La Jornada 18 de mayo de 1998

Costoso para el país, retrasar una salida al problema: Yáñez Solloa

Antonio Vázquez /I Ť Retrasar la discución y solución sobre el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) y politizarlo más de lo debido podría llevarnos a una megacrisis ``impensable'' al término del sexenio, que desactivaría la economía y enviaría muy malas señales a los inversionistas nacionales y extranjeros. Además provocaría el ``desencanto de la sociedad con la democracia''. Por ello, el Legislativo debe asumir posturas más serias y responsables en éste, que es uno de los grandes temas nacionales.

Vicente Yáñez Solloa, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), quien hace un mes asumió la dirigencia de esta organización, advirtió en entrevista con La Jornada que temas como el del Fobaproa no pueden, por el bien del país, ser enterrados o partir del ``borrón y cuenta nueva. Si hay algo que aclarar, que investigar y se detectan malos manejos o corruptelas, que se castigue a los responsables, pero por el bien del país no podemos perder más tiempo en declarar si es deuda pública o no porque condenaríamos a la economía a la inmovilidad. Con la economía no se juega'', sostuvo.

Presidente del Consejo de Administración de Casa Lux --productora de muebles metálicos para laboratorios y hospitales--, Yáñez Solloa no duda al señalar que la actitud asumida por el Legislativo en el pasado periodo ordinario debe ser calificada de ``improductivo''. No es posible, afirma, que habiendo tantas cosas elementales que resolver por el bien del país, se pierda el tiempo en trivialidades como si se puede o no fumar en la cámara, dónde se van a sentar.

En su lista de prioridades el presidente de Canacintra ubica el tema del Fobaproa. Apunta que para evitar crisis en este fondo y hacer viables a los bancos es necesario evitar la cultura del no pago, pues de lo contrario la consecuencia serían elevadísimas tasas de interés, un repunte en las carteras vencidas y la imposibilidad de que las pequeñas y medianas industrias tengan acceso a créditos.

--¿Qué opinión cree que esté generando entre inversionistas nacionales y extranjeros el manejo legislativo que se quiere dar al Fobaproa?

--Mira, de entrada con la economía no se juega, y esa es una lección que hemos recibido históricamente los mexicanos, y en este caso concreto habría que ver el momento histórico que estamos enfrentando para salir de la crisis. En vez de estar discutiendo si Fobaproa es o no deuda pública, deberíamos darle un tratamiento que haga más fácil su manejo y cómo hacerlo más barato. Se me antoja irresponsable que aún haya en la cámara quienes quieran retrasarlo, porque si le echamos cuentas esto nos cuesta muchos millones de dólares al día a todos los mexicanos. Hay decisiones que se deben de tomar rápido, independientemente de que las investigaciones sigan su curso. Esa es la demanda de la sociedad. Que se investigue, y si se encuentran responsables, pues que se les castigue. Que se transparente, que sea muy claro lo que pasó ahí, para que no vuelva a haber malos manejos. Pero que no se congele más por cuestiones políticas la discusión de los grandes temas nacionales.

Al igual que otros dirigentes sectoriales, el nuevo presidente de Canacintra se manifestó a favor de resolver la crisis del Fobaproa mediante la formación de un organismo democrático bajo supervisión, y el reforzamiento de los aspectos jurídicos, para que se garantice el cumplimiento de los contratos.

--¿Cuáles serían los riesgos de no avanzar rápido en este tema?

--Si no hubiéramos tomado este tipo de medidas, nos hubiéramos quedado sin sistema financiero. Un país no puede quedarse sin un sistema de pagos. Si nos hubiéramos ido por ahí, nos hubiera llevado a quedarnos sin un sistema de pagos que a la larga hubiera sido más costoso para el país. Estaríamos ahorita inmersos en una megacrisis. Eso por un lado, ahora hay que preguntarle a los legisladores: ¿qué señales estamos mandando? Los mercados no son tontos, elseguramente se preguntarán ¿por qué los mexicanos no toman soluciones prácticas que en su discusión no deben durar más allá de cinco minutos y sin embargo llevan ya varios días aplazándolas y politizándolas? Al politizarlas sucede que corremos el riesgo de que se desactive la economía. Al politizar todo esto corres el riesgo de que iniciativas como esta, conviertan en rehén político a la sociedad.

--¿Sientes que haya interés de politizar temas como el Fobaproa y convertir a la sociedad en rehén de intereses partidistas?

--Más nos vale que no sea así, pero ahí tienes la ley indígena, la reforma fiscal integral y la ley financiera. A veces pareciera que las estamos llevando al nivel de decir: ``Yo te la apruebo a cambio de que negociemos presupuesto, de que negociemos posiciones electorales''. Volver a los riesgos de las concertacesiones. Si hay que investigar, pues que se haga, el propio secretario Gurría dijo estar de acuerdo en llegar al fondo de las averiguaciones, de realizar auditorías incluso, pero no podemos pasarnos la vida discutiendo y enterrando cadáveres como se hizo con Conasupo. Aprendamos de otros países en los que asuntos de esta naturaleza no tardan más de cinco minutos porque son de prioridad nacional, y aquí en cambio hay quienes pretenden politizarlo todo y convertir a la sociedad en su rehén.

--¿Está el país en condiciones de enfrentar una nueva megacrisis?

--Eso es impensable. Imaginemos un escenario en que alguien diga no, eso no es deuda. Entonces lo que el gobierno mexicano avala, eso no es deuda, automáticamente los pagarés estos son superiores al capital de todos los bancos. Eso, en términos llanos, nos llevaría a una quiebra de todo el sistema financiero y tendrías dos opciones: o dejas que truene el país, o el gobierno tendría que entrar a rescatar a un sistema de pagos que a la larga nos costaría a todos muy caro. El costo de esta situación es ya muy caro. Equivale más o menos a la deuda pública de 1982 y eso es un dineral que en caso de postergarse vamos a tener que pagar los mexicanos durante muchos años. Nos guste o no, Fobaproa es la factura de la crisis.