Abajo del ring, los golpes más duros para las boxeadoras
Carlos Hernández/I Ť Aprobado ya el boxeo femenil en el Distrito Federal, las mujeres que decidan ponerse unos guantes enfrentarán un panorama incierto, de más golpes abajo que arriba del ring.
Ante la falta de un reglamento que las proteja, una ausencia casi total de estudios médicos y la apatía de las autoridades, a las púgiles mexicanas se les paga mal en su propio país, se les perjudica en el extranjero y están a expensas ``de vividores'' en un boxeo femenil que más que deporte se está convirtiendo en un negocio para muchos, pero no para las propias peleadoras.
Los sueldos para las damas son menores que los de los hombres, con el argumento de que la mitad del salario se destina a pagar exámenes médicos. Las mujeres que se inician en el boxeo ganan dos mil pesos por combate, pero les dicen que los otros mil se destinan a pagar sus mismos exámenes médicos para que les permitan pelear. El salario de un peleador debutante es de 2 mil pesos.
Al combatir en el extranjero, las púgiles mexicanas son llevadas a peleas desniveladas, ante rivales que las superan en peso, estatura y en experiencia.
El caso más reciente fue el de la boxeadora-taxista Susana Morales, quien el pasado 4 de abril enfrentó a la estadunidense Pamela Parker, a la que no le llegaba ni al hombro y que la superó por más de dos kilos. Antes, Elizabeth Sánchez había peleado el 28 de febrero en Sofinger, Suiza, donde enfrentó a la anfitriona Christina Nigg. Fue el debut de la mexicana ante una peleadora que la superaba por unos 15 centímetros de estatura, 3 kilos de peso y una experiencia de 9 batallas profesionales.
Además, las mexicanas practican esta actividad sin protector para el pecho y tan sólo se cubren con un top, una especie de camisa apretada. Sin embargo, son ellas mismas las que se cuidan mutuamente: ``Por instinto no nos pegamos en el pecho'', dice Susana.
Por otra parte, algunas de las peleadoras están firmando contratos de 5 años, mientras que para los hombres el tiempo máximo es por 3 años, ya que hacerlo por más tiempo se considera perjudicial para el boxeador.
Asimismo, las mujeres no cuentan con protección médica, ya que el convenio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el boxeo únicamente protege a los hombres.
Y estas lagunas así seguirán, ya que los integrantes de la Comisión de Box Profesional del Distrito Federal están a la espera de ser ratificadas para empezar a trabajar al respecto, mientras que Promoción Deportiva del Distrito Federal no tiene para cuando ratificar o nombrar nuevas autoridades boxísticas.
Así, las mujeres quedan enmedio
Sólo trofeos y diplomas
Laura Serrano y María de las Nieves García son las boxeadoras mexicanas que más han destacado, al ganar títulos mundiales de la Federación Internacional de Boxeo Femenil (WIBF), único organismo internacional que regula esta actividad en damas.
En su calidad de monarca del orbe, Laura ha ganado mil 500 dólares, 2 mil dólares y 5 mil dólares, menos los descuentos respectivos. Si bien las cantidades parecen atractivas, han sido sueldos anuales. Esto es: sólo ha peleado una vez al año.
Caso similar el de Nieves. Ella ha cobrado mil 900 pesos, 4 mil pesos y su mejor bolsa fue hace un año, con 4 mil dólares. Igual que Laura, Nieves sólo pelea una vez al año y se las ha tenido que ingeniar con el sueldo de cada combate para todo el año.
Susana Morales debutó en El Salvador por mil 200 dólares, que menos descuentos se convirtieron en 800 dólares. ``Mi promotor Raúl Cruz me dijo que yo era una afortunada, porque ni siquiera un peleador de 10 rounds gana 800 dólares ni menos debuta en una función ante 10 mil aficionados'', expresa Susana.
A Elizabeth Sánchez le fue mejor, ya que consiguió una bolsa de 2 mil dólares y aunque perdió la pelea, le ofrecieron regresar porque brindó una buena actuación.
Ellas han sido las que han cobrado salarios interesantes. El resto de las púgiles, que sólo han peleado en México, sus sueldos son de mil pesos por combate.
Dice Berenice Chávez: ``He peleado en Guadalajara y Acapulco y sólo me han dado mil pesos en cada contienda, menos 30 por ciento de nuestros managers. La verdad yo gano más en un puesto de mariscos que tengo en el centro. No estoy muy convencida de seguir en el boxeo, porque no hay buena lana. Creo que no nos convendría una profesión en la que sólo nos den menos de mil pesos cada cuatro meses''.
El resto de las boxeadoras apenas ha realizado algunos combates llamados de exhibición o amateurs, en los que como premio les han dado trofeos, diplomas o algún dinerito para sus gastos.
Amanda Osorio (19 años, con 8 meses en el boxeo) suma dos exhibiciones y dos peleas amateurs y le dieron reconocimientos: ``No sé cuál sea la situación laboral en el boxeo, pero en lo personal yo no pienso vivir de esto. Estoy aquí porque me gusta y no me importan los golpes, lo único que quiero es que no me peguen en la nariz''.
Yessica García (arete en la nariz, 18 años, estudiante de preparatoria e inglés) tiene también ocho meses en el pugilismo y ha efectuado tres peleas de exhibición y una amateur, en la que le dieron un trofeo. ``Yo estoy aquí porque es un deporte muy fuerte, muy emocionante, en el que desfogas energía y bajas de peso. No estoy por dinero, pero sí me gustaría saber cuánto nos van a pagar por pelea, quién va a manejar mi carrera y qué clase de apoyos voy a recibir''.
En tanto, Fabiola León y Andrea Benítez todavía no se plantean esos problemas. Fabiola, tía de Susana Morales, sólo lleva un combate en Cuajimalpa, mientras que Andrea, enfermera de profesión, incursionó en esta actividad hace una semana. Ellas dos, como la mayoría de las cerca de 25 mujeres que tienen los guantes puestos, sólo tienen ilusiones de destacar en esta dura disciplina.
Golpes iguales, sueldo igual
A diferencia de Amanda y Yessica, Susana Morales y Nieves García son madres solteras que han elegido el pugilismo como una forma de vida y les preocupa que en estos inicios del boxeo femenil en el Distrito Federal no se hable de protección para ellas y, por tanto, sus hijos.
Exige Susana: ``Así como las autoridades fueron tan de-li-ca-das en darnos el permiso para boxear, así de estrictos deben ser para elaborar un reglamento que nos proteja y que no nos dejen en manos de vividores''.
Y define: ``Creo que nuestro sueldo tiene que ser un poquito más que el de los hombres, porque nosotras vamos a llenar las arenas. Al principio van a ir a vernos aunque sea por morbo, novedad o simplemente para gritarnos `pinches viejas locas'. Escuché que nos iban a pagar menos que a los hombres, lo que no es justo''.
``Ahora que se aprobó el boxeo femenil no sabemos qué va a pasar. Creo que se deben reglamentar los pagos y los contratos, porque no se legalice, a las boxeadoras lo único que nos queda es aguantarnos con lo que nos hagan o mejor retirarnos'', expresa Nieves, quien está por finalizar un contrato de 5 años con el apoderado y promotor Raúl Cruz, pero apenas en 1997 firmó un convenio de 4 años con el promotor estadunidense Don King.
Los contratos han estipulado un mínimo de 4 peleas por año, pero Nieves sólo ha tenido una anual. ``La verdad no salen para mis gastos ni para los del bebé'', dice Nieves y añade: ``como madre soltera lo que más me preocupa es tener seguro médico para mí y para mi hijo''.
Nieves considera que ellas deberían ganar más que los varones, porque son pocas peleadoras y existe mucho morbo por verlas, pero se conforma conque los sueldos entre ambos sexos sean iguales. ``Que sea mediante contratos honestos, que no nos hagan pensar que por abajo del agua se está manejando más dinero del que nos están dando a nosotras'', observa.
Laura Serrano, abogada de profesión, habla en el mismo sentido. ``Los sueldos son ínfimos, lo que es injusto porque realizamos el mismo entrenamiento que los varones y si estamos hablando de igualdad nos deberían pagar igual''.
Contratos eternos
Al ser las dos campeonas mundiales mexicanas, Laura y Nieves tienen contrato con Raúl Cruz, representante en el país de la WIBF, y también con Don King.
Se trata de convenios que no son supervisados por alguna autoridad y dependen exclusivamente del trato personal entre apoderado y boxeadora.
Aunque ha tenido poca actividad, Laura dice estar satisfecha con trabajar para Don King, mientras que Nieves no encuentra respuesta al por qué no se cumple su contrato y no sabe a quién recurrir para que se respete.
Por su parte, Susana está contenta con el contrato de 5 años que firmó con Raúl Cruz, una semana antes de su pelea en El Salvador. ``Estoy conforme porque me asegura un mínimo de 4 peleas por año y 3 cuando ya sea campeona mundial. Las cantidades que voy a ganar no se manejan, sólo se establece que me descontarán 30 por ciento de mi sueldo cuando pelee en México y 33 cuando sea en el extranjero''.
Y sólo en este aspecto de los descuentos, es donde las mujeres sí están en igualdad de condiciones que sus compañeros de profesión.