida, pero que se complicó luego que no hubo acuerdo para el relevo.

Así, y ante la decisión que se tomó en la ciudad de México de que el sucesor fuera Juan Salgado Brito, las fuerzas políticas se enredaron en un conflicto que se fue alargando hasta que el PRI aceptó retirar la candidatura impugnada. Entonces se dijo que el sustituto sería Angel Ventura Valle, pero ya no fue el PRD sino el mismo Partido Revolucionario Institucional (PRI) local el que rechazó la propuesta del centro. La revuelta priísta culminó con la llegada de Morales Barud, considerado pieza clave para consensar simpatías no sólo con los grupos opositores sino al interior de las corrientes del priísmo y del grupo de notables --los ex gobernadores-- que aún influyen en la entidad.

Todo ello fue factible gracias a la composición en el Congreso, en la que ninguna fuerza por sí sola podía definir cómo evitar el vacío de poder. De esta forma, los jaloneos que durante una semana ensombrecieron el panorama político se dieron en todos los frentes: el PRD contra el PRI; el PRD contra el centro, y el PRI local contra las decisiones de la ciudad de México. La crisis llevó a los contendientes a endilgarse los peores calificativos, e incluso el PRI llegó a amenazar con promover en el Senado la desaparición de poderes.

Pero hoy, una vez que concluyó la sesión solemne --aunque fue todo menos solemne--, Morales Barud se dirigió caminando al Palacio de Gobierno y la gente aplaudía a su paso. Ahí, en conferencia de prensa señaló que será en los próximos días cuando dé a conocer a los integrantes de su gabinete (se descarta que repitan los carrillistas) y señaló que estudiará la propuesta para hacer las reformas de ley pertinentes para que el procurador sea electo por el Congreso de una terna que le ofrezca el Ejecutivo.

En cuanto al juicio en contra de Carrillo, convino en que él será respetuoso de la decisión que tome el Congreso, aunque señaló que al retirarse del cargo deja de haber materia para proceder.

Después de la conferencia se dirigió al Salón Morelos para signar con partidos y fracciones parlamentarias los lineamientos estratégicos para un gobierno de reconciliación.

Vamos al reencuentro

Morales Barud dijo a los cientos de personas que fueron hasta la casa de los legisladores para atestiguar el momento, que encabezará un gobierno incluyente que permita el reencuentro para la convivencia armónica y la paz social, fortalezca la democracia, afiance la solidez de las instituciones públicas y atienda con decisión los problemas más ingentes del estado.

Precisó que pugnará por un Poder Ejecutivo fortalecido con la presencia y la participación de hombres y mujeres ``morelenses'' --a Carrillo Olea le reprochaban que hubiera traído tanto fuereño-- comprometidos con Morelos, que independientemente de su filiación partidista o ideológica estén dispuestos a contribuir con lo mejor de su esfuerzo y su talento a la construcción del Morelos de hoy y de mañana.

Señaló una y otra vez que juntos y cada uno en la esfera de su competencia, los tres poderes --Ejecutivo, Legislativo y Judicial-- ``podemos construir los puentes necesarios entre sociedad y gobierno para la gran tarea de la reconciliación, la estabilidad y la certidumbre'', y agregó que el diálogo y la concertación serán los instrumentos que empleará para la búsqueda de los consensos que hoy requiere la entidad.

Respecto al nuevo pacto político y social al que convocaba, convino en su necesidad para propiciar una sana relación entre los poderes públicos estatales, basada en el respeto y la cooperación; para continuar el fortalecimiento de la autoridad municipal y para propiciar una participación corresponsable de la sociedad en los actos y decisiones de gobierno.

Cerró: ``La unidad, la concordia y la civilidad política son el camino para acceder a los niveles de desarrollo que nuestros paisanos reclaman justamente''.