Anomalías en 80% de las actas, acusa el candidato opositor
Stella Calloni, corresponsal, Asunción, 10 de mayo Ť Tras una jornada electoral tranquila, el ambiente se enrareció esta noche en Paraguay. El Partido Colorado, el cual hace medio siglo detenta el poder, reclamó el triunfo en los comicios presidenciales, pero el candidato de la opositora Alianza Democrática, Domingo Laíno, denunció un ``gran fraude'' y se proclamó ganador, luego que el Tribunal Superior Electoral anunció el retraso de la difusión de resultados oficiales hasta estudiar actas que no cumplirían con las normas de seguridad previstas.
Ante sus partidarios, que habían mostrado rostros de desesperanza por la tarde mientras los colorados ganaban las calles, Laíno dijo esta noche: ``me veo jurando como presidente''. El veterano opositor paraguayo, un economista de 63 años de edad que estuvo en el exilio durante la dictadura de Alfredo Stroessner, manifestó: ``descubrimos que nuevamente las mafias tramposas pensaban burlar la voluntad del pueblo''.
Laíno señaló que ``esta vez se han equivocado, porque hemos tomado los recaudos necesarios y a través de la nueva política que partió y se generó de la oposición, este mecanismo de diálogo dio lugar a que podamos conformar a jueces competentes, dignos, a personas honradas en el Registro Electoral''. ``Hemos podido lograr con el apoyo de la OEA, la elaboración de un nuevo padrón electoral que represente sobriedad y transparencia'', agregó el candidato de Alianza Democrática, quien estaba a un lado de su compañero de fórmula Carlos Filizolla.
Continuó: ``hemos averiguado y ahora podemos decir con toda responsabilidad que ha habido un intento de fraude que suma un 80 por ciento de las actas electorales''.
Antes, Ramón Ferreira, del Registro Electoral, había dicho a la prensa que algunas actas que llegaban mediante fax presentaban alteraciones, que favorecían sistemáticamente a la candidatura de Cubas. Por esa razón, el Tribunal Electoral decidió no dar a conocer los resultados esta medianoche, y se habla que tampoco se divulgarían mañana, lo que presagia un lunes de tensiones.
Al conocerse la decisión del tribunal, se temía una violenta reacción de los colorados, que habían comenzado a festejar temprano su triunfo, cuando las encuestas a boca de urna, divulgadas por tres medios, les daban una ventaja de 43.7 por ciento de votos sobre 37.8 de la opositora Alianza Democrática. Festejos en los que hubo vivas al ex dictador Stroessner, hoy en apacible retiro en una hacienda en Brasil.
Pero al mismo tiempo que comenzaban los festejos colorados, cuando el Tribunal Electoral no había anunciado aún la postergación de la difusión de resultados, Laíno advirtió que las encuestas a boca de urna no mencionaban a un 18 por ciento de votantes que no contestaron a la salida de los centros de votación. Y era una cifra que, decían los opositores, podía cambiar todo el panorama. También advertía que los cómputos paralelos que la Alianza Democrática llevaba mostraba datos diferentes.
Asimismo, la oposición denunció esta tarde que residentes paraguayos en Argentina no habían podido votar por el cierre en un paso fronterizo, así como la liberación de presos para permitirles participar en las elecciones.
Poco antes de conocerse la denuncia de fraude, la misión de la Organización de Estados Americanos elogió la transparencia de los comicios. Luego, también se denunciaría que la sede del organismo paraguayo Saka, que llevaba un conteo paralelo, sufrió el corte de los cables de comunicaciones. Saka había trabajado en anteriores comicios con el apoyo de la fundación del ex presidente estadunidense Jimmy Carter, que ha enviado delegaciones de observadores a varias elecciones en el continente.
En tanto, muy lejos quedaron los otros candidatos en los conteos, mientras que en las listas para integrar las cámaras parlamentarias, la Alianza Democrática parecía llevarse la mayoría.
Hasta último momento muchos ciudadanos pensaron que no se iba a votar y hubo incluso temores de un golpe militar, cuando esta mañana dos cañoneras aparecieron en las costas del río Paraguay para vigilar el palacio gubernamental. Sin embargo, aun con el presunto triunfo del coloradismo, el pedido que se escuchó entre los militantes más jóvenes del oficialismo fue la necesidad del cambio. También hubo frases que anteriormente nadie se animaba a decir en voz alta: ``somos cautivos de este voto, todos temen que si votan en contra, serán despedidos'', en alusión a la propaganda colorada de que un eventual gobierno opositor despediría a los funcionarios colorados.
Aunque el voto es secreto, no se pueden borrar de un día para otro los reflejos de los años dictatoriales: ``nunca se sabe y no nos podemos jugar nuestro trabajo'', decían algunos empleados públicos. Lo que existe como mensaje es que el coloradismo deberá modificar sus estructuras. No será un lecho de rosas para el futuro gobernante.
Para el analista político paraguayo, Jacinto Flecha, en estas elecciones ``no se enfrentaban dos partidos políticos, sino dos tipos de cultura. Una impuesta en los últimos 50 años a través de todo el aparato de Estado prevaleciendo sobre todo en el trabajo, las escuelas, las fábricas, una forma de ser paraguayo, algo así como paraguayo y colorado, una forma de mirar la vida. Se nos enseñó --afirmó-- a obedecer, a no responder, a no verbalizar, no participar. Esto nunca se contrarrestó y los partidos de oposición no han trabajado en esto. Hay que razonar a fondo sobre estas cuestiones''.
El experto opinó que la ``oposición no trabajó en una contracultura y tampoco en una forma de transformar esa cultura. No trabajó en las bases, desde abajo. No va a ver cambios si no hay cambios en la sociedad'', remarcó.