Recomienda a Del Villar la CDHDF cesar a presunto torturador
Raúl Llanos Samaniego Ť En lo que constituye la primera recomendación al gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) planteó al procurador Samuel del Villar la suspensión inmediata del comandante de la Policía Judicial capitalina, Ismael de la Rosa Ramírez, y que se investigue a dos elementos más de esa corporación por su participación en un caso de secuestro y tortura.
De hecho, el ombusdman Luis de la Barreda precisó que ``entre los más de 20 mil expedientes de queja que hasta la fecha ha tramitado esta comisión, no hemos encontrado a otro agente policiaco que haya sido señalado tantas veces como el comandante De la Rosa, como presunto autor de abusos policiacos graves''.
En conferencia de prensa, el titular de la CDHDF presentó la recomendación 1/98, dirigida al procurador general de Justicia del Distrito Federal, en la que le solicita que a la mayor brevedad se integre y determine debidamente la averiguación previa 3»/4109/96-10 iniciada en 1996 por la probable responsabilidad penal de los agentes judiciales José Luis Martínez Colunga, Luis Manuel Vázquez e Ismael de la Rosa, así como el particular Ignacio Alfonso González Cervantes, en los delitos de privación ilegal de la libertad y tortura cometidos en contra de una estudiante de bachillerato.
Precisó que los hechos ocurrieron la noche del 2 octubre de 1996, cuando la agredida -que estudia en el Colegio de Ciencia y Humanidades de la UNAM-- fue detenida en calles del Centro Histórico luego de participar en la marcha conmemorativa de la masacre de Tlatelolco de 1968. Sus captores fueron presuntamente José Luis Martínez Colunga e Ignacio Alfonso González, quien tiene antecedentes judiciales.
Según lo establecido por De la Barreda, la adolescente -quien forma parte del Comité Estudiantil Metropolitano-- fue obligada a subir a un vehículo spirit negro y llevada a un inmueble en donde fue golpeada e interrogada acerca de sus actividades en el EZLN, de algunos de sus compañeros y su vinculación con un senador del PRD, cuyo nombre no se precisó. En el departamento ``le metieron los pies en un recipiente con agua y le aplicaron corriente eléctrica; le presionaron el cuello y le introdujeron agua mineral en la nariz para asfixiarla. Horas más tarde la abandonaron en Zumpango, estado de México.
Mencionó que la afectada levantó la denuncia respectiva en la tercera agencia del Ministerio Público, que reconoció en archivos de la corporación a sus agresores, pero que en el proceso de integración se cometieron diversas irregularidades, en las que estuvieron implicados desde un médico legista y altos funcionarios de la PGJDF, hasta agentes comisionados para tal asunto, por lo que pide que se inicie procedimientos administrativos contra los que actuaron con negligencia, dolo o mala fe.
De igual manera, precisó que la afectada ha sido objeto de hostigamiento por parte de judiciales, incluido el mismo Ismael de la Rosa Ramírez, quien además ha falseado información ante las autoridades judiciales, ante las cuales tiene varias denuncias pendientes de resolver.
Citó, como ejemplo del hostigamiento, que en una ocasión interceptaron a la afectada en la calle, le cubrieron el rostro con una tela, la subieron a un automóvil y luego le pusieron una bolsa de plástico para asfixiarla, mientras era sometida a tortura psicológica para que retirara los cargos contra los integrantes de la PJDF.
En su recomendación 1/98, el titular de la Comisión de Derechos Humanos del DF cita varios casos de denuncias ante este organismo en los cuales está implicado el comandante De la Rosa; después deja en claro un hecho: ``Parece que es habitual que (este agente judicial) utilice en su trabajo palizas -bofetadas, puñetazos y patadas en partes muy sensibles del cuerpo tales como la cara, el abdomen y los genitales--; el teléfono, que consiste en colocar en la cabeza del sujeto una bolsa de plástico y propinar golpes simultáneamente en ambas orejas; el tehuacanazo y la tortura eléctrica.
``Si un acto de tortura es abominable, la práctica sistemática de ella debe ser impedida y sancionada inmediatamente con todos los medios legítimos asequibles'', puntualizó Luis de la Barreda, quien exigió que las averiguaciones previas y el procedimiento administrativo de responsabilidad que se tramitan contra el comandante Ismael de la Rosa se integren y determinen prontamente.
``Entre tanto, es de elemental prevención que el comandante De la Rosa, si todavía presta sus servicios en la PJDF, sea suspendido inmediatamente en sus funciones policiacas hasta que se determine su responsabilidad en el caso, y evitar así que, como es altamente probable, siga utilizando procedimientos ilegítimos en su trabajo policiaco'', señaló el titular de la Comisión.