Zedillo a EZLN, Conai y PRD: dejemos atrás amenaza y recelo
Rosa Elvira Vargas, enviada, Tumbalá, Chis., 29 de abril Ť Llegado el momento de dejar atrás las palabras ``huecas de la amenaza, de la duda y la desconfianza'', el presidente Ernesto Zedillo pidió al Ejército Zapatista de Liberación Nacional actuar en forma distinta y conceder al gobierno ``aunque no toda, sí un poco de razón''. Y en clara alusión a la Comisión Nacional de Intermediación, la definió como un actor que bajo la apariencia de cobijar la causa indígena tiene, por ambiciones de poder, su propia agenda política ``bajo la manga''. Sin mencionarlo, habló también del Partido de la Revolución Democrática y le demandó presentar su propia iniciativa de paz y debatirla ``de cara a la nación''.
Quienes han visto en Chiapas la plataforma para proyectar ``sus ambiciones políticas'' y constituirse ``en figuras nacionales o internacionales'', afirmó en Tuxtla Gutiérrez, no son quienes han puesto los muertos ni las víctimas de este conflicto. ``A todos esos, sin juzgarlos, ofenderlos ni excluirlos, les digo que quizá ha llegado el día de que piensen más en los que han puesto los muertos y piensen menos en sus intereses personales o de grupo''.
Con reiterados rechazos a la violencia, Zedillo cumplió hoy su último día de gira por el estado. Al hablar en el municipio de San Fernando, rechazó la intención gubernamental de restar bases sociales ``al grupo que se ha inconformado'', pero en seguida admitió: ``Ya me han dicho que al último mexicano que le van a creer es a mí''.
Sin embargo, ahí mismo lanzó el exhorto: ``¿Qué estamos esperando para emprender el camino del diálogo, el camino de la reconciliación?''
No habrá guerra entre mexicanos
Para Chiapas, dijo el Ejecutivo federal, sólo existe la vía de la política, del diálogo, del reencuentro. Nunca habrá guerra entre mexicanos y ésta únicamente estallaría si alguna potencia extranjera quisiera pisotear el territorio. El gobierno, insistió ante el Congreso local, no se manchará las manos con sangre indígena, y aclaró que el estado de derecho se hará valer aquí ``sin caer en las provocaciones que prácticamente todos los días debemos enfrentar''.
Mal empezó el recorrido presidencial. Una densa y baja neblina provocó un viraje repentino de los helicópteros antes de llegar a este poblado y volver a Palenque, su punto de partida. El objetivo se logró al segundo intento gracias a la pericia de los operadores de los helicópteros del Estado Mayor Presidencial. Con todo, la gira se retrasó dos horas y ello obligó a suspender los actos programados en Emiliano Zapata.
Ya en esta región, donde el EZLN tiene importante presencia en numerosas comunidades, Ernesto Zedillo atestiguó la firma, por más de 30 alcaldes -casi todos del PRI-, del Acuerdo Social para el Bienestar y el Desarrollo de la Región Norte y la Zona Chol-Tzeltal, cuyo contenido tardó, se dijo, más de un año en negociarse. Aquí también fue donde hizo marcadas alusiones a quienes calificó de actores del conflicto armado. Deben tener, aseveró, honradez intelectual y reconocer de qué lado han estado la tolerancia y la paciencia.
A quienes decidieron venir a establecerse aquí y construir ``lo que ellos hoy llaman sus bases sociales'' les dijo que el mundo donde únicamente existían dos potencias ya se terminó, al igual que los paradigmas que sólo daban a elegir entre dos caminos. ``México ya cambió -resaltó- y ya no tiene únicamente esa democracia formal, acotada, muchas veces manipulada, muchas veces defraudada y traicionada. Esta democracia es verdadera'', aseguró.
Advertencia sobre las ``ambiciones de poder por motivos religiosos''
Zedillo se refirió en seguida a quienes aparentan ``de boca para afuera'' estar interesados en resolver el conflicto. Ellos, afirmó, despiertan dudas sobre su sinceridad en ese propósito y sobre ``qué tan cierto es que les preocupan la miseria, la violencia y el retraso'' en que viven los indígenas en Chiapas.
Los llamó a hacer un ``acto de conciencia, de honestidad intelectual'' y a decir ``qué es lo que quieren del conflicto, cuál es la agenda que traen escondida en la manga'', ya que ésta seguramente responde a la ambición de poder, a una ``motivación religiosa'' que está muy distante, ``desde mi punto de vista'', de la solución al dolor humano de los chiapanecos.
``A esas personas no les recrimino nada del pasado'', concedió el mandatario y aseguró que en su condición de gobernante no puede alentar ni sentir rencor. Los exhortó de nuevo a reflexionar ``si han estado actuando conforme a la verdad y, si es así, tomen acciones que realmente sean consecuentes con la búsqueda de la tranquilidad y de la paz social''.
Se dirigió luego a los ``otros actores'', a aquellos que, dijo el mandatario, durante un año y medio acusaron al gobierno de mala voluntad y de incumplir acuerdos porque no sometía a consideración del Congreso las iniciativas de reformas constitucionales en materia indígena.
Señaló que cuando el gobierno, ``haciendo un enorme esfuerzo'', envió su documento no sólo para Chiapas sino para todos los mexicanos, lejos de la intención de que se aceptara teórica o irreflexivamente, ``esa misma fuerza política (...) nos dice que no está dispuesta a considerarla, no está dispuesta a debatirla hasta que el gobierno acepte condiciones inaceptables del grupo que se ha inconformado''.
Tal actitud, dijo vehemente, es grave. ``¿Creemos o no en las instituciones? ¿Creemos o no en la democracia? ¿Creemos o no en la pluralidad? ¿Creemos o no en que los grandes temas nacionales deben ser decididos y discutidos, ya no en Los Pinos sino en el Congreso, donde están los representantes de toda la nación?'', reclamó.
Si ese partido, subrayó Zedillo, tiene una iniciativa (para Chiapas) ``que la lleve al Congreso y que, de cara a la nación, la debata ante todos los mexicanos, porque entonces no creemos en la democracia, no creemos en la República y lo único que queremos es que no se resuelva el conflicto en Chiapas''.
Más tarde, cuando escuchó en la bodega de café de San Fernando varias experiencias de empresas sociales de agricultores, artesanos, caficultores y otros a quienes ha financiado el gobierno a través de la Secretaría de Desarrollo Social, el presidente Zedillo lamentó que los medios de comunicación no concedan suficiente importancia a este tipo de experiencias exitosas, aunque ``no vamos a decir que no son ciertas'' las noticias de los enfrentamientos, los hechos tristes y dramáticos.
Se trata de hazañas, afirmó, logradas por gente que le apuesta a la unidad, al respeto, a la tolerancia, a diferencia de otros que, ``quizá por buenas razones'', ironizó, no creen en las leyes y se inclinan ``simplemente'' por la amenaza de la violencia.
Ningún mexicano, dijo, se debe humillar ante el gobierno, pero señaló que vale la pena preguntarse si hoy, en abril de 1998, las comunidades ``que han estado bajo la influencia de la amenaza de violencia'' se encuentran mejor que en enero de 1994. ``¿No hay más hambre? ¿No hay más injusticia? ¿No hay más falta de educación? ¿No hay más sufrimiento? ¿No se están muriendo más niños de hambre y por falta de medicina?''
Pide ``buena fe'' para trabajar con el gobierno
Zedillo aseguró que no pierde la esperanza de lograr ``esa reconciliación que tanta falta nos hace''. Pidió a quienes ``equivocadamente'' piensan que mediante la violencia pueden impulsar causas sociales reconozcan su error y que a partir de la buena fe trabajen con el gobierno, con la seguridad de que éste nunca les pedirá que renuncien a sus principios ni a sus creencias, salvo aquella de que la fuerza nunca ha conducido a algo bueno.
Fue una gira en la que el Presidente encontró gente que hoy sí se le acercó para hacerle diversas peticiones, como una mujer que exigió justicia para un hermano preso que, según ella, es inocente, ``mientras el que mató dicen que para huir se fue con Marcos''.
También reencontró y saludó efusivo a su ex jefe de escolta, el general Benjamín Marín, hoy asentado en tierras chiapanecas.
En realidad, lo que más captó la atención del Presidente fue el conflicto armado en el estado. Por eso pidió al Congreso local que le permitiera signar la iniciativa de reconciliación para Chiapas, surgida del gobierno estatal. Hay que hacer, subrayó, todo lo que esté al alcance para combatir aquí las causas de la pobreza, de la desigualdad, de la injusticia. La democracia es apertura, tolerancia y no suponer ``que uno tiene la verdad absoluta''.
Matilde Pérez U. Ť La actitud del EZLN muestra que ``habla más fuerte el silencio que un alud de palabras'', dijo Luis Hernández Navarro, ex integrante de la Comisión de Seguimiento y Verificación (Cosever), y subrayó que ese silencio desenmascara el griterío del gobierno y es un llamado a la sociedad civil para que siga exigiendo el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés.
En el marco de la apertura de la cuarta asamblea nacional del Congreso Nacional Indígena (CNI), Hernández Navarro comentó que la presencia del presidente Ernesto Zedillo en Chiapas no crea condiciones para el diálogo, ni quiere decir nada. Lo que se tiene que ver son los hechos y advirtió que cualquier aprobación unilateral de una ley sobre derechos y cultura indígena sería estancar más el diálogo.
Por su parte, los líderes indígenas de 16 estados del país reiteraron su apoyo y respeto a la mediación de las comisiones Nacional de Intermediación (Conai) y de Concordia y Pacificación (Cocopa), y exigieron el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larráinzar y la aprobación de la iniciativa de ley de la instancia legislativa.
Instalados en el Zócalo capitalino desde el 10 de abril, donde declararon un levantamiento nacional indio por la paz, la libre determinación y autonomía, los indígenas le recordaron al gobierno federal que la firma de la paz no ``vendrá de la simple aprobación de una iniciativa sino del cumplimiento de los acuerdos de San Andrés y la reanudación del diálogo, basado en la agenda y condiciones acordadas por las partes en San Miguel y San Andrés, Chiapas''.
Ante los aproximadamente 450 indígenas de los 16 estados que participan en la citada asamblea, la nahua Amalia Mendoza, del Frente Popular del Sureste de Veracruz, aclaró que el congreso no acepta la iniciativa presentada a la Cámara de Senadores por el presidente Zedillo, y enumeró seis razones:
``No reconoce nuestra existencia como pueblos indios, como sujetos de derecho público; no reconoce el ejercicio de nuestro derecho a la libre determinación y autonomía, más allá del ámbito comunitario; no reconoce nuestro derecho al territorio y acceso comunitario al uso y disfrute de nuestros recursos naturales, tierras y territorios; no reconoce la posibilidad de validar constitucionalmente el reconocimiento y aplicación de nuestros sistemas normativos; no reconoce ni respeta las acciones ni contenidos educativos y culturales que emanen de los pueblos indios, y limita nuestro derecho a adquirir, operar y administrar los medios de comunicación.
Los representantes de las comunidades indígenas del CNI también externaron su apoyo a los pueblos y comunidades chiapanecas, particularmente a los 37 municipios autónomos. También demandaron la desmilitarización de sus pueblos y refrendaron su llamado a la sociedad civil para que defina una estrategia que detenga la guerra promovida por el gobierno federal en contra de los indígenas.
Por su parte, Thaayrohjadis Bermúdez de la Cruz, del Consejo Estatal de Pueblos y Organizaciones Indias del estado de México, informó que el lunes se constituyó el municipio autónomo de San Nicolás Coatepec.
``El pago de impuestos y todas las acciones administrativas estarán a cargo de un consejo nombrado por los indígenas. Ya no pagaremos nada al municipio de Santiago Tianguistengo'', expuso.