En escuelas y mercados, nueva droga para niños
Humberto Ortiz Moreno Ť La policía judicial del Distrito Federal descubrió una red de distribuidores de un tóxico de ``gran demanda'' denominado mocus o moco de niño mono que, por su bajo precio, es comercializado en las escuelas primarias.
Para identificación inequívoca del consumidor, el producto -cuya composición química se está analizando- es gelatinoso y parece inofensivo. Se confunde entre el multicolor de dulces y golosinas. Ya tiene su clientela. Pero cuando lo inhala, el comprador sufre severas intoxicaciones.
El mocus está a la venta, sin problema alguno, en los principales mercados capitalinos, como La Merced y el de Sonora, sin discriminación y con una clientela creciente.
Su cotización va de 1 a 2 pesos y por eso es accesible a los menores de edad que, dado el aspecto inofensivo y atractivo del químico, lo adquieren en grandes cantidades.
Por lo tanto, la Secretaría de Salud tomó conocimiento de la circulación de esta peligrosa sustancia tóxica y, en coordinación con la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), estableció un operativo para desaparecer del mapa al Mocus y poner en alerta a la población infantil, especialmente a estudiantes de educación primaria y secundaria, a fin de que no lo adquieran, en previsión de daños mayores.
Anteayer, tres vendedores del producto químico fueron detenidos en flagrancia por agentes judiciales y justo, lamentan, cuando lo expendían a las puertas de diferentes centros de enseñanza primaria. Uno de estos casos fue detectado y frenado en la escuela Guadalupe Cisneros de Pérez Zavaleta, en la colonia Constitución de 1917, delegación Iztapalapa, sobre la calle de Antonio Norzagaray.
Los policías sorprendieron a Jorge Cruz Herrera cuando vendía el Mocus a 2 pesos la pieza. No le quedó otra al delincuente que confesar que sí sabía de la toxicidad del Moco de Niño Mono, y que lo adquiría en el mercado de Ampudia de La Merced, a peso la unidad.
Aún más, ilustró: en la delegación Iztapalapa es conocido como Moco de King Kong por los efectos que produce.
Parecía un caso aislado, pero investigadores aprehendieron a Gregorio Moscoso Piñón cuando vendía el Mocus a las puertas de la escuela primaria Plan de San Luis, situada en las calles de Benito Juárez y 5 de Mayo, en la colonia Los Reyes Coyoacán. Ahí su denominación es la de Moco de Niño Mono.
El expendedor detenido reveló que compraba el producto en el área de juguetes del mercado de San Ciprián, a 55 centavos cada uno. Sin embargo, pese a las evidencias de lo contrario, negó saber de los efectos perniciosos del químico en los menores, pero aceptó que tiene ``una gran demanda''.
Así siguieron las pesquisas, tras los rastros del mocus, hasta llegar a la entrada de un colegio localizado en la colonia Emiliano Zapata, entre las calles Tláhuac e Hidalgo, donde una menor vendía dulces y juguetes que encubrían la comercialización del tóxico.
Dijo ignorar el peligro que representa el producto y coincidió con los otros detenidos: lo adquiría en los mercados de San Ciprián y Sonora. La PGJDF y la Ssa confían en desarticular la distribución de este producto en el menor tiempo posible, antes de que se constituya en un problema de salud pública entre la población de las escuelas primarias de la capital.