La Jornada 3 de mayo de 1998

Formaliza la UE la creación de la moneda única euro en 1999

Agencias, Bruselas, 3 de mayo Ť La Unión Europea (UE) formalizó hoy el lanzamiento del euro en 1999 y designó al holandés Willen (Wim) Frederik Duisenberg como primer director del Banco Central Europeo (BCE), quien accedió a retirarse voluntariamente antes de culminar su mandato de ocho años.

Ambas decisiones se dieron a conocer oficialmente en los primeros minutos de este domingo dentro del marco de la cumbre extraordinaria de los jefes de Estado y de gobierno de la UE.

Un diplomático afirmó que no se especificará por escrito una fecha para el retiro de Duisenberg, pero éste daría a conocer sus intenciones en un comunicado y los dirigentes acordaron que su sucesor sea un francés.

La histórica cumbre de la Unión Europea para unir a los 11 países que utilizarán la moneda única había caído en un limbo hasta la noche del sábado, cuando Alemania bloqueó un acuerdo sobre la presidencia del BCE.

Alemania había rechazado el acuerdo para nombrar al holandés Wim Duisenberg como gobernador del BCE, con base en la constitución alemana.

``De nuevo estamos partiendo de cero. Alemania ha dicho que no puede aceptar el acuerdo. Es un problema con su constitución'', señaló la noche del sábado un diplomático luego de más de siete horas de debates en la cumbre de Bruselas.

Fuentes de la delegación alemana dijeron que el ministro de Finanzas, Theo Waigel --miembro de la derechista Unión Social Cristiana de Baviera, integrante de la coalición gobernante de Alemania-- había forzado al canciller Helmut Kohl a retirar su apoyo al acuerdo para nombrar al primer presidente del BCE.

A medida que salían a flote los detalles del compromiso, economistas de los mercados financieros advirtieron que cualquier convenio basado en una reducción del mandato de ocho años del primer jefe del BCE afectaría la confianza en el euro.

Los diplomáticos dijeron que el acuerdo propuesto por el primer ministro británico Tony Blair, en su calidad de presidente en turno de la UE, estipulaba que Duisenberg, de 62 años, ofreció retirarse a más tardar el primero de julio del 2002, cuando los billetes y monedas del euro reemplacen a las monedas de los 11 estados fundadores.

Su sucesor sería un francés, pero el texto no hace referencia explícita al gobernador del Banco Central de Francia, Jean Claude Trichet, candidato rival nominado por el presidente de ese país, Jacques Chirac.

Por otra parte, el ministro de Hacienda de Gran Bretaña, Gordon Brown, presentó al Parlamento Europeo la recomendación unánime de los 15 ministros de Finanzas de la UE para que 11 miembros del bloque adopten el euro cuando se lance, el primero de enero de 1999.

En un ejercicio histórico, 467 de los 556 eurodiputados presentes votaron a favor del lanzamiento; sólo votaron en contra 65 diputados y 24 se abstuvieron.

La puesta en circulación del euro creará un vasto bloque económico que se extenderá desde la frontera de Finlandia con Rusia hasta las costas de Irlanda y el extremo de la bota italiana. Casi 300 millones de personas manejarán el euro cuando empiecen a circular los nuevos billetes y monedas, en el año 2002.

Eurolandia, como ya se empieza a llamar al nuevo bloque, será la mayor potencia comercial del mundo, con 18.6 por ciento del comercio global. Representará casi la quinta parte de la producción económica mundial, aproximadamente la misma proporción que Estados Unidos.

Alemania, Francia e Italia, las principales potencias económicas de Europa, constituyen el núcleo de la unión monetaria. Los acompañan España, Holanda, Austria, Bélgica, Portugal, Irlanda, Finlandia y Luxemburgo.

Tres de las otras cuatro naciones de la UE (Gran Bretaña, Suecia y Dinamarca) decidieron no participar por ahora para retener el control nacional de su política monetaria.

Un elemento crucial del funcionamiento de la nueva moneda es el Banco Central Europeo, cuya sede estará en la capital financiera de Alemania, Francfort. El banco controlará las tasas de interés y la política monetaria.

Unas encuestas de opinión publicadas el fin de semana mostraban que más de la mitad de los alemanes prefería retener el marco. Las últimas proyecciones de la UE muestran que sólo 31 por ciento de los ciudadanos deseaban el euro.