Primero nos enteramos por estas páginas de un análisis de la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados, según el cual sólo con el primer recorte presupuestal de este año se redujo el gasto social, que supuestamente no sería tocado, en 780 millones de pesos. En particular, el programa de superación de la pobreza habría tenido una reducción de 39 por ciento. Se castigó también la construcción de vivienda, además del control de residuos peligrosos, entre otros.
Luego, el secretario de Desarrollo Social precisa que la reducción en la construcción de vivienda para el presente año se redujo en un tercio, sólo por el primer recorte. Ya hubo un segundo, y por momentos el secretario de Hacienda se ha mostrado ansioso por aplicar el tercero.
Es necesario insistir que tanto afecta a la población el recorte en el gasto económico como cuando se da en el gasto social, y que a veces la afectación es por los dos lados. Por ejemplo, con esta reducción en la construcción de vivienda habrá menos posibilidades de habitación, pero también más desempleo entre los trabajadores del sector, y menos mercado para quienes les vendían esto o lo otro, cuando aún percibían un salario.
En general, cuando se reduce el gasto, por ejemplo de Pemex, también bajan las ventas de sus proveedores, y los contratos o incluso los pagos de lo realizado, de las empresas que realizan obra para esta entidad. La reducción del gasto público productivo tiene, en general, efectos recesivos: causa crisis. Cuando, además, se da una situación como la que hemos estado viviendo, en la que funcionarios responsables del sector declaran una y otra vez que van a saltar a la palestra con la tijera desenvainada, hay un efecto recesivo adicional. Empresas o inversionistas han detenido inversiones por la incertidumbre ante las consecuencias de semejantes posturas. ¿Cuántos tijeretazos más, y de a cómo, se pueden esperar? ¿Qué tan por los suelos van a quedar, entonces, las ventas de los productos que se generarían con la inversión en estudio? ¿Cuánto de lo producido en la fábrica en proyecto o en construcción podrá encontrar comprador?
Si el recorte del gasto en lo social implica menos o peor educación, salud, vivienda y demás, en lo económico provoca menos empleo y compradores (menor mercado para los productos) y más riesgos para cualquier actividad que no tenga un comprador asegurado y comprometido. Eso, además de la insuficiencia de productos que, en los casos tan recortados de Pemex y de las empresas eléctricas, tienen un carácter estratégico.
Poca justificación tienen estos recortes si consideramos las opciones para equilibrar, si fuera necesario, el gasto público. Ya hemos mencionado como ejemplos quitar la exención de impuestos a las actividades financieras que los tienen, y dejar de subsidiar a sectores ``rescatados'', como bancos y constructoras de carreteras.