Acabó la crisis en Morelos
Elena Gallegos, enviada, y Francisco Guerrero Garro, corresponsal, Cuernavaca, Mor., 16 de mayo Ť Después de una ``inesperada y dura rebelión'' del priísmo local que condicionó la declinación de Juan Salgado Brito a suceder a Jorge Carrillo Olea, a que no se les obligara a apoyar la candidatura del ex senador Angel Ventura Valle --responsabilizaron a su gente de las desgracias de Salgado--, esta madrugada Jorge Morales Barud, dirigente estatal del PRI, se perfilaba como gobernador sustituto.
La decisión del PRI de Morelos de apoyar a Morales Barud --incluido de última hora en la terna propuesta al PRD y conformada por Ventura y el magistrado Roberto Juárez-- la dio a conocer el coordinador parlamentario, Víctor Manuel Saucedo Perdomo, en conferencia de prensa efectuada a las 0:30 en el recinto del Congreso, en el que en unos minutos más se iniciará la sesión en la que se aceptará la petición de licencia de Jorge Carrillo Olea y se tomará la protesta a Morales Barud.
Supuestamente, como medida emergente para superar la crisis ante la férrea oposición a Salgado Brito, la Secretaría de Gobernación habría determinado hacerlo a un lado y lanzar en su lugar a Ventura. De este modo, la sublevación de los priístas fue contra el centro. Ellos mismos señalaban aquí que hubo ``torpeza política'' para maniobrar, lo que terminó revirtiéndoseles.
Se esperaba que alrededor de las 3 de la mañana queden cumplidos los requisitos de ley para el relevo. Al cierre de esta edición, Antolín Escobar, el oficial mayor, preparaba ya la agenda de la sesión, mientras que los priístas volvían a reunirse para determinar la conformación del nuevo gabinete. El PRD sostuvo que no formará parte del mismo.
A fin de cuentas y dada la composición del Congreso local --ninguna fuerza tiene mayoría--, y de la postura del perredismo de la entidad, el PRI tuvo que retirar su propuesta inicial. Desatados, eufóricos, los perredistas comentaban: ``Tiramos, en menos de una semana, a dos gobernadores: al constitucional, repudiado por el pueblo, y al que nos quería imponer el dedo del centro''.
El desenlace se complicó luego que los priístas lograron salvar la espinosa pugna. Legisladores, dirigentes de sectores y militantes que estaban con Salgado Brito se opusieron a Ventura Valle, vinculado al ex gobernador Antonio Riva Palacio, de quien fue su secretario de Finanzas, y aseguraron que fue ese grupo el que ``ensució el proceso para zancadillear a Salgado'', según informaron fuentes confiables.
Sin embargo, esta versión no pudo confirmarse, ya que diputados y dirigentes del tricolor con rostros desencajados se encerraron a piedra y lodo a dar la discusión.
En ella también participó el diputado federal Juan Jaramillo, a quien se le considera uno de los más allegados a Salgado Brito, de quien se rumoró que a cambio se le dará un puesto en el gabinete federal, posiblemente una subsecretaría de Sedeso.
Morales Barud tiene 37 años, nació en Puente de Ixtla, poblado del que fue alcalde. Es licenciado en Economía y tiene maestría en Administración. Fue colaborador de Sócrates Rizzo en la Secretaría de Programación y Presupuesto, cuando su titular era Carlos Salinas de Gortari. Durante la gestión de Carrillo Olea fue secretario de Gobierno diez meses.
Definición en el PRD
Por la mañana, los perredistas volvieron a trasladarse a la ciudad de México, al hotel Ejecutivo Inn, en donde se reunieron a invitación de Andrés Manuel López Obrador y del CEN con los miembros del Consejo Nacional, que en sus sesiones de trabajo agendó el caso Morelos como uno de los temas prioritarios.
Ahí, se emitió un resolutivo aprobado por unanimidad, en el que se otorgaba un reconocimiento al PRD de Morelos, a su grupo parlamentario y a la ciudadanía, y se le daba un voto de confianza en las determinaciones que tomaran para salvar la crisis que se desencadenó en ese estado el martes, cuando Jorge Carrillo Olea anunció que pediría licencia indefinida al cargo, cosa que hizo hasta el viernes como una medida de presión para que se aceptara la candidatura de Salgado.
Sin embargo, los perredistas no cejaron en su rechazo al delegado de la Sedeso y acordaron hacer su voto público, como una manera de responder a las calumnias que se les lanzaron en el sentido de que algunos de los legisladores habían sido ``cooptados''.
Lograron también superar todas las suspicacias que habían circulado en torno a que la dirigencia nacional o alguno de ellos, había pactado en Gobernación apoyar a Salgado, versión que los metió en un conflicto.
Casi al mismo tiempo, se supo en esta ciudad que el PAN reculaba. No votaría por Salgado debido al altísimo costo político que tendría para ese partido ir solo con el PRI, sin que se hubiera alcanzado un consenso con el PRD.
``Para ellos --comentó Graco Ramírez-- significaba que se volviera a refrescar su alianza con el salinismo y que en los comicios que se avecinan los electores les cobren la factura''.
De hecho, algunos legisladores de Acción Nacional, como Fernando Martínez Cué, escucharon personalmente reclamos de ciudadanos. Les recriminaban su decisión de votar con el PRI.
Al no contar con los votos panistas, el PRI se arriesgaba a que una vez instalado el quórum y aceptada la renuncia de Carrillo Olea, el PAN se abstuviera y ganara el candidato del PRD, Alejandro Mojica Toledo. Es decir, como la decisión puede tomarse por mayoría simple, el PRI obtendría 12 votos para su candidato y el PRD 13, contando el sufragio del Partido Civilista Morelense (PCM) en el que milita Mojica.
Labastida comunica la nueva
Entonces, el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, le llamó al secretario general del PRD, Jesús Ortega, y le dijo que con tal de solucionar la crisis, el PRI estaba dispuesto a retirar la candidatura de Salgado.
Lo único que les pedía era que una vez hecho esto, el PRD ya no le pusiera trabas a la nueva propuesta del priísmo. Ortega informó al perredismo morelense la nueva. A fin de cuentas a éste le correspondía la decisión.
Comenzó a circular que la carta que se ofrecía era el senador Angel Ventura Valle. La especie se dispersó como reguero de pólvora. Había nuevamente visos de solución. Aunque el PRD no votaría a favor del candidato priísta, sí se presentaría a la sesión para instalar el quórum de ley, ``en un acto de responsabilidad política'', se aclaró.
Por la tarde, pero ya en esta ciudad, los perredistas prosiguieron el cabildeo. Concretamente lo hicieron el dirigente Julián Vences, José Luis Correa y Graco Ramírez, acompañados por Andrés Martínez, líder del PCM, y por Mojica Toledo, quien ocupa la única curul alcanzada por el PCM en las últimas elecciones.
Ellos estuvieron reuniéndose con el secretario general de Gobierno, Hugo Salgado Castañeda, y el subsecretario José Luis Urióstegui, quienes hicieron de enlace entre el PRD local y el centro. Una de esos encuentros se efectuó por la tarde en el restaurante La India Bonita.
De hecho, ya antes el mismo Correa había comentado que en las negociaciones la parte oficial cambió de interlocutores, por lo que en el último tramo fueron hechos a un lado el líder estatal del PRI, Jorge Morales Barud, y el coordinador parlamentario, Víctor Manuel Saucedo Perdomo.
A esas alturas, nadie se atrevía a creer que ya se respiraba un clima de arreglo. La recurrente experiencia de los últimos días --a lo largo de los cuales se aseguró una y otra vez que ``ya merito'' y al final no pasaba nada-- hacía que imperara el pesimismo.
Al terminar la charla en La India Bonita, Salgado Castañeda --se hizo famosa su notaría porque ahí se hacían las escrituras de las propiedades de Luis Echeverría Alvarez, su protector-- no soltó prenda: ``Estábamos sólo en una convivencia social, hay que estar bien con todos''. Por supuesto, nadie le creyó. Cuando salieron los perredistas del lugar, el gesto en los rostros era otro. Se les veía más relajados. Del restaurante se dirigieron al Congreso. En el salón en el que sesiona la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política (CRICP) se entrevistaron con el coordinador parlamentario del PRI. Ahí se confirmó que se retiraría la candidatura de Salgado Brito.
Pero ya se registraban reticencias entre los priístas, a quienes les resultaba muy bochornoso echarse para atrás luego de repetir hasta el cansancio que ellos tenían una sola propuesta, la de Salgado, y que estaban unidos en torno a él. Tampoco podían aceptar a Ventura porque creían que había grillado a su candidato.
Incluso se esparció el rumor de que se sublevarían y, no obstante la palabra de Labastida, ellos apoyarían a Salgado --aprovechando que el voto es secreto-- para darle una lección al perredismo.
Sobre esta posibilidad, un perredista, en el júbilo por lo que consideraban su triunfo, dijo con sorna: ``¡¿Cuál rebelión?! Si son priístas no perredistas. A ellos les dan línea y ahí se van. ¿No ven que están formados en la sumisión?''.
Aunque en realidad el conato de rebelión sí se estaba dando y éste fue una señal más de los nuevos tiempos que aquí se han vivido con tanta intensidad.
¿Por qué me hicieron esto?: Salgado
Una vez que concluyó la reunión entre PRI, PRD y PCM en el Congreso, Saucedo Perdomo y otros priístas se dirigieron a casa de Salgado Brito. Conversaron un buen rato. Cuentan que estaba abatido.
Poco antes de las 22 horas, en conversación telefónica, el delegado de la Sedeso informó él mismo que había decidido declinar a su candidatura ``en bien de mi estado'' y que inmediatamente después de que tomara posesión el nuevo gobernador, en conferencia de prensa daría a conocer sus razones.
Se le notaba triste, burlado. ``¿Por qué me hicieron esto?'', alcanzó a comentar.
Graco Ramírez consideró que tanto Carrillo Olea como Salgado habían tenido la culpa de lo que pasó.
``¿Cómo es posible que el general anduviera presentando a Juan como su sucesor y que éste, desde el mismo martes, diera entrevistas de prensa como si ya tuviera el puesto en el bolsillo? Torpes. ¿No fueron los dos a Las Quintas a tomarse la foto? Eso fue una burla inaceptable'', dijo.
Pero hoy la sesión programada para las 18 horas se fue retrasando. A la medianoche, la sede del Congreso era un hervidero de rumores y versiones encontradas.
En las galerías, los grupos de gritones del PRI, que desde el viernes se apersonaron en el Congreso, se volvieron a presentar y la emprendieron a insultos contra el perredismo y Graco Ramírez.
Los priístas terminaron su cónclave y dieron a conocer su última decisión, sin dejar de acusar a sus opositores de haber asumido actitudes ``sectarias, protagónicas e irresponsables'' que pudieron llevar al estado a una crisis mucho más grave.
Aquí, en Morelos, las cosas están terminando como comenzaron: en un clima de confusión, desconfianzas mutuas y patadas bajo la mesa.