La Jornada 26 de abril de 1998

``Correrá la sangre'' si decae el interés del mundo por Chiapas, advierte el senador italiano Giovanni Ruso

En un análisis sobre la situación en Chiapas, la revista italiana 30 Giorni destacó las declaraciones del senador del Partido de Refundación Comunista, Giovanni Russo, quien después de visitar el estado varias veces, alertó: ``Si decae el interés del mundo por Chiapas, correrá la sangre''.

Según la nota, titulada ``El peligro de un choque sangriento'', el legislador acompañó en algunas ocasiones a integrantes del Parlamento Europeo --como el secretario de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, para quien organizó una entrevista con el subcomandante Marcos en enero de 1997-- en recorridos por esa entidad y aseguró que a partir de la matanza de Acteal podría surgir un nueva fase de represión a los indígenas.

Por lo anterior, propone que mediante la firma del Acuerdo de Cooperación con la Unión Europea y con base en la cláusula sobre democracia y derechos humanos se obligue al gobierno mexicano a resolver el problema chiapaneco como una ``conferencia de pacificación'' y no como un motivo de violencia.

``El gobierno mexicano sabe que no puede resolver el problema de Chiapas ofreciendo subsidios a las poblaciones indígenas que abandonen sus tierras. Podría, por tanto, tomar la decisión de suprimir la resistencia indígena con un ataque masivo del Ejército'', advierte.

Incluso considera que la resistencia social en Chiapas nace de la unión de diversos componentes: la defensa de la identidad cultural y lingüística de la población indígena, la construcción del movimiento zapatista a cargo de Marcos y la presencia de la Iglesia católica en la región. ``No cabe duda --recuerda Russo-- que la Iglesia ha llevado a cabo una obra de evangelización respetuosa de la identidad indígena que, entre muchas otras consecuencias, ha hecho que los más pobres tomen conciencia de sus derechos.''

Para el senador europeo, el sistema neoliberal creó ``muchos Chiapas en el mundo: el drama de los niños que cosen balones en el sureste asiático, las balsas de desesperados que llegan a las costas italianas, los 20 millones de desempleados en Europa''.

Entender la situación reviste, según el artículo, una fuerte crítica al modelo de desarrollo que impera en el mundo, pero ante el peligro de un ``recrudecimiento de la situación'' en Chiapas, los europeos pueden ``hacer algo'' a nivel diplomático.

``El Parlamento Europeo ha aprobado un tratado comercial con México con una cláusula que dice que los acuerdos están subordinados al progreso de los derechos civiles y humanos. Normalmente estas cláusulas se ponen en los tratados internacionales por formalidad. Europa, en cambio, podría activarlas y obligar al gobierno mexicano a resolver el problema de Chiapas con una conferencia de pacificación y no con la violencia'', agrega.

Destaca la suposición de que Marcos ``probablemente'' pertenezca a la generación que participó en el movimiento de 1968, y tras la matanza de Tlatelolco muchos grupos estudiantiles se habrían dispersado por América Latina. ``Podemos pensar que un grupo llegó a la selva Lacandona y que en estos 30 años se ha integrado con la población maya''. (Alma E. Muñoz.)