La Jornada 28 de abril de 1998

Ninguna de las iniciativas cuenta aún con respaldo indígena: Menchú

Blanche Petrich/I Ť Rigoberta Menchú, la premio Nobel de la Paz 1992, considera que el debate sobre los derechos y la identidad de los pueblos indígenas ha alcanzado, hoy y aquí, ``su cumbre más alta''. Pero aclara de una vez por todas que ella no desempeñará en las negociaciones entre el gobierno federal y el Ejército Za-patista de Liberación Nacional (EZLN), ningún rol de mediación o moderación. ``No lo hicimos en Guatemala, no lo hicimos en Colombia. En Chiapas tampoco''.

El tema de Chiapas, inevitable en una entrevista con la indígena quiché, promotora del debate sobre derechos indios en las Naciones Unidas y otros foros internacionales, coloca a Rigoberta Menchú a la defensiva.

-¿Le cuesta trabajo abordar el tema del conflicto chiapaneco?

-Totalmente -responde y advierte-; si voy a hablar voy a ser muy crítica.

Enero de 1994. Entre los primeros comunicados del EZLN hubo uno apócrifo en el que se mencionaba a Menchú como una de las probables mediadoras del conflicto. El desmentido fue inmediato pero el guante había sido lanzado.

La tercera semana de este mes ella viajó de Guatemala a la ciudad de México para evaluar con su equipo de la Fundación Rigoberta Menchú los pasos a dar.

-Tenemos que hacer presencia, Rigo. Hoy más que nunca. No puedes guardar silencio ante esto- instaba su colaborador más cercano, Hugo Benítez.

Ella titubeaba.

-Sabes que no me gusta meterme en asuntos internos mexicanos. Además, mira los recados telefónicos que tengo...

Extendía su agenda del día sobre el escritorio: de las oficinas del Presidente de la República, el licenciado Carlos Salinas de Gortari suplicaba que se comunicara en cuanto le fuera posible. Lo mismo el licenciado Luis Donaldo Colosio, desde sus oficinas de campaña. Y el flamante comisionado para la Paz, Manuel Camacho Solís.

A cuatro años de distancia, su discurso sobre Chiapas se ha definido.

Sobre el EZLN: ``Es un error decir: ni una coma se puede cambiar al texto de San Andrés, ni una coma se puede quitar''.

Sobre la iniciativa presidencial: ``Es muy importante, sobre todo porque es la primera vez que un jefe del Ejecutivo presenta una propuesta sobre este tema''.

Sobre las demás iniciativas: ``También la del Partido Acción Nacional (PAN) es muy importante. Y en especial la que presentó el señor gobernador de Oaxaca, que me parece muy muy sabia''.

Sobre el ejercicio de las autonomías: ``Los indígenas la hemos ejercido durante siglos. No es algo nuevo para nosotros''.

Sobre los municipios autónomos rebeldes de Chiapas, ahora declarados ilegales por el Estado: ``No me vengan a mí con que autonomía es una municipalidad; eso es mucho más amplio, más pleno y más grande''.

Sobre el movimiento indígena prozapatista, el Foro de San Cristóbal y el Congreso Nacional Indígena: evasivas y silencio.

La cúspide del debate

Los acuerdos de San Andrés Larráinzar son el punto de arranque de la entrevista con esta diplomática sin cartera que ha hecho precisamente del derecho indígena su caballito de batalla tanto en los foros mundiales como en su país, Guatemala. Expresa la premio Nobel de la Paz:

``A partir de San Andrés Larráinzar estalla una discusión que sorprende a todos los mexicanos pero que también genera una inmensa expectativa a nivel mundial, y no digamos expectativa para los propios pueblos indígenas del continente. Sienta un precedente histórico. No quiero entrar a valorar el acuerdo en sí, pero quiero decir que genera expectativa, entusiasmo, el que se involucren los distintos sectores desde el más alto nivel, empezando por la propuesta de reforma constitucional que presenta el presidente Zedillo''.

``Es la primera vez que un jefe de Estado produce una propuesta. La iniciativa que presenta el PAN, muy importante en cuanto partido político, por lo menos fija una posición. Pero además están participando gobernadores de los estados, algo que no había ocurrido en otros países. Especialmente la propuesta del señor gobernador de Oaxaca es muy, muy sabia, muy importante. Digo que se ha llegado a la cumbre más alta porque muy pocas veces los partidos políticos fijan su posición sobre un tema como éste, muy pocas veces se ven actores como el Ejecutivo, el Senado y el Congreso, presionados para tomar posiciones''.

-Las interpretaciones sobre las distintas iniciativas son totalmente opuestas. El Congreso Nacional Indígena y el movimiento originado por el levantamiento zapatista difieren profundamente de la iniciativa presidencial....

``Yo creo que hay varias cosas que se han confundido. Yo entiendo el acuerdo de San Andrés Larráinzar como un acuerdo político y no como otra cosa. No se puede pensar que la letra de este documento político sea absolutamente la única vía, la única manera y la única definición para garantizar el respeto de los derechos de los pueblos indígenas.

``Es una referencia, un compromiso político de llevar adelante las reformas constitucionales pero no son las reformas constitucionales''.

-¿Un punto de partida?

-Es un error decir ni una coma se puede cambiar en San Andrés. Aquí hay dos posiciones extremas. Yo creo que es producto de una crisis en el diálogo.

-¿La iniciativa del presidente cómo la ubicas?

-Yo veo que son iniciativas que se deben valorar. Si el EZLN presenta una iniciativa sobre reformas constitucionales, tendríamos dos textos en la mesa y estudiaríamos dos cosas. Pero si hay un silencio de una de las partes y no hay propuesta, es ahí donde cualquier iniciativa puede prosperar.

``Es así como yo veo que las propuestas que hace el señor gobernador de Oaxaca son muy oportunas. Me da la impresión de que él hace una propuesta sobre la base de experiencias reales que están viviendo en Oaxaca.

``No hay que olvidar que la situación de los pueblos indígenas tampoco es sólo de Chiapas. Por lo tanto, no es el EZLN el único interlocutor que debe haber en este caso. Es un error querer suscribir solamente a Chiapas el tema de los pueblos indígenas; se estarían negando total y rotundamente la actuación de los pueblos indígenas en Michoacán, en Guerrero, en Tijuana, en cualquier otra parte de México, inclusive aquí en la ciudad de México.

``Si hay varias propuestas es mucho más fácil encontrar equilibrio. Yo miro que es necesaria la participación de varios interlocutores participen, sobre todo de las comunidades indígenas que hasta este momento no han hablado''.

San Andrés ``pareciera una propuesta no indígena''

-Antes de culminar el acuerdo de San Andrés Larráinzar como parte de los trabajos de consulta se realizó el foro de San Cristóbal sobre derecho indígena con representantes de casi todas las etnias de la República y después el Congreso Nacional Indígena. ¿No quedó suficientemente representado ese esfuerzo en la iniciativa de la Cocopa?

-Hay como cinco propuestas en la mesa. Ahora hay que hacer un ejercicio con ellas, pero que cuente con el respaldo de los pueblos indígenas, porque hasta la fecha pareciera ser una propuesta no indígena. Yo digo esto en todas mis entrevistas. Hay muchos actores, pero lo que se ha hecho hasta ahora carece de la participación de los hermanos indígenas.

``Encuentro limitación en todas las iniciativas. Hay que buscar una manera de hacer una síntesis. Nuevamente, la experiencia de Oaxaca me parece muy ilustrativa, pues de hecho ahí ya se ejerció un derecho indígena y hay un sistema de participación con importantes niveles de autonomía de los pueblos indígenas''.

-¿Consideras que esta distinción está madura ya para legislar?

-Insisto en la necesidad de encontrar nuevas referencias, nuevos actores, otros actores indígenas para que puedan dar un punto de vista.