Luis Javier Garrido
Los municipios autónomos

¿Por qué razón los gobernantes mexicanos han perdido la serenidad y están actuando con tanta irresponsabilidad en el caso de Chiapas?

1. El levantamiento del EZLN es ya, desde ahora, lo que muy pocos supusieron en un principio que podría llegar a ser: uno de los procesos sociales más trascendentales de la historia mexicana. Los campesinos zapatistas no sólo han planteado premisas centrales de lo que deben ser en el futuro las relaciones de la sociedad mexicana con ella misma y con el poder o han ido definiendo con ella nuevas formas de organización social y política que sustenten una real vida democrática, sino que siguen dando un ejemplo de resistencia que debe impulsar un proceso nacional y global de cambio, como acontece ahora con los municipios autónomos.

2. El gobierno federal, olvidándose del marco legal del país y de la Ley para el Diálogo de 1995, se ha lanzado con toda la fuerza del ``sistema'' en contra de las comunidades indígenas por una serie de sinrazones (ninguna de ellas válida), pero también por algo que no se puede ya ocultar porque los medios lo muestran a los mexicanos azorados todos los días: el abierto desequilibrio personal de quienes desde el poder son incapaces de entender la naturaleza de ese proceso social y se han lanzado por la vía de una violencia irracional que todos los días intentan justificar.

3. La masacre de Acteal a fines de 1997 fue un aviso del gobierno a las comunidades zapatistas de que deberían dejar de organizarse, y las acciones represivas contra los municipios autónomos de Ricardo Flores Magón en Taniperlas (12 de abril) y de Tierra y Libertad en Amparo Aguatinta(1o. de mayo), configuran una nueva escalada de la barbarie oficial. Son un acto delirante de quienes parecen creer que destruyendo bienes de los campesinos, amedrentándolos y encarcelándolos, o estableciendo un estado de sitio en las comunidades, van a quebrantar su voluntad de autonomía.

4. El gobierno de Zedillo comete además dos crasos errores constitucionales al argumentar por qué usa al Ejército contra los pueblos indios. En nuestro sistema legal, a) el orden jurídico federal no está por encima del de los estados además de que b) el gobierno federal no tiene autoridad alguna sobre los municipios, pues éstos son autónomos.

5. La lógica de las comunidades zapatistas ha sido, por el contrario, irreprochable; han estado creando los municipios autónomos en ejercicio de un derecho soberano, cumpliendo los acuerdos de San Andrés, y respetando en todo la Constitución, pues no hay en ella principio alguno que se oponga a esta decisión. A lo que se agrega algo más: en Chiapas no hay un estado de derecho sino un gobierno de ocupación, de ahí el levantamiento.

6. La división municipal que se hizo en la época posrevolucionaria pretendió responder a la necesidad del control político. Y se desdeñaron por ello los criterios geográficos, administrativo o poblacional y, desde luego, el más importante de todos: el de obedecer a la voluntad de las comunidades. A la caótica división del siglo XIX se superpuso la municipalización autoritaria del XX, que buscaba controlar a los pueblos a través de caciques y políticos priístas, con lo que se consolidó un centralismo irracional. Los ayuntamientos mexicanos no han sido por esto una forma de gobierno popular sino un instrumento de opresión del poder central y de defensa de los intereses de unos cuantos.

7. La democratización del país tiene que venir por necesidad desde abajo, y ese es el pánico del gobierno. Los Municipios autónomos no representan ``el principal peligro'' a la democracia, como dijo Emilio Rabasa (7 de mayo); son por el contrario un verdadero peligro para el sistema, como lo constataron los 135 observadores italianos que desafiaron a los paramilitares de Zedillo yendo a Taniperla.

8. Los campesinos indígenas de Chiapas, al hacer de los municipios autónomos, uno de los objetivos de su lucha, están planteando por lo mismo un profundo proceso de transformación democrática del país, y esto sí lo entienden los gobernantes actuales.

9. El espectáculo que brindan los funcionarios del gobierno, incapaces de entender la voluntad de las comunidades para defender sus derechos, sería patético si no fuese porque tiene rasgos abiertamente criminales. El gobierno de Zedillo no ha entendido, ni quiere hacerlo, que los pueblos indios tienen el derecho fundamental de darse su propio gobierno para vivir en libertad. No es de extrañar por ello que tras negarse a cumplir lo firmado, ahora pretenda impedirles ejercer sus derechos fundamentales y esté recurriendo a la estrategia de organizar grupos paramilitares del PRI o ``guardias verdes'' para que ejerzan, por la vía del terror, la autoridad política: tratando de restaurar en Chiapas al viejo ``sistema'', pero bajo los peores de sus rasgos.

10. En la disputa por los municipios autónomos, que es hoy parte de la disputa por la Nación, el gobierno no tiene la razón pero tiene la fuerza, y acaso dentro de muy poco no tenga ni la una ni la otra.