La Jornada 3 de mayo de 1998

Difícil, que el PIB aumente más de 3.5% en 98 si hay otra baja petrolera

Roberto González Amador Ť Los recortes al gasto público provocados por la caída en los precios del petróleo desacelerarán el crecimiento de la producción y, al haber menos inversión del gobierno, se verán afectados sectores económicos claves, como la construcción, advirtió el Grupo Financiero Bancomer.

El consorcio consideró probable que el acuerdo entre países productores para reducir la oferta del crudo resulte ``débil'' y se reanude la baja de los precios. En esta situación, añadió, la continuidad de la política económica exigirá nuevas medidas --incluso de carácter tributario, como un alza de impuestos-- para evitar el deterioro de las finanzas públicas. ``En este escenario resulta difícil esperar un crecimiento del producto interno bruto superior a 3.5 por ciento'' en este año.

Bancomer afirmó que el gobierno debe estar preparado para redefinir su actual estrategia de recortar el gasto en la misma proporción que el decremento de los ingresos petroleros esperados.

``Si el gobierno empieza a ver que el sector privado restringe su inversión y su consumo debido a que la inversión pública --afectada por los recortes-- es uno de los detonantes de inversión pública, debe actuar para evitar que se afecten sectores más sensibles a las erogaciones del gobierno, como la construcción'', que representa cuatro por ciento del PIB, añadió.

El grupo financiero consideró que el recorte del gasto público puede afectar el crecimiento de industrias como la construcción, que se repone de un descenso de 20 por ciento en su PIB durante 1995 y que este año esperaba lograr un repunte.

Hace tres días, el presidente Ernesto Zedillo afirmó durante una reunión con directivos y trabajadores del Infonavit que el sector de la construcción mantenía tasas positivas de crecimiento.

Bancomer estimó que la reducción del gasto federal aplicada por el gobierno para compensar la pérdida de ingresos por la menor cotización del crudo acentúa en el corto plazo un menor incremento del PIB, pero evita un mayor deterioro de las principales variables.

La economía mexicana, agregó, mantuvo en el primer trimestre el dinamismo que la llevó a crecer siete por ciento en 1997. Sin embargo, agregó, los recortes al gasto, que suman 26 mil millones de pesos, tendrán a la larga consecuencias negativas sobre la evolución del consumo y la inversión privadas, que fueron los motores del aumento de la producción el año pasado.

El Grupo Financiero Bancomer consideró que el mercado petrolero mundial todavía refleja debilidades que pueden traducirse en bajos precios del hidrocarburo, de cuya venta el gobierno obtiene 40 por ciento de sus ingresos fiscales.

Señaló que ante la baja de los precios del petróleo, las autoridades pueden redistribuir en los próximos dos o tres años la caída de la producción que se daría en 1998 por el recorte del gasto público.

Para ello, señaló Bancomer, es necesario que el gobierno elija una mezcla de reducción del gasto y aumento del endeudamiento externo.

Si bien ese esquema generaría un ligero aumento del déficit público en 1998, ello no implica que el gobierno deba tener déficit en los próximos años. Al contrario, agregó, si aumenta este año el desequilibrio en las finanzas públicas con el fin de amortiguar la caída del PIB, será necesario reducir gradualmente el gasto público en los próximos años.

Bancomer aseguró que en la agenda del gobierno hay muchas tareas pendientes para evitar que factores externos afecten el crecimiento de la economía. Entre los puntos principales citó disminuir la dependencia del gobierno en relación con el petróleo mediante el aumento de otros ingresos tributarios y no tributarios; fortalecer el ahorro interno para reducir el peso del endeudamiento, y la diversificación de las exportaciones para evitar un fácil deterioro de los términos de intercambio.