Conmoción en el mundo por el deceso
Agencias Ť El mundo entero recibió con dolor y consternación el fallecimiento del premio Nobel de Literatura Octavio Paz. Figura polémica hasta el fin de sus días, las reacciones sobre su pensamiento político fueron encontradas, no así en lo que se refiere a su periplo en las letras, donde la coincidencia de su importancia, vitalidad y fuerza fue subrayada por escritores e intelectuales. He aquí sus opiniones.
Despliegue en Europa
En Madrid, muchas voces se sumaron al duelo por la muerte del escritor mexicano, quien deja ``una gran tristeza en el mundo de las letras y un espacio muy difícil de llenar''.
Camilo José Cela, escritor y Nobel de Literatura: fue uno de los puntales de la literatura en lengua española y uno de los grandes escritores que ha producido México. Era un escritor muy completo, un alto poeta y un ensayista de primera línea que deja un vacío que no va a ser fácil de llenar y cuya muerte lamentan todos quienes lo hemos leído o lo hemos conocido.
Mario Vargas Llosa, escritor peruano, naturalizado español: fue un amigo generoso conmigo, por lo que su muerte me apena como pérdida personal. Hay muchas razones para leer a Paz, una de ellas, por la belleza de sus palabras, su poesía siempre original y la prosa de nuestra lengua, en la que fue uno de los grandes maestros. También, hay que leerlo por razones morales y políticas. Fue un pensador que defendió la libertad y la cultura democrática; un analista excepcional del tema político sobre el que dio siempre argumentos muy lúcidos y en el que críticó sin tregua todas las censuras, totalitarismo y autoritarismos. En los últimos años, han ocurrido transformaciones profundas en los campos social, político e histórico que han hecho trizas las antiguas certidumbres. Paz fue uno de los intelectuales que más lúcidamente se enfrentó a esta profunda revolución de la vida política, así como de la cultura de nuestro tiempo.
Fernando Savater, filósofo: la literatura hispana ha perdido uno de sus puntales, tanto desde el punto de visto teórico como estético. Visité a Paz en México, hace apenas unos días, probablemente fui una de las últimas personas que tuvo el honor de hablar con él. Le llamé y Marie Paz me preparó una pequeña entrevista con él, porque ya desgraciadamente no podía hacer mucha vida social. Tenía el deseo de despedirme de él, porque ha sido uno de los grandes protagonistas de nuestro siglo. He perdido no sólo a un maestro, sino a un amigo.
Jorge Semprún, escritor y ex ministro de Cultura de España: fue un hombre lúcido y comprometido a la vez. Ya no será lo mismo leer sus versos sabiendo que no esta vivo y que ya nunca responderá al teléfono. Vivió todas las aventuras de este siglo con una gran lucidez y con capacidad de distanciamiento y de crítica. Algunos de sus ensayos son cruciales en el pensamiento contemporáneo.
Guillermo Cabrera Infante, escritor, premio Cervantes de literatura: fue, junto con Alfonso Reyes, el gran pensador mexicano de este siglo, además de un activo defensor de la democracia, en un siglo en que muchos escritores se dejaron seducir por el estalinismo o el fascismo. Supo transmutar el conocimiento en sabiduría. Era un intelectual de primera fila que me asombraba por su serenidad y por la certeza de sus juicios. Es de esas personas que siempre es deseable que hubiera tenido más tiempo del que les ha tocado vivir.
Francisco Nieva, escritor y dramaturgo: es la pérdida de alguien que fue como un hermano mayor. Convivimos muchos años en París y Venecia, le recuerdo como alguien brillante. En aquellos años de juventud me reveló cosas sobre España que ni mis profesores habían hecho. Hemos perdido a un genio que lo tocaba todo: poesía, ensayo, novela, un hombre que sentía la vida a su alrededor y sabía mucho del pasado, haciéndonos partícipes a los demás de su propia existencia.
Ana María Matute, escritora: cuando muere un gran poeta como Octavio Paz, siempre queda su obra, pero en este caso, es una lástima no poder contar con su voz. Era un gran conversador y una persona con una capacidad de transmitir, que encandilaba a todos.
Gonzalo Torrente Ballester, escritor: sólo con el tiempo se comprenderá la pérdida de Octavio Paz.
Francia: su poesía, esperanza de mantener lo efímero
En París, el diario Le monde le dedicó una plana completa a la muerte del autor de El arco y la lira, cuya obra fue traducida al francés por intelectuales tan prestigiosos como Benjamin Péret, Roger Callois, André Pieyre de Mandiarques y Jean-Marie de Saint-Lu.
Héctor Biancontti, periodista y escritor, en su artículo-homenaje en el vespertino parisino: quienes lo conocían en Francia agradecían que viniese con frecuencia a París ya que, en medio de la banalidad reinante, llevaba siempre a su interlocutor a las cosas esenciales. Octavio Paz ha muerto y el mundo se ha empobrecido aún más, pero recordamos la opinión del escritor francés Claude Roy sobre él: ``es como si Nerval y Hlderlin escribieran también libros dignos de Locqueville o de Marx''. Y, pensamos en esa frase de Henri Heine que tanto le gustaba y que nos repitió durante nuestros últimos encuentros: ``cuando mueren las palabras comienza la música''.
Paz ha muerto, pero su poesía conserva la esperanza de mantener lo efímero. En Moscú, donde más de 300 de su poemas fueron traducidos al ruso y presentados en Antología de la poesía mexicana, además de su obra épica La hija de Rapuchini, también se lamentó su deceso:
Pavel Grushov, poeta y traductor: Paz fue la conciencia del siglo XX, una de las mentalidades más agudas y sinceras que luchó contra el oprobio, defendió la justicia y atacó el totalitarismo. Me siento abandonado, porque Paz fue uno de los hombres que protegían el pensamiento de la humanidad. Cuando lo conocí quedé impresionado hasta las lágrimas por su amor profundo hacia Rusia y los grandes conocimientos que tenía de su literatura y su arte. Tuve el honor el traducir su obra y de estar una ocasión en su casa. Siento la pérdida de este gran hombre que fue un hijo excelente de su patria.
América Latina: polémica de su pensamiento político
En Cuba, los escritores de la isla lamentaron la muerte del autor de Piedra de sol pero recordaron su ``falta de comprensión'' hacia la situación política de su país:
Senel Paz, escritor: las letras panamericanas están de luto. Recibimos con dolor esa noticia pues es un escritor al que apreciamos mucho. Es uno de los grandes de la literatura. No dejó de querer ni interesarse por lo cubano, aunque siento que en cuanto a nuestra situación, no nos supo comprender suficientemente. Hubiera preferido que, a ese respecto, hubiera sido de otra manera.
Roberto Fernández Retamar, poeta: me apena mucho su muerte aunque la esperaba, pues sabía de su enfermedad. Fue un enorme poeta y ensayista con quien nos unía una amistad que empezó a fraguarse en 1960, en París, donde coincidieron nuestros trabajos, de modo que también pierdo a un amigo.
Cintio Vitier, escritor: lo conocí en 1949 y a partir de entonces tuvimos una gran amistad. Sostuvimos un epistolario extenso. Su error, quizá, sobre Cuba, fue incluirnos esquemáticamente dentro de los regímenes comunistas, sin tener en cuenta la especificidad de la historia cubana que no tenía nada que ver con el bloque europeo. Era una gran pensador y su obra nunca fue proscrita en la isla.
Leonardo Padura, escritor: es sin duda uno de los grandes escritores de nuestra lengua, pero mantenía una actitud excesivamente elitista hacia la literatura, lo que lo hacía un escritor un poco distante. Su choque con Cuba empezó con malos entendidos. Tuvo falta de comprensión y, sin comunicación, la distancia se fue haciendo mayor, y terminó siendo prácticamente insalvable. En cualquier caso, se definió siempre como un hombre de derechas, como un pensador y un hombre políticamente conservador.
Pablo Armando Fernández, escritor: deja un caudal sano de vida, arco y lira que nos ha acompañado todos estos años. En su conversación no sabía de sus contradicciones, las hacía mucho más explícitas y eso lo humanizaba. Donde quiera que se detenga en sus viajes, siempre nos acompañará su voz.
Anton Arrufat, poeta y ensayista: sus irradiantes ensayos fueron para mí una experiencia intelectual y emotiva. Nunca tuve trato personal con él aunque fui aludido con disgusto por parte suya, en varias ocasiones, por el hecho de permanecer en la isla. Evitó que se me diera en España el premio de Poesía Loewe, del que fue presidente del jurado y retiró silenciosamente mi prólogo al No, de Virgilio Piñera, publicado en su editorial Vuelta. Eso no quita que lo reconozca como uno de los pocos escritores de América Latina que ha sabido ``ver'' sus temas a tanta altura y profundidad como lo hizo en sus textos magistrales. Admiró a Lezama Lima. No nos fue ajeno como nosotros no lo fuimos para él. México pierde a uno de sus grandes hombres y América Latina a una de sus grandes voces.
Pesar en Nicaragua, Ecuador, Perú Argentina y Chile
Augusto Roa Bastos, escritor paraguayo: lamento profundamente su muerte porque siempre he admirado a los grandes que nos dan orientación y apoyo a los que hacemos obra literaria en Latinoamérica. Paz fue uno de esos grandes.
Fernando de Szyszlo, pintor peruano: fue un raro beneficio haber conocido a Paz. No hace mucho lo fui a visitar porque sabía cuán enfermo y cuán cerca de la muerte estaba, consciente de que vivía sus últimos días. Me inspiré en su poema Piedra de sol para elaborar una serie de pinturas que llevaban ese título. Una de ellas, la tenía Paz, pero desgraciadamente se perdió en el incendio de su casa que fue, quizá, el inicio de su enfermedad y su muerte.
Sergio Ramírez, escritor nicaragüense: no hay duda que su muerte representa una gran pérdida para la cultura en lengua castellana en las dos orillas, tanto en España como en América Latina. Hizo aportes de gran trascendencia en la transformación de la lengua castellana y era un hombre de ideas políticas muy sólidas. Después de su renuncia como embajador de México en la India, en 1968, consolidó su posición política ganándose el respeto de la sociedad mexicana. Su obra es lo que continuará viviendo y eso es lo grande de la literatura.
Julio Ortega, escritor peruano: su gran aporte es su pasión por la actualidad; su gran herencia serán su obras, sin embargo éstas cambian con los lectores o los tiempos y no se sabe si la poesía, el ensayo, el pensamiento o la crítica, será más valiosa en el futuro. Su ejemplo es apasionante: es un intelectual que se dedicó al presente con toda su energía creativa y que polemizó con todos demandándonos su atención con su crítica, su lucidez y su entrega.
Winston Orillo, poeta peruano: era evidentemente una de las voces más altas de América Latina, un hombre muy metido en lo mexicano, pero además muy proyectado al mundo. Militante en las causas de la cultura y defensa de los derechos humanos. Estaba permanentemente en contacto con lo nuevo, una voz afincada en el fenómeno de la visión zahori del poeta, que significa la visión de estar atento siempre a lo que viene, siempre al futuro.
Gustavo Faverón, escritor peruano: lo que se está perdiendo es a un opinador constante, uno de los pocos escritores con capacidad de hacer que la gente se exprese a partir de sus propias opiniones.
Abdón Ubidia, escritor ecuatoriano: sería insólito decir que Paz no es uno de los grandes escritores latinoamericanos, su obra de poeta, ensayista y estudioso de las culturas perdurará. Era un hombre universal. Muchas veces no comulgamos con sus ideas políticas ni con su respaldo al Partido Revolucionario Institucional ni con su posición de intelectual oficial, como fue en ciertos momentos.
Gonzalo Rojas, escritor chileno: hablé con él una sola vez, cuando me llamó para anunciarme que había ganado el Premio de Poesía y Ensayo que por primera vez entrega la fundación que lleva su nombre. Me llamó en medio de sus dolores y tormentos y me dijo que éste era mi premio. Lamento que ya no estará para que lo reciba de sus manos. Era el mejor de los pensadores, el más libre y estricto de América.
Antonio dal Massetto, escritor argentino: No sólo fue uno de los grandes poetas de América Latina, junto con Pablo Neruda, sino también uno de los primeros que nos alimentó la imaginación. Los dos despertaron en toda una generación el deseo de imitarlos y de escribir poesía como ellos.
Rodolfo Rabanal, escritor argentino: Ha sido uno de los pensamientos más claros de América Latina y del mundo hispano en una época en la que el pensamiento de habla hispana declina. Fue uno de los grandes "artesanos" de la lengua española. Lo prefiero como pensador antes que como poeta. Lo cierto es que hubo cambios ideológicos en su vida, pero eso es lógico en un hombre que ha vivido tanto.
Graciela Moreno dramaturga costarricense: Poquisimas personas pueden igualarsele en su pensamiento, sólo Jorge Luis Borges. Era un hombre impredecible que recordaré eternamente, pueso siendo el representante diplomático de México en la India en 1968, tuvo el valor de renunciar a su cargo como protesta por la persecución y el asesinato de estudiantes en Tlatelolco.
Laureano Albán, poeta costarricense: Casi todos los poetas que he leído posteriores a Paz, han caido en la mediocridad, por parecerse a la prosa de moda, perdiendo así toda la fuerza expresiva. El mantuvo siempre preclaro su pensamiento y su palabra.
Luis Melgar Brisuela, escritor salvadoreño: Hizo una obra monumental que ha contribuido a juntar todas las corrientes culturales, históricas y artísticas, a través de sus ensayos. Sirvió de nexo cultural entre los valores americanos y del mundo y, penetró hondo en las raíces de los mexicanos con su obra maestra, El laberinto de la soledad.
Juan Manuel Villalobos, especial para La Jornada, Madrid, 20 de abril Ť Escritores españoles expresaron a La Jornada su pesar por la muerte del escritor mexicano Octavio Paz, tras definirlo como uno de los poetas más trascendentales en lengua castellana.
El escritor Manuel Vázquez Montalbán, uno de los intelectuales españoles más importantes, resaltó que Octavio Paz fue no sólo uno de los mejores poetas, sino también uno de los mejores críticos culturales que han existido.
``Paz fue uno de los mejores críticos culturales en el sentido del crítico que se convierte en creativo de las letras que va más allá de la opinión y la crítica simple'', señaló Vázquez Montalbán. Agregó que Paz hizo de esa opinión un nuevo género desprendido de la obra criticada.
El escritor catalán cuestionó, sin embargo, el aura sectaria con la que se desenvolvió siempre el poeta mexicano: ``pese a que es un rasgo difícil de encontrar en un liberal, Paz era un soberbio ideológico que tuvo muchos aduladores'', dijo.
Por su parte Ana María Matute, única mujer miembro de la Real Academia de la Lengua Española, manifestó su pesar por la muerte del Nobel mexicano y rememoró un momento en el que coincidió con Paz en Francia.
``Tuve la suerte de conocerlo en Niza, siendo ambos jurados de un premio literario y me encontré con una persona maravillosa y con un don de palabra único'', dijo Matute.
Por su parte, en una intervención radiofónica, el filósofo Fernando Savater evocó en un verso de Octavio Paz en el cual el poeta mexicano deseó morir como el Quijote, con los ojos abiertos, ``así murió él'', dijo Savater.
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 20 de abril Ť La sorpresa se da con tristeza palpable: la muerte de Octavio Paz es la pérdida de una de las principales figuras de la literatura mundial, dicen la escritora Susan Sontag y los poetas Mark Strand y Rita Dove.
``Fue un escritor ejemplar, alguien que hacía todo bien, un hombre de conciencia... un escritor completo'' al que se desea leer varias veces, dijo Sontag.
Mark Strand, un ``poeta laureado'' de Estados Unidos (considerado durante un periodo el poeta de la nación) que mantuvo amistad con Paz, señaló que ``no fue sólo un gran poeta, sino una de las personas más amables y completas que jamás he conocido... Fue una de las pocas personas que se puede decir ayudó a definir la cultura del siglo XX''.
Para Rita Dove, también ``poeta laureada'' de Estados Unidos, Paz no sólo fue un gran poeta sino un poeta grande. Dijo que ``la insistencia de Paz de que el lenguaje es un tipo de música hablada, ha sido parte de su profunda influencia sobre la poesía contemporánea estadunidense. La forma en que suenan las palabras al surgir, es igual de importante que lo que significan''.
Sontag y Strand, entrevistados por separado, caracterizaron a Paz como ``generoso'', tanto en lo individual como en su labor de escritor. Indicaron que su curiosidad y apoyo al trabajo de otros fue una característica excepcional del poeta.
Para su público internacional, señalaron, Paz definió la imagen de México. ``No sólo explicó México a los estadunidenses, sino que ayudó a explicar Estados Unidos a los estadunidenses'', manifestó Strand.
``El Laberinto de la soledad fue un libro que definió qué era México para un par de generaciones'', afirmó Sontag. Ambos insistieron en que logró más que eso, además de su lugar como figura mexicana, ``perteneció a la cultura mundial del siglo XX'', comentó Strand.
Para Sontag, el papel de Paz como figura pública y política también fue importante -``todos recuerdan su posición en 1968''- dentro y fuera de México.
La escritora indicó que las posiciones polémicas más recientes de Paz y los conflictos intelectuales en México en torno a él, aunque claves para los debates locales, no se registran a nivel internacional, y por tanto es identificado como una figura más generosa, ``y así será recordado''. Sontag cree que con el tiempo igual ocurrirá en México. Es muy difícil, expuso, que la sociedad local se desconecte de la presencia en los asuntos internos de una persona como Paz, pero es una figura ``tan grande y tan cercana'' en México que la polémica sobre él tampoco se desvanecerá pronto. Es al mismo tiempo muy mexicano y una figura de la literatura mundial, consideró.
Sontag destacó que ``fue muy influyente como ensayista, y tal vez este trabajo es el que se ha leído más ampliamente en el exterior''.
Para Strand, fue ``un hombre internacional de letras'' que siempre trabajaba a su máxima capacidad, ``siempre brillante'', y lo calificó como ``el mejor estadista imaginable para el mundo de la literatura''.
Dove señaló que ``el trabajo de Paz ha sido clave para permitir que los poetas americanos abracen lo inconsciente, el ensueño, lo inefable en momentos grandes''.
``En vez de estar tan enredados en los detalles ordinarios, en el tipo de frivolización nacional al que tan frecuentemente entramos, él (Paz) entra en algo más allá de las palabras, algo más profundo que todo eso, y si hay alguien que abría las puertas a lo de más allá fue Paz, y es ahí donde todos queremos ir'', comentó.
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 20 de abril Ť La noticia de la muerte del escritor Octavio Paz conmovió la 24 Feria del Libro de esta capital. Esta noche, entre los miles de visitantes hubo casi un tácito transitar hasta los puestos donde se exponen los libros mexicanos. Programas de radio y televisión comentaron esta noticia que para muchos ``puso una sombra'' en esta fiesta del libro, cuyo tema son los valores de la humanidad.
``Se ha perdido un gran escritor'', dijo Ernesto Sábato, su amigo, al igual que toda una generación de escritores argentinos con quienes Paz mantuvo una relación muy intensa durante mucho tiempo. Amistades profundas no exentas de polémica.
Para el escritor uruguayo Mario Benedetti, que se encuentra en Buenos Aires, la muerte de Paz lo lleva a considerar varios aspectos: ``Se trata sin duda de uno de los escritores más importantes de México. Más allá del poeta está también su obra crítica. Recuerdo sus estudios sobre el escritor portugués Fernando Pessoa, difundidos cuando no se le conocía en América Latina. También su trabajo sobre Rubén Darío. Es un poeta muy importante y para mí uno de los puntos más importantes de su obra es Piedra de Sol'', dijo Benedetti. Aunque aclaró que admira o está más cercano a la poesía de José Emilio Pacheco o Jaime Sabines, ``reconozco la importancia y fuerza de la obra de Paz''. Recordó que fue un escritor que despertó muchas polémicas entre los defensores de su obra y su actitud política y quienes lo enfrentaron.
Al preguntarle sobre las irradiaciones de Paz en el mundo literario de su país, Benedetti señaló que ``tuvo influencia tanto por su poesía como por su personalidad, muy invasora en su poesía, que marcó a poetas jóvenes, muchos de los cuales dependían de su aval'' para entrar en el mundo de las letras mexicanas.
Grupos de poetas hacían esta tarde preparativos para homenajear al escritor mexicano. En general, los comentarios señalaban un gran reconocimiento al escritor tanto por su obra, que trascendió los límites de su México natal, como por los destellos de las polémicas que el escritor desataba y que hoy estaban aquí, confirmando esa presencia insoslayable que funde vida y muerte y rompe otros límites.
Notimex, Washington, 20 de abril Ť Como un homenaje póstumo a Octavio Paz, la Universidad de Harvard editará la biografía intelectual del Nobel de Literatura --cuyo ``legado moral'' es de uno de los personajes más influyentes del siglo--, anunció su autor, Enrico Mario Santi.
El especialista en la obra de Paz dijo que el deceso del poeta representa una ``noche triste'' para las letras latinoamericanas, pues ``no sólo era un sabio, un poeta, un intelectual y un ensayista, sino un hombre con una capacidad de influir''.
La biografía será publicada en inglés y el Fondo de Cultura Económica se hará cargo de la versión en español.
La muerte del prestigiado escritor sorprendió a estudiosos de literatura latinoamericana en universidades de Estados Unidos. Consuelo Hernández, de la American University, dijo que la noticia ``me deja atónita, pues Paz es una figura de visiones deslumbrantes, geniales''. Consideró que el Nobel mexicano será recordado como un ``visionario'' no sólo en poesía o ensayo literario, sino en lo ``más controvertido de su obra, el ensayo político''.