La Jornada 9 de mayo de 1998

En auge, el culto a Malverde, santo de narcos y poderosos

María Rivera, enviada, Culiacán, Sin. Ť En la dorada hebilla de uno de los dos hombres se observa la figura de una R-15 que cruza una hoja de mariguana. Rodeados por docenas de latas de cerveza y acompañados de imponentes mujeres celebran la letra de las canciones que entona un conjunto norteño: El día que yo me muera/ no voy a llevarme nada/ hay que darle gusto al gusto/ la vida pronto se acaba/ lo que pasó en este mundo/ nomás el recuerdo queda/ ya muerto voy a llevarme/ nomás un puño de tierra.

El jolgorio tiene lugar la madrugada del 3 de mayo, en la capilla de Malverde. El motivo: conmemorar un aniversario más de la muerte del santo venerado en esta región por presos, trabajadores ferroviarios, pescadores, campesinos, mujeres en busca de un hombre que las quiera, y sobre todo, por aquéllos de los que no se sabe nada, excepto que no se les puede ofender.

Los festejantes pertenecen a esta categoría. Visten como cualquier agricultor sinaloense: pantalón de mezclilla, botas tejanas y sombrero. Sólo que sus ganancias les permiten ostentar las cadenas, esclavas y crucifijos de oro que les adornan y las camionetas Explorer y Silverado del año que los esperan a las puertas de la capilla.

Están felices. Parecen vivir buenos tiempos.

La capilla de Malverde amanece engalanada. Listones brillantes enmarcan el altar principal que preside un busto de yeso con la figura de un hombre de pelo oscuro, cejas y bigote poblados, con camisa vaquera y pañuelo negro al cuello. Numerosos ex votos recubren las paredes del lugar. Algunos son escuetos: ``gracias Malverde por el favor.'' Otros, más explícitos: ``gracias a Dios y a Malverde por haverme librado de mis dolensias.'' Tampoco faltan los importantes, como el de la familia de El Güero Palma: ``gracias a Dios y a Malverde por los favores resibidos. Jaime Palma Gutiérrez y fam. La Noria, Mocorito, Sinaloa.'' También están los Quintero de Badiraguato y otras famosas familias sinaloenses.

Desde la madrugada hasta el anochecer no paran de llegar los creyentes. No sólo narcos visitan a Malverde, también los enfermos en busca de un milagro que alivie sus dolores; campesinos que llevan a manera de ofrenda los primeros granos de maíz y frijol de su cosecha o un certificado parcelario; pescadores con frascos donde flotan enormes camarones y, sobre todo, muchas mujeres con sus niños.

``Mi marido se fue pa'l norte hace muchos años y yo creo que ya no regresa. Yo le pido a Malverde que me consiga otro hombre pa' que me quiera y me ayude con los gastos'', susurra doña Carmen Botello. Llegó desde temprano desde Las Higueras y trajo su lonche. ``Le prometí que si me lo consigue, vengo cada día de su santo a pasármela con él''.

Al mediodía la capilla resulta insuficiente para dar cabida a peregrinos, grupos norteños y tamboras. Según la leyenda, a Malverde le gustaba mucho la música, de ahí que cuando se quiere quedar bien con él, hay que dedicarle algunas canciones. Los creyentes no paran de pedir música pese a las tarifas que van de 600 a dos mil pesos la hora.

Los que pagan mandas primero le cantan las mañanitas de Jesús Malverde: Estas son las mañanitas/ que canto pa' que recuerden/ que tenemos quien nos cuide/ el ángel Jesús Malverde.

Apurado el trámite, todo cabe en el repertorio: canciones de amor y de despecho, corridos sinaloenses, hasta algunas de las composiciones de los ídolos de la música grupera: Los Tigres del Norte y Los Tucanes de Tijuana.

En este particular culto no hay que guardar las formas: dentro de la capilla se puede cantar y tomar cervezas. Eso sí --advierte el capellán Eligio González--, sin armar escándalo.

Después de comprar alguno de los numerosos artículos religiosos que se ofrecen en los puestos que rodean la capilla, los peregrinos pasan al altar a poner veladoras y rezar la oración de Malverde: hoy ante tu cruz postrado/ ¡Oh Malverde, mi señor!/ te pido misericordia/ y que alivies mi dolor.

Tú que moras en la gloria/ y estás muy cerca de Dios/ escucha los sufrimientos de este humilde pecador.

El culto a este personaje se ha extendido por toda la región noroccidental del país y el sur de Estados Unidos entre las comunidades de inmigrantes mexicanos.

Como toda iglesia que se respete, esta ya tiene su cisma. Se han construido varias capillas más, entre las que sobresalen las de Tijuana y Los Angeles. ``Pero esas son de gente que no sabe de lo que habla y no ayudan a los pobres'', dice con resentimiento Eligio González.

El 3 de mayo es el día en que según la leyenda murió Malverde. Se cuenta que fue un bandido generoso, que robaba a los ricos para dar a los pobres en los alrededores de Culiacán, en las postrimerías del porfiriato.

Para algunos este personaje no tiene sustento histórico y es parte del imaginario colectivo. Para otros, como el capellán, hay claras y contundentes pruebas de su existencia.

Explica que Malverde nació en 1871 en un caserío en las afueras de Mocorito, Sinaloa. En la actualidad ya no queda nadie en ese lugar que lo hubiera conocido. ``Una viejita que sabía de él ya se murió. Quedan en el pueblo algunos de apellido Maso y que según esto son sus descendientes'', explica un taxista.

La historia cuenta que al ser perseguido por la policía de la época, ``la acordada'', Malverde cayó gravemente herido. Al saber que el gobierno había puesto precio a su cabeza, pidió a su compadre que después de morir lo colgara, para que pudieran cobrar la recompensa y repartirla entre los pobres.

Se cumplieron sus deseos. El cuerpo de Malverde fue colgado de un mezquite y durante días permaneció ahí para servir de escarmiento, hasta que un arriero le dio sepultura.

La gente que pasaba por la tumba, le tiraba una piedra a manera de homenaje, según costumbre de la región, hasta que se formó un alto promontorio.

El culto pronto cobró adeptos entre los marginados sociales, como bandidos, matones y prostitutas, aunque también gente humilde empezó a sentirse identificada con esta edición norteña de Chucho El Roto.

La tumba, que a principios de siglo había quedado en las afueras de Culiacán, con el crecimiento de la capital sinaloense terminó en el centro.

En los primeros años de la década de los ochenta las autoridades estatales eligieron esos terrenos para construir el palacio de gobierno, hecho que provocó una fuerte reacción popular. A pesar de las manifestaciones las obras siguieron adelante. La tumba fue removida por la maquinaria.

Según relatos, el personal que participó en los trabajos tuvo innumerables accidentes. ``Malverde los castigó'', explica doña Luz, una vendedora de escapularios.

Las autoridades estatales, para reparar el sacrilegio y calmar la ira de la gente, donaron el terreno en que se levanta actualmente la capilla: en contraesquina con el palacio de gobierno.

Otras versiones sostienen que en realidad la tumba se encuentra en un baldío cercano que en la actualidad es un lote de autos usados. También hay quien asegura que Malverde fue enterrado en la capilla misma.

Lo cierto es que nadie sabe con seguridad, dónde quedó el muerto.

Su imagen ha dejado de ser exclusiva de escapularios, estampitas y veladoras. Ahora, adorna camisas, playeras, gorras y cuanta prenda quepa en la imaginación. Símbolo de los tiempos que corren en el país o héroe popular, su fama no para de crecer.

ya no es lo que era anteriormente. Antes venían muchos narcos bien pesados. Ahora ellos compran un Malverde de yeso de los que vendemos aquí y hacen su propia capilla. Eso sí, siguen dando buenas limosnas''.

El testimonio es de una de las trabajadoras de la capilla dedicada al culto, situada a escasos pasos del palacio de gobierno de Culiacán.

Eligio González, el capellán, no niega que el lugar sea frecuentado por personas dedicadas al tráfico de drogas, pero toca el tema de manera elusiva. ``Yo creo que sí vienen, pero aquí llega toda clase de personas porque no se rechaza a nadie. Llegan personas de muchas partes, no sólo de México. Ahora que murió Amado Carrillo vino mucha gente de Francia, de Inglaterra, de muchos lados...''.

Su anecdotario es amplio, pero no quiere citar nombres. Recuerda que en una ocasión un narcotraficante llegó hasta la capilla y a manera de ofrenda, le colgó un cuerno de chivo al santo.

Cuando se trata de alardear sobre los nombres de otro tipo de visitantes --menos comprometedores-- el capellán se torna parlanchín. ``Aquí también vienen muchos agentes federales y militares: capitanes y tenientes coroneles. Ellos le traen la banda a Malverde, es que algún milagrito les ha de haber hecho''.

Eligio González nació en Durango en 1947. Cuenta que de niño tuvo que pasar por muchas privaciones y que incluso vivió en la calle.

Su fe en el santo es resultado de las incontables veces en que gracias a ``Dios y al iluminado Malverde'', como suele decir, se ha salvado.

Se levanta la camisa y muestra orgulloso las múltiples cicatrices que tiene en su abultado vientre. ``Cuando trabajaba como chofer de camión me asaltaron y me dieron cuatro balazos. El me salvó. Otra vez en un pleito me apuñalaron, y también la libré''.

Su relación con las principales figuras de la política sinaloense es conocida en la entidad. Explica que la ayuda de estas personalidades le ha permitido realizar una labor altruista entre los fieles.

``A mí me han ayudado mucho los políticos de aquí y sus señoras. Las esposas de los gobernadores Antonio Toledo Corro y Francisco Labastida, de don Renato Vega Alvarado, algunas veces nos han visitado. También viene mucho don Juan S. Millán. El viene seguido. Pasa a la capilla y se persigna. Ojalá fuera el candidato del PRI porque es un hombre que ha trabajado todo el tiempo y ha sabido tratar a la gente''.

El capellán se muestra muy satisfecho de su labor. De la capillita de dos metros por dos que existía a principios de los ochenta, a la actual que tiene dos altares, hay un largo trecho. ``Cuando yo llegué aquí esto era un cochinero. Nada más había tres crucecitas, bien chiquitas.

``Ahora Malverde se ha vuelto muy importante. Ya el señor Arturo Lizárraga escribió un libro sobre su vida; hay una obra de teatro del traumatólogo (sic) Oscar Liera; y hasta van a hacer una película en la que este actor, el que sale siempre de tejana en las películas de acción, creo que se llama Sergio Goyri, la va a hacer de Malverde''.

El investigador Arturo Lizárraga señala en el libro Malverde, el ángel de los pobres, de próxima aparición en la Universidad Autónoma de Sinaloa, las similitudes que existen entre este personaje y Eraclio Bernal, uno de los más importantes héroes populares del estado: ambos fueron asaltantes que mantuvieron una estrecha relación con la gente del pueblo, llegando a repartir parte de sus ganancias, y los dos murieron traicionados por un compadre que los entregó al Ejército.

La imagen de ladrones buenos que se arriesgan por los pobres sigue presente en el estado.

Lizárraga explica que la admiración que suscita este tipo de personajes, que viven al margen de la justicia, se debe a que dedican sus bienes, o parte de ellos, a la beneficencia pública. Pueden robar, delinquir, pero si tienen arranques de humanitarismo, por mínimos que sean despiertan respeto. ``Si son leales con los suyos son convertidos en héroes. Todavía más: son elevados a la categoría de santos de su devoción''.

Lizárraga también explica que la fama de Malverde ha crecido principalmente entre los marginados sociales: los más pobres, los lisiados, los rateros, los matones, las prostitutas, los traficantes de drogas. ``Los estigmatizados que no encuentran en la iconografía civil o religiosa un personaje que se les parezca, en el cual confiar y al cual encomendarse''.

Sobre la relación del culto al santo con el narcotraficante, el investigador relata que en los campos donde se siembra mariguana o amapola siempre hay un altar dedicado a honrar a Malverde. Antes de iniciar la jornada de cultivo los que participan deben pedirle éxito en su labor.


Corridos a Jesús Malverde

El bandido generoso
(Lino Valladares)

Hermosa capital de Sinaloa/ antes que todo te quiero saludar/para decirte la fama que tú tienes/ que no cualquiera te la puede igualar.

Aquí existieron muchos hombres valientes/ y uno la gloria ha logrado conquistar/ Jesús Malverde, el bandido generoso/ que ahí en el cielo junto con Dios está.

El fue un bandido mas nunca un asesino/ cuando robaba era por necesidad/ pero un poquito de lo mucho que robaba/ lo repartía con generosidad.

Por eso mismo te siguen de todas partes/Llega la gente su capilla a visitar/ que construida por Eligio González/ más conocido pro Eligio el capellán.

A escasos metros de la capilla estaba/ aquel mezquito donde había de terminar/aquel bandido tan bueno y generoso/y ahí su tumba se alcanza a divisar.

Ya me despido lleno de sentimientos/con su permiso ya me voy a retirar/sólo Dios sabe lo que en el alma siento/ este corrido tener que terminar.

El ángel del pobre
(Lino Valladares)

Jesús Malverde, ángel del pobre/ vengo a pedirte un gran favor/
que me acompañes por donde vaya/porque mañana lejos me voy/
me voy pa«l norte/ con la esperanza de un día volver/
Te encargo mucho lo que aquí dejo/ que son mis hijos y a mi mujer/
Cuando regrese, si Dios lo quiere/Y tu que moras allá con ƒl/
Vendré a mirarte hasta tu tumba/y a esta humilde tapia también/
Adiós Malverde ya me despido/sólo quería tu bendición/
Te encargo mucho lo que más quiero/yo te lo pido de corazón.

Mañanitas a Malverde
(José Luis Jiménez)

Estas son las mañanitas/que canto pa« que recuerden/
que tenemos quien nos cuide/ el ángel Jesús Malverde/
Fue en 1909/el año en que lo colgaron/
Aunque mataron su cuerpo/su alma aquí nos dejaron/
la historia es muy conocida/en pueblos circunvecinos/
todos lloramos su muerte/ desde el día en que lo perdimos.
El ayudar a los pobres/siempre fue su devoción/
por eso lo recordamos/con una gran emoción/
Su compadre fue el culpable/lo traicionó y lo vendió/
Por ganarse veinte reales/ que el gobierno le pagó/
no cantes triste paloma/que estoy muy desconsolado/
por ver toda la desgracia/ que a Malverde le ha pasado.