Entre mexicanos no puede haber vencidos ni vencedores: el Ejecutivo
Rosa Elvira Vargas, enviada, y Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 28 de abril Ť Para ratificar que durante su mandato nunca usará la fuerza, la represión ni la violencia para resolver el conflicto armado que vive la entidad desde 1994 y asegurar que el gobierno no apuesta a erosionar las bases sociales de nadie pero que no dudará en hacer valer el Estado de derecho, el presidente Ernesto Zedillo llegó hoy a Chiapas y afirmó: entre mexicanos no puede haber derrotados ni vencedores.
Primero aquí, en San Cristóbal, y más tarde en Zinacantán y en Ocosingo, el mandatario hizo insistentes llamados a la unidad y a la reconciliación. Si cada quien pone de su parte, aseguró, en Chiapas pueden superarse el enfrentamiento y la amenaza de la violencia. Empero, y como lo ha dicho también en otros foros, admitió que cuando se vive en el conflicto, ``prevalece siempre la desconfianza''.
``Los otros no creen lo que dice el gobierno, y el gobierno también, por muchas razones, ha acumulado razones de duda, ha acumulado razones de desconfianza y, en ocasiones, eso también impide que demos los pasos necesarios para la reconciliación. Creo que si al final prevalece la buena y la convicción, encontraremos los caminos del entendimiento y los de la reconciliación'', planteó en su primer discurso al llegar a la antigua Ciudad Real.
En Chiapas, asumió también, la pobreza persiste en casi todo el territorio y miles de familias carecen de lo más indispensable. Deben reconocerse, dijo, las condiciones de profunda injusticia y desigualdad, de miseria y abandono que han contribuido al surgimiento de la inconformidad. Pero, acotó enseguida, ``la inconformidad que se expresa con violencia no se justifica'' por esa vía nunca se han resuelto ni se resolverán los problemas.
``Sólo con el acuerdo, sólo con la tolerancia, sólo con el respeto a las diferencias y con mucho trabajo, se resolverán los problemas''. Entonces elogió la propuesta estatal sobre reconciliación y definió como ``conmovedor'' el que lo hayan suscrito más de un millón 800 chiapanecos y, por lo tanto, dijo, ``será exitoso''.
Ausentes hoy en el discurso presidencial, el nombre del EZLN y cualesquiera de los calificativos y conceptos que en otros foros y en otros países ha lanzado el Presidente al grupo rebelde. Nunca aludió tampoco a la presencia extranjera de la que ha hecho también múltiples referencias en otras ocasiones.
Fueron, en todo caso, palabras y actos los de esta gira, donde era obvio que se buscó dar más de un significado haciendo sentir la presencia del gobierno federal. De este modo se entendió el mensaje que dirigió desde la emisora estatal XEOCH a los habitantes de la selva y el norte del estado. No contuvo el texto grandes aportes políticos como se habían escuchado en el discurso pronunciado aquí en San Cristóbal, pues él mismo subrayó que sus palabras tenían un sentido más de ``solidaridad, aliento, esperanza y confianza''.
La historia registra a esa radiodifusora como la primera que fue tomada la madrugada del 1o. de enero de 1994 por las fuerzas zapatistas para, desde ahí, difundir las proclamas de su levantamiento, y está ubicada apenas a una cuadra del mercado local, donde el día 4 de ese mes guerrilleros y tropas del Ejército tuvieron uno de los más cruentos enfrentamientos luego del alzamiento.
``Si están metidos en el crimen de Acteal, tendrán castigo''
Pero hoy también se acercaron al presidente personajes como Pedro Mariano Arias Pérez, presidente de Concejo Muncipal de Chenalhó, para plantearle lo de los 96 presos de esa comunidad, presuntos responsables por la masacre de Acteal, a lo que el mandatario respondió tajante: ``nada más la justicia; si están metidos en ese crimen van a tener castigo''. En Ocosingo, además, hizo acto de presencia Lázaro Hernández, otrora miembro de las fuerzas zapatistas.
El EZLN, que cuenta en los muncipios visitados hoy con importantes fuerzas sociales, en ningún momento hizo notoria su presencia. Los rostros indígenas todos se mantuvieron imperturbables, y acaso las mujeres y los niños tzotziles en Zinacantán hacían alguna bulla por la visita. Con la Iglesia no hubo tampoco el menor roce en esta gira.
Fue el de hoy un recorrido para volar sobre y estar en la llamada ``zona de conflicto''. Y una vez en ella escuchar y dirigirse a los tzotziles de Zinacantán en español; acompañar a los niños del lugar en su escuela-internado y oir a su rondalla entonar Página blanca, arrancar a una vieja marimba En la mesa del rincón y ayudar a unos de sus ejecutantes a colocar la goma que cayó del bolillo con el que obtienen el dulce sonido de ese instrumento.
También en ese sitio, donde puso en marcha los juzgados de Paz y Conciliación Indígena, caminó para escuchar peticiones, recibir algunos, ciertamente pocos escritos, y para detenerse conmovido ante el pequeño Jesús Domingo Hernández (mucho más pequeño de lo que tendría que ser a sus diez años, debido a la desnutrición tan presente en estas zonas), quien le declamó un poema, le dijo que prepara otro para el 10 de mayo y él de paso le pidió: ``queremos que nos regale unos muebles para la escuela porque nos sentamos en pedazos de tronco''.
La presencia de Ernesto Zedillo en la entidad tuvo además propósito de insistir en las bondades de su iniciativa en materia de derechos y cultura indígenas y apelar de nuevo al ``sentido patriótico'' y a la responsabilidad de los legisladores para que discutan los temas que preocupan a los mexicanos y donde el conflicto en Chiapas, afirmó, es uno de los más ingentes.
Y sobre todo fue una gira para enviar mensajes que, afirmó, se requiere que ``escuche todo el mundo'', sobre todo quienes se han inconformado y siguen atribuyéndole a esta administración, motivaciones, propósitos e intenciones que no se corresponden en modo alguno con los de aquella.
Para que los oigan, subrayó, quienes ``con frecuencia pareciera que le apuestan a la desesperación, a que se pierda la calma y que entonces se busque la solución fácil pero inexistente y engañosa, de acudir a la fuerza, a la represión, a la violencia''.
Fue entonces cuando indicó que si se quiere preservar la unidad nacional y mantener un país íntegro e indivisible, entonces ``no puede haber derrotados ni vencedores entre los mexicanos''. El gobierno, planteó el Presidente, no cree en la exclusión, no cree en la marginación.
Aquí cada persona tiene derecho a tener su propia ideología, con la única restricción del derecho de los otros a vivir en tranquilidad y sin la amenaza de la violencia. ``Y si aceptamos ese principio podremos ir encontrando soluciones a los otros problemas que nos dividen''.
En los postulados presidenciales, en Chiapas no habrá reconciliación, tranquilidad ni paz social si todos y cada uno de los chiapanecos no perciben ``con claridad'' que se ha emprendido ``por primera vez en la historia'', el camino de la justicia social, y que ésta no se podrá lograr si no se obtienen los acuerdos que permitan desterrar el odio, el enfrentamiento, la división y la violencia. ``No podemos renunciar en modo alguno a trabajar en alguno de los frentes que supone la lucha por el progreso de Chiapas''.
Hay que apostarle, resaltó, a una justicia que vea, que escuche y que sienta y eso sólo podrá lograrse aquí si se reconoce el origen de los problemas, se hace prevalecer la voluntad de todos, si se tienen claras las injusticias que todavía se cometen y las carencias que subsisten.
Producto de lo que se dijo aquí fue una consulta iniciada en 1996, son los juzgados de Paz y Conciliación. Este día, al poner en marcha el primero de ellos, en un austero salón Zedillo se sentó enmedio de los jueces, mientras en un estrado a la derecha observaban las autoridades tradicionales. El mandatario escuchó a Martín Zaragoza Pérez decir que ojalá este tipo de instancias sirvan de ejemplo para todo el mundo y demostrar que puede haber entendimiento sin violencia.
A su vez, Zedillo señaló que los usos y costumbres nunca podrán ser en detrimento de los derechos humanos y deben ser siempre respetuosos de las garantías individuales.
Más tarde, cuando terminó su mensaje radiofónico, el presidente caminó por las polvosas calles de Ocosingo y llegó hasta la plaza principal enmedio de una muchedumbre que buscaba su cercanía, pero que en pocos casos buscaba hacerse oir. Quizá por ello resaltó la presencia de una mujer madura de la que sólo se supo que se llama Yolanda, quien sin más, planteó al mandatario:
``Yo nada más quiero decir que acabe con el zapatismo y con los curas, porque mezclar los curas con la Constitución es una cochinada''. La mujer saludó y se fue por donde vino.
El recorrido presidencial por Chiapas incluyó además anuncios de inversión para municipios y para el campo. Inauguró la Universidad Tecnológica de la Selva y un plantel Conalep en Ocosingo. Se revisaron metas educativas -con indicadores aún muy bajos en relación con la media nacional, pues tan sólo en primaria apenas egresan 45 de cada cien niños que se inscriben- y se ratificaron compromisos para salud y caminos.
De hecho, afirmó el mandatario, por cuarto año consecutivo Chiapas recibe el presupuesto más alto para el país en el renglón de fortalecimiento municipal y superación de la pobreza.
Acompañado por los titulares de Salud, Sedesol, Educación Pública, Reforma Agraria, Comunicaciones y Transportes, así como por los directores del Instituto Nacional Indigenista y del Conalep. La Presidencia invitó para esta ocasión, a corresponsales extranjeros de las agencias Ap, Afp, Reuters y Dpa, lo mismo que a los conductores de televisión Pedro Ferriz de Con, Guillermo Ortega y Javier Alatorre.
Zedillo pernoctará esta noche en Palenque, a donde llegó luego de una travesía en helicóptero de mínima visibilidad, sobre todo por los graves incendios forestales en la Selva.
Justo por eso, al llegar aquí para encabezar una reunión sobre Ecoturismo, el Presidente se refirió a este hecho y se dijo preocupado ``y aun entristecido ``por esos fenómenos. Es realmente un espectáculo triste, deprimente, no solamente por la bruma a que eso da lugar, sino sobre todo puede observarse desde el aire la erosión del suelo, la destrucción del bosque y de las selvas. Y es una destrucción en muchos casos permanente''.
Con pesadumbre indicó que estamos matando la vida vegetal y animal y dañando para siempre el patrimonio de la humanidad. No desconoció que muchas veces el fuego se provoca por una razón de subsistencia, pero dijo que es obligación del Estado y de la sociedad civil contribuir a encontrar opciones productivas y usos alternativos de la tierra.
Vale mucho más un árbol vivo y erguido, que uno derribado. Deben encontrarse las fórmulas para que la gente, lejos de destruir el bosque y la selva, tengan como ocupación remunerativa cuidar y restaurar la riqueza forestal.
Este miércoles, el Presidente estará en el municipio de Tumbalá para encabezar reuniones sobre bienestar y desarrollo de la región norte. Visitará obras educativas, viajará al municipio de San Fernando y estará por último en la capital chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez, antes de regresar a la ciudad de México.