El combate a la corrupción en uno de los reclamos ciudadanos de mayor incidencia en los sistemas políticos contemporáneos, junto con demandas como el respeto a los derechos humanos, la preservación del medio ambiente, la educación de calidad y el bienestar social.
Al inicio del tercer milenio, aquellos gobiernos que no contemplan programas, acciones e instrumentos para prevenir y corregir prácticas de corrupción de sus autoridades, simplemente no calificarán como países democráticos, así tengan avances en otras áreas sensibles, como el sistema electoral, la seguridad pública o la descentralización política.
La lucha contra la corrupción tiene que ver con la transparencia, la limpieza y la posibilidad de auditar las acciones de los gobernantes. Esta disposición para llamar a cuentas a las autoridades es conocida como accountaibility, en las democracias del hemisferio norte; glasnost, en el intento renovador de Gorbachov, y manos limpias en Italia.
Actualmente, esta corriente renovadora irrumpe en nuestro país y será Zacatecas el primer bastión donde se instaure, por mandato ciudadano. En la historia de México, los principales planes y documentos de los reformadores políticos han reflejado, en grados diversos de intensidad y eficacia, el reclamo de llamar a cuentas a los gobernantes por el desempeño de sus funciones públicas. El más conocido ha sido el ``juicio de residencia'' del México borbónico de finales del siglo XVIII.
Los principales partidos políticos y organizaciones ciudadanas incluyen en sus programas de gobierno diversos planteamientos al respecto. Sin embargo, cabe destacar que el tema no está incluido en la agenda de la reforma del Estado que actualmente discuten los partidos y las autoridades.
En Zacatecas, el combate a la corrupción es más que una simple demanda política. Es un imperativo ciudadano. No es un asunto al que se le pueda dar la vuelta, sin correr un riesgo. Es la vara con que los electores están midiendo las propuestas, ofertas y discursos de los candidatos en campaña.
El enriquecimiento súbito de funcionarios, la ostentación de fortunas sin sustento, el ejercicio de cargos públicos como botín de guerra, el tráfico de influencias, el nepotismo, la mordida como carta de naturalización en las oficinas gubernamentales, el deterioro en la impartición de justicia, el entre en los cuerpos de seguridad pública, el desvío de los recursos destinados al campo, a los desayunos escolares y a las becas de capacitación de los obreros desempleados, son facturas pendientes que el 5 de julio los ciudadanos agraviados cobrarán en las urnas.
La corrupción mina el vínculo primario de la relación entre el gobernante y el gobernado: la confianza. La Alianza Ciudadana por la Dignidad y la Democracia, el PRD, el PVEM y los distinguidos militantes de AN que renunciaron a este partido para sumarse a nuestra lucha, coincidimos en que la primera tarea de esta amplia coalición es dignificar la política como una actividad de hombres limpios y honestos.
Estuvimos de acuerdo con enviar mensajes claros y contundentes a la ciudadanía de que estamos dispuestos a sujetarnos al escrutinio ciudadano desde la campaña misma; con hechos, no con promesas. No queremos exclusivamente cachar el voto de castigo al PRI -que se pronostica cuantioso-, sino transformarlo en un voto de confianza a las propuestas de gobierno de la Alianza.
* Candidato de la ACDD, el PRD y el PVEM al gobierno de Zacatecas