EL TONTO DEL PUEBLO Ť Jaime Avilés
Con 13 soldados muertos en el municipio de Comitán; con un civil asesinado y varios más heridos de bala en el municipio de El Bosque; con síntomas de tensión política creciente en Chenalhó y Pantelhó; con más de 100 familias zapatistas rodeadas por paramilitares en la cañada del río Perlas; con una nueva agresión del ``gobierno'' de Roberto Albores Guillén, ahora contra el municipio autónomo de Tierra y Libertad, y con un conflicto internacional en puerta, ha culminado otra semana de guerra en Chiapas.
No se trata, sin embargo, de una semana cualquiera.
En el mismo lapso en que la ceguera política y las malas artes de la guerra de baja intensidad acumularon tantas víctimas y tantas torpezas, el titular del Ejecutivo federal visitó diversos parajes chiapanecos y el Congreso de la Unión concluyó su primer periodo ordinario de 1998 sin haber discutido las iniciativas de Zedillo y el Partido Acción Nacional sobre derechos y cultura indígenas.
Estos son los hechos incontestables: el alcohol, utilizado como arma contrainsurgente para destruir la resistencia de las comunidades rebeldes, enloqueció a un teniente coronel del Ejército Mexicano en la zona roja de Comitán, y lo hizo perder el control del coche que manejaba a exceso de velocidad, antes de atropellar a sus compañeros de armas, 12 de los cuales perecieron al instante, uno más falleció después y otro lucha entre la vida y la muerte.
En los Altos, la presencia militar empieza a resultar asfixiante incluso para los aliados del régimen, en las cabeceras municipales de Chenalhó y Pantelhó, donde en las elecciones del año pasado el PRI ganó con menos de 10 por ciento de los votos posibles.
En esa misma región, pero en el municipio de El Bosque, concretamente en el ejido Los Plátanos, los paramilitares de Máscara Roja asesinaron al campesino priísta Humberto López Hernández; culparon de ello a tres indígenas zapatistas, Fernando Gómez Cruz, Bartolo Núñez Pérez y Cayetano Pérez Pérez, y cuando las ``autoridades'' se disponían a arrestar a éstos, los paramilitares volvieron a actuar: emboscaron esta vez a un agente del Ministerio Público y a otras personas para culpar de nuevo a las bases de apoyo del EZLN, en una maniobra no por conocida menos sangrienta.
Hoy se cumplen 21 días desde la madrugada del 11 de abril, cuando cientos de policías y soldados ocuparon con violencia el ejido Taniperlas, destruyeron las instalaciones del municipio autónomo Ricardo Flores Magón, aprehendieron a nueve indígenas zapatistas y a tres universitarios mestizos, expulsaron a 11 observadores extranjeros y obligaron a todos los hombres del pueblo a refugiarse en las montañas, dejando solas, escondidas en sus propias casas, sin agua y sin alimentos, a unas 120 mujeres, todas ellas con sus numerosos niños, que siguen allí indefensas a merced de los paramilitares y los priístas borrachos que ahora se divierten cubriéndolas de injurias y amenazas.
Nuevos informes procedentes de aquella región señalan que el panorama es más alarmante de lo que se piensa, pues el horror que hace tres semanas viven de día y de noche las mujeres y los niños de Taniperlas es similar al que padecen los niños y las mujeres de Agua Azul y de Perla de Acapulco, dos comunidades contiguas enclavadas en el camino que va de Nuevo Monte Líbano a El Calvario.
La situación en esa cañada, cuentan quienes esta semana la visitaron, es más preocupante de lo que se dice, porque mientras Taniperlas, Agua Azul y Perla de Acapulco están en poder de auténticas hordas salvajes, en Nuevo Monte Líbano y cerca de Toniná los paramilitares del Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista (MIRA) se entrenan a la vista de todo el mundo y se preparan, dicen, a atacar en cualquier momento.
Ayer, a las cinco y media de la tarde, aterrizó en la ciudad de México un avión procedente de Europa con una delegación de 134 ciudadanos italianos, que durante largos meses reunieron dos toneladas y media de ayuda humanitaria -medicamentos, comida, libros, materiales didácticos, juguetes y dibujos- para las comunidades indígenas rebeldes del sureste.
La visita -promovida por la Asociación Ya Basta, patrocinada por tres partidos políticos (los Verdes, Refundación Comunista y Democrático de Izquierda) y apoyada por 10 gobiernos municipales del norte de Italia- fue anunciada desde marzo a la embajada de México en Roma. En consecuencia, los consulados mexicanos en Roma, Milán y Venecia expidieron a los solicitantes visas tipo FM3, con una absurda leyenda que a la letra dice:
``Para realizar actividades de observación de derechos humanos y entregar ayuda en especie de carácter humanitario en la ciudad de México, DF y La Realidad, Oventic y Polhó, en el estado de Chiapas.''
A pesar de lo anterior, la noche del jueves 30, cuando la delegación llegó al aeropuerto de Madrid, en la primera escala del viaje previa al salto trasatlántico, los cuatro eurodiputados que encabezan la comitiva solidaria fueron sorprendidos por una carta de la autoridades mexicanas. El texto, en pocas líneas, les anticipaba tres decisiones: 1) serían recibidos en el aeropuerto de la ciudad de México por un alto funcionario del régimen; 2) les habían preparado una intensa agenda de encuentros con especialistas en el tema de Chiapas , y 3) toda la ayuda que traían consigo sería recogida por los representantes gubernamentales para hacerla llegar a sus destinatarios, de acuerdo con las disposiciones legales vigentes.
Nada parecen haber aprendido Francisco Labastida Ochoa, Adolfo Orive Alba, Emilio Rabasa Gamboa y Alejandro Carrillo Castro en esto de manejar la solidaridad que espontáneamente sigue fluyendo de la Europa desarrollada hacia las montañas del sureste. Si antes de Semana Santa el coordinador para el diálogo a secas protagonizó un sainete con tres representantes de la Comisión Internacional Civil para la Observación de los Derechos Humanos, que volvieron de allende el mar a entregar el informe que habían levantado entre febrero y marzo, ahora no se sabe quién será el encargado de vérselas con los italianos.
Por lo pronto, continuando con las incongruencias que pusieron en ridículo al ``gobierno'' durante la misión anterior, ayer no se cumplió ninguna de las tres advertencias contenidas en la misteriosa carta que el jueves encontró en Madrid a los eurodiputados. Nadie acudió al aeropuerto a recibirlos, por lo tanto, nadie les entregó la agenda que supuestamente les habían preparado, y salvo algunos retobos de las autoridades sanitarias, nadie les confiscó su generoso cargamento.
Los delegados italianos bajaron del avión, cada uno, con un chaleco de plástico verde que decía en español: ``Todos somos indios del mundo''. Al pie de la nave se colocó la patrulla 0004 de la Policía Fiscal Federal, pero su único tripulante no intervino.
Aparentemente, la presencia de más de 30 medios informativos en la sala internacional del Benito Juárez, disuadió a quienes planeaban mostrarse tan enérgicos. El único detalle que hizo traslucir la mano de quienes prefieren seguir administrando el conflicto desde las tinieblas fue el siguiente:
Un pasajero mexicano bajó del avión, se encaminó hacia los periodistas, preguntó por un reportero de Televisión Azteca y ``denunció'' que la comitiva ``está formada por una bola de hippies, pagados quién sabe por quién, que escandalizaron todo el vuelo y que nada más vienen a alborotar''. Y al oír esto, un camarógrafo de la televisión de peluche prestamente le dijo: ``Perfecto. Ahorita te grabamos, no te nos vayas a ir''. Sin embargo, distintos viajeros consultados por el tonto del pueblo lo desmintieron sin ganas de detenerse a ofrecer más detalles.
En el espíritu de la delegación italiana, según le dijo al tonto del pueblo Federico Mariani, presidente de la Asociación Ya Basta, está la intención de contribuir de manera resuelta a contrarrestar el peligroso clima de violencia que impera en las zonas más conflictivas de Chiapas. Para ello viajarán hoy mismo hacia La Realidad, con el propósito de comenzar la construcción de una turbina hidroeléctrica, que tiene un valor de 300 millones de liras o 160 mil dólares o un millón 360 mil pesos.
Ese dinero, explicó Mariani, fue reunido mediante aportaciones individuales de cientos de miles de personas, así como gracias a la organización de conciertos, conferencias y venta de videocasetes y libros. Si la administración del presidente Zedillo lo acepta como una señal de buena voluntad hacia la Unión Europea, el montaje de la turbina supondrá la presencia permanente de electricistas italianos desde ahora y hasta el segundo semestre del 2000.
Otro objetivo de la misión humanitaria, supo el tonto del pueblo, es llegar a Taniperlas, observar la situación real de las mujeres secuestradas en sus propias casas y comunicar lo que vean y oigan al Parlamento Europeo. El problema burocrático en este momento es que las visas FM3 no autorizan a visitar aquellas selvas ni, tampoco, el ejido Amparo Agua Tinta, sede del municipio autónomo Tierra y Libertad, que ayer en la mañana fue brutalmente ocupado por soldados y policías con el apoyo aéreo, al menos, de un helicóptero.
Los saldos de esta semana negra muestran el fracaso de la política de simulación que el régimen se obstina en mantener en Chiapas. Al mitin de Zedillo en Tumbalá, donde estuvo acompañado por el secretario de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre, acudieron numerosos simpatizantes de Paz y Justicia, mientras el ganadero Arturo Jiménez, vecino de Petalcingo que en 1994 fue indemnizado con creces por las tierras que perdió en la insurrección, se limitó a leer un discurso redactado por los asesores de la Presidencia de la República.
Algo similar ocurrió en Zinacantán, donde a los oradores indígenas priístas, que se quejaron porque ``sólo a nosotros nos ha tocado poner los muertos'', también les fueron entregadas por escrito las alocuciones que pronunciaron ante Zedillo. Para colmo de males, el titular del Ejecutivo suscribió, personalmente, el Acuerdo Estatal por la Reconciliación en Chiapas, obra del ``gobernador'' Albores Guillén, que pretende legitimar la represión generalizada.
¿A dónde puede conducir esta estrategia insensata? ¿De qué sirvió la costosísima campaña publicitaria de Gobernación, que pretendía ganarle adeptos a la iniciativa de ley de Zedillo que finalmente no discutió el Congreso? ¿Qué tipo de medalla aspiran a obtener Labastida Ochoa y Albores Guillén, con la temeraria frialdad que siguen mostrando ante la tragedia que se incuba en Taniperlas? ¿No temen por ventura que si Taniperlas se convierte en un nuevo Acteal, ellos no sólo no tendrán más remedio que irse, como Chuayffet y Ruiz Ferro, sino que en esta indeseable posibilidad el golpe afectaría personalmente a Zedillo?
No, dice el tonto del pueblo, en Chiapas al ``gobierno'' no le asiste, ni siquiera, una mínima parte de la razón. Los 14 muertos de esta semana negra lo demuestran.