Denuncian ONG ante Cárdenas la represión a niños de la calle
Raúl Llanos y Juan Antonio Zúñiga Ť De 50 niños de la calle que fueron reubicados a finales de abril en un albergue adjunto a la delegación Cuauhtémoc, hoy sólo permanecen de planta seis; el resto decidió volver a las coladeras de la Alameda, las mismas que los han visto crecer y sobrevivir en medio de animales, hacinamiento y estopas bañadas de thíner.
Son las dos caras opuestas del fenómeno de los niños de la calle. Por una parte, aquellos que desean alejarse de las drogas y de las agresiones y de las corretizas policiacas y, por la otra, los menores que están en contra de toda forma de control, de autoridad, y cuya vida gira en torno a la necesidad de obtener, a como dé lugar, dinero para adquirir una mona.
Durante un recorrido efectuado ayer por el mencionado albergue se encontró a cerca de seis niños pintando sobre tela; unos más durmiendo en sus camas, bajo la mirada y vigilancia de un grupo de voluntarias adscritas a la delegación.
José Juan Hernández, quien prefiere que le llamen El Caritas, considera que ``la mayoría de los chavos se fueron por lo mismo de la droga, que se la pasan activando; no quieren progresar en esta casa. Les digo que aprovechen esta casa, pero no quiere. Yo ya no le hago a la droga... ¿qué cómo le hice? Con imaginación, con fuerza de voluntad''.
Los alimentos que consumen ahí los niños de la calle son proporcionados por la delegación. Son tres veces al día y contienen desde carne de pollo hasta sopa, frijoles y pan. Disponen de un baño con regadera y boiler y ocasionalmente les entregan ropa. Hoy lo que pide El Caritas es un lavadero, ``porque no hay y no he podido lavar mi ropa''.
Precisa que ``ya tiene rato'' trabajando en la Dirección de Obras de la delegación Cuauhtémoc, donde, dice, le pagan 478 pesos a la quincena, dinero con los que se compra ``cualquier cosa, menos droga'', o bien de vez en cuando apoya a sus compañeros de grupo: El Pollo, Abel, Luis, Anaya, Armando.
De hecho, Armando fue uno de los 17 niños que permanecieron encerrados en la coladera de la Alameda cuando supuestos trabajadores del ``DDF'' les soldaron la entrada. Fue él quien logró salir por un resquicio y pedir apoyo a Casa Alianza, organismo de ayuda a los niños de la calle.
Armando considera que ``los chavos que se salieron es porque no quieren dejar la droga o bien porque tuvieron algún problema con otros cuate. Yo aquí estoy a gusto, a veces juego futbol, veo la tele o le entramos a los talleres que nos dan. Hay gente aquí que nos dicen que dejemos las drogas, que lo pensemos porque nos está chingando poco a poco''.
Su dedo anular muestra una gruesa gasa. ``Me pelié (sic) con otro chavo y me mordió; ya ayer me pusieron la vacuna contra el tétanos. Todo fue porque nos empezamos a quitar una gorra y me pegó y yo le tuve que voltear un trancazo''.
Que saquen a Eva y regresamos
Más allá, en la coladera que está a un costado del Hemiciclo a Juárez, siguen viviendo una treintena de niños y adolescentes, quienes se negaron o niegan a quedarse en un albergue. El Cocoliso grita desde el interior de su casa: ``allá me robaron mis guolman, y estaban bien chidos, por eso yo ya no regreso; además, luego nos pegan otros chavos, y aquí no''.
Después, un grupo de tres niños de la calle empiezan a protestar: ``Allá hay una señora que es bien mala onda; se llama Eva, pero siempre te la hace de tos, que la saquen y regresamos todos''. Uno de ellos, una niño de aproximadamente 12 años, añade: ``nomás porque unos chavos agarraron una tortilla los regañó o si quieres una cucharita de comida te empieza a gritar''. ``Ya ni en el reclusorio...'', complementa uno de sus compañeros, quien reitera: ``es bien enojona; se cree la gran cosa''.
Dice uno de los menores: ``Primero fuimos todos, pero no duramos ni un día, no nos llevaron tele; además estaba todo bien gacho''.
``Los judiciales empezaron''
Varios de los menores ahí reunidos fueron los que participaron en el enfrentamiento que se registró la noche de este viernes contra elementos de la Policía Judicial del DF, quienes para no dejar duda de los hechos reiteran que fueron los agentes quienes empezaron la trifulca. Uno de ellos narra que estaban jugando cuando de repente los detuvieron los judiciales, y al ver esa situación varios niños de la calle fueron en su rescate.
Precisa que como empezaron a llegar varias patrullas tuvieron que tomar palos, piedras y botellas para defenderse. Narra que alcanzó a ver cómo una piedra que lanzaba le golpeó la frente ``a un comandante'' y por eso ``se armó gruesa la bronca''.
Hoy piden que suelten a los nueve niños de la calle detenidos por los elementos de la PJ y que fueron consignados ante la agencia del Ministerio Público número 57, especializada en Asuntos del Menor.
Y así, tendidos en el piso de su coladera, con su mona en la mano, boca arriba y con la mirada perdida hacia el cielo, prefieren seguir ahí, aunque cada día sea de lucha por su sobrevivencia.
Juan Antonio Zúñiga M. y Raúl Llanos S. Ť Los presidentes de las comisiones de Derechos Humanos, Alfonso Rivera Domínguez, y de Atención Especial a Grupos Vulnerables, Angélica Luna Parra, dieron a conocer al jefe de gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, su ``absoluto repudio a la forma represiva como fueron tratados al momento de su detención'' los niños de la calle que participaron en un enfrentamiento con elementos de la Policía Judicial en la Alameda Central de esta capital, la noche del jueves pasado.
Por su parte, el coordinador del grupo parlamentario de Acción Nacional en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Miguel Hernández Labastida, exigió una investigación a fondo, con prontitud y seriedad, de los hechos ocurridos, para evitar interpretaciones erróneas y castigar ``cualquier delito o violación de los derechos y garantías individuales en que se pudiera haber incurrido''.
En un mensaje enviado al titular del Ejecutivo de la ciudad de México, Luna Parra y Rivera Domínguez señalaron que en la detención de los menores, conocidos como niños de la calle, se actuó `` sin consideración a su minoría de edad y desamparo social; con exceso de violencia fueron vejados y, en algunos casos, conducidos con exceso de violencia a las patrullas''.
Ambos legisladores priístas expusieron: ``Entendemos que la ciudad de México enfrenta un severo problema de inseguridad pública y que, para combatirlo, requiere de acciones inmediatas y firmes, pero de ninguna manera justificamos la utilización de medidas represivas e intimidatorias como alternativa de solución, puesto que ello implicaría un retroceso social en esta materia''.
En referencia al segundo choque en menos de un mes entre elementos de la policía -primero Preventiva y luego, de la Judicial--y niños de la calle que habitan en las coladeras de la Alameda Central, los diputados externaron su preocupación, porque ``sea ésta la estrategia esencial del programa de seguridad pública que habrá de llevar a cabo el gobierno de la ciudad, por lo que queremos exhortarlo a que cesen las hostilidades, se privilegie el diálogo sobre autoritarismo pero, sobre todo, que se observe el respeto pleno a los derechos humanos''.
En su comunicación al jefe de gobierno capitalino, los diputados locales expusieron que los niños de la calle ``constituyen el sector de la población más desprotegido y marginado de la sociedad'' y puntualizaron: ``Estamos convencidos de que la falta de oportunidades propicia la delincuencia y el hurto les significa acaso la vía más expedita para obtener satisfactores que tanto necesitan''.
Queremos invitarlo -asentaron los legisladores en su misiva a Cuauhtémoc Cárdenas--``a que comprometa el mayor de sus esfuerzos porque estas prácticas de abuso, intolerancia y represión policiaca, terminen, exigiendo a quienes tienen a su cargo las tareas de seguridad pública, profesar al interior de sus corporaciones el respeto pleno por los derechos humanos como una práctica cotidiana''.
Luna Parra incluso se trasladó a la agencia 57 del MP, especializada en asuntos del menor, para seguir de cerca la integración de la averiguación previa y un pleno apego a los derechos de los nueve niños de la calle detenidos durante el enfrentamiento que tuvieron casi medio centenar de ellos con elementos de la PJDF.
A su vez, el coordinador de la fracción panista en la ALDF, Miguel Hernández Labastida, manifestó que resulta contradictorio que el mismo día en que el jefe de gobierno inauguró un albergue para atender a niños de la calle, se dieran choques ``en pleno Centro Histórico entre individuos de este sector y cuerpos policiacos''.