La Jornada 8 de mayo de 1998

AMIGOS

Merry Mac Masters Ť A Manuel Alvarez Bravo le encantan todas las artes. Nunca ha hecho distinciones porque ``no tengo capacidad para seleccionar''. Siempre se ha ``entregado'' a lo que le gusta. En relación con la estampa profesa una ``pasión natural''. Su colección de grabado europeo comenzó en 1960, cuando trabajaba en el Fondo Editorial de la Plástica Mexicana. ``Fui a Londres (Inglaterra) para obtener datos y llevar cosas de México. Allí, en Cradock y Barner, compré mi primer grabado, una pieza de Goya que siempre me ha gustado muchísimo: Mala noche'', platicó el decano de la fotografía mexicana al asistir ayer, al mediodía, a una preinauguración en el Museo Soumaya de la muestra Estampa europea de los siglos XV y XVI, que reúne 103 calcografías, xilografías y aguafuertes de las más de 500 que integran la colección que por vez primera se exhibe al público.

Don Manuel, de 96 años, llegó puntual a la cita, de lentes oscuros, apoyándose en un bastón y acompañado por dos enfermeras. De inmediato, se acomodó en una silla de ruedas donde permaneció durante el tiempo que estuvo en el recinto, y desde la cual saludaría a los amigos que habían acudido a la recepción en su honor, como el pintor Juan Soriano, el arquitecto Teodoro González de León, las galeristas Malú Block y Graciela Toledo, y sus colegas Héctor y María García, Graciela Iturbide, Christa Cowrie y Paulina Lavista.

El periodista y escritor Fernando Benítez, quien lo aguardaba en las oficinas del museo, salió a su encuentro ayudado por el equipo del Soumaya. Ambos estaban muy sentaditos, cuando Benítez comentó: ``¿Qué te parece? Aquí estoy en tu homenaje. Tú eres un ser maravilloso. ¿Te acuerdas cómo ilustramos la historia de la ciudad de México con tus fotografías maravillosas?''. En seguida, se les unió Héctor García, para así sumar ``300 años''.

Muestra de ejercicio testimonial

Soumaya Slim Domit, directora del recinto, anotó que ``esta importante colección la debemos, como muchas otras que están al alcance de los visitantes de los museos de México, al empeño y gusto de un artista''.

Agradeció a don Manuel la distinción hecha al Museo Soumaya por ``permitirnos mostrar este ejercicio testimonial y artístico fundamental para el desarrollo del arte en Occidente''.

En seguida se dio lectura al texto que Benítez escribió para el folleto de la muestra, en el que apuntó:

``No puedo explicar con claridad en qué consiste el arte de Manuel, pero le da un toque de misterio a todo lo que enfoca. El realismo de sus fotografías no es un realismo crudo, y sus ambientes siempre están envueltos en una atmósfera lírica de gran atractivo. Con el blanco y el negro en una tierra de color, Alvarez Bravo capta, desnuda y sintetiza el drama y la belleza de lo mexicano''. Acto seguido, el fotógrafo cortó el listón y lentamente visitó, por vez primera, su colección ya montada en vitrinas para ser observada con lupa, y dividida en los apartados: mitología clásica, doctrina cristiana y vida cotidiana. Cabe mencionar que a modo de introducción al tema se han empleado algunos objetos relacionados con la impresión, algunos de los cuales provienen de la Colección Biblioteca de Arte Mexicano/Ricardo Pérez Escamilla.

Al final del recorrido sus enfermeras le permitieron hablar cinco minutos con la prensa, aunque don Manuel ya estaba muy animado. ``La estampa, dijo, siempre me ha gustado mucho. En los viajes, de las primeras cosas que veo, es algún lugar donde vendan grabados. Mucho de lo que hay aquí (lo conseguí) en Londres y París''. Sin embargo, ``llego con los vendedores sin una idea fija de qué es lo que voy a comprar. Me enseñan lo que hay y lo que me gusta, y compro. En realidad no tengo preferencia por motivos ni temas. Me gusta la estampa. (Si) la puedo comprar, la compro. Esencialmente es esto, el gusto por la estampa''.

Reconoció influencia del grabado en su fotografía: ``Sí, creo que sí. Uno no se da cuenta cómo el artista en general está continuamente bombardeado por influencias y estímulos. El grabado tiene una importancia vital en mi manía de coleccionar''. Dejó muy claro que no tiene el propósito de donar su colección a ninguna institución: ``Esta colección no sale de Coyoacán. Tengo 36 años en Coyoacán y de allí no sale''.

A pregunta expresa sobre la importancia del conjunto de obra en un plano internacional, apuntó: ``Yo pensaba que era la colección más importante de América Latina. En Estados Unidos hay muy buenos coleccionistas (pero) creo que puedo competir con ellos''. A don Manuel le interesa el grabado mexicano. Si en la presente muestra no lo hay es porque del antiguo ``hay poco en realidad''. Además, ``estas series me interesaban porque lo mexicano lo estamos viendo todos los días. (Se trataba de) enseñar algo diferente''.