Las autoridades dicen que el lago de Chapala está en franca recuperación, pero la realidad es otra. En las últimas semanas se han secado más de mil hectáreas de dicho cuerpo de agua por no recibir los volúmenes suficientes de líquido provenientes de la cuenca Lerma-Chapala y, en cambio, extraerse en demasía para dotar de agua a Guadalajara. El lago ha perdido ya más de 22 mil hectáreas de su superficie original.
José Briseño, presidente de Ecología del comité estatal del PRI, propuso una acción concertada de cinco municipios ribereños a fin de evitar que, por la falta de voluntad política y económica que hoy impera, el lago desaparezca en unos cuantos años. También dijo que el acuerdo firmado por varios gobiernos estatales para sanear y rescatar la cuenca ha sido inútil y el cauce sigue muriendo debido a los desechos que arrojan a ella tanto las industrias como las poblaciones.
-- Al igual que ocurre en Ixtapa y Zihuatanejo, en otras ciudades turísticas se racionó significativamente el agua destinada a los lugareños, con el propósito de favorecer a hoteles y condominios. El mismo fenómeno se observó en el corredor Cancún-Tulum, donde el crecimiento de población, de hoteles y servicios afines ha sido explosivo y es mayor la demanda que la oferta de líquido. En el futuro las cosas se agravarán pues no existe una política integral que garantice el crecimiento equilibrado de esta y otras zonas con vocación turística.
-- A Tabasco se le identifica por su abundancia de agua. Sin embargo, allí las condiciones climáticas también se dejan sentir. La falta de lluvias y las altas temperaturas están afectando los cultivos. Algunas estimaciones oficiales hablan de que está en peligro la cosecha de cerca de 25 mil hectáreas (la mitad de las sembradas). Se calcula que la producción de limón disminuirá 30 por ciento, causando la pérdida de varios millones de dólares. Además, se registra un descenso en los embalses de las presas Malpaso y Peñitas, lo que ocasionará la reducción del suministro de energía a varios estados del país. Como continuará la sequía, el problema será más grave por la baja del caudal de los ríos de la región, especialmente del Grijalva.
-- Más de 15 mil cabezas de bovinos han muerto en la Comarca Lagunera por la grave sequía. Aunque los ganaderos entienden el efecto negativo de la
caída del precio del petróleo, ``los animales no saben de esta situación'', sostuvo el dirigente Gustavo Bredée, por lo que pidió el apoyo oficial para enfrentar la emergencia y los problemas futuros pues no hay visos de que haya agua suficiente y la temperatura aumenta cada día. También la sequía incide en la población lagunera: en Ciudad Lerdo, 20 ejidos tienen tal carencia de agua potable que se la tienen que llevar en pipas a fin de evitar problemas de salud.
-- Cada segundo, en Ciudad Victoria se pierden 100 litros de agua por mal estado de las tuberías. Aunque comparado con otras ciudades es un porcentaje bajo, el problema se agudiza por la disminución del caudal que surte a la capital tamaulipeca. Mientras, las siete presas que existen en la entidad cada vez tienen menos agua y no se prevén lluvias en abril y mayo. Ello obliga a destinar el líquido de las presas a las ciudades fronterizas, sacrificando el auxilio que se daba a la agricultura.
- Debido a la sequía más severa registrada en la región limítrofe de Campeche y Quintana Roo, existe un grave problema de agua potable en las comunidades rurales. El abatimiento del manto freático es general. Para evitar la presencia de enfermedades diarreicas, por medio de pipas se lleva agua, no siempre potable, a 30 poblaciones. En el sur de Campeche, 45 comunidades indígenas carecen de agua y la situación también es delicada para la ganadería.
-- Porque las reservas de agua están ``semiagotadas'' y no lloverá pronto, en San Luis Potosí se puso en marcha el racionamiento del vital líquido, especialmente en colonias populares. Enrique Alvarado, responsable del organismo de agua potable y alcantarillado de la capital potosina, previno que, bajo metódico racionamiento, cuando mucho hay agua para 60 días más. Peor es el informe de las autoridades de salud: en el estado han muerto ya 22 personas por las altas temperaturas en la entidad; además hay 25 mil enfermos de diarrea y 4 mil personas afectadas por amibiasis.
Por espacio, no incluimos cientos de ejemplos más del daño que está ocasionando en México la sequía y las altas temperaturas. Aunque lo peor está por venir, no hay por qué preocuparse: el secretario de Agricultura Romárico Arroyo dijo que ``no hay razones para pensar que habrá un desastre agropecuario y una escasez de alimentos que generalice un incremento de precios en el sector''.