Usa la PGR casas en custodia como cárceles privadas, acusan abogados
Gustavo Castillo /I Ť La Procuraduría General de la República (PGR) ha convertido hoteles en casas de seguridad y residencias bajo su resguardo en cárceles privadas, afirmaron abogados litigantes de procesados como el ex banquero Jorge Lankenau Rocha, el ex procurador de Morelos, Carlos Peredo Merlo, y el presunto narcotraficante Adán Amezcua Contreras.
Los hoteles Edison y Casa Blanca, así como tres residencias propiedad de Amado Carrillo localizadas en el Distrito Federal, sirven para albergar a presuntos delincuentes sometidos a arraigo.
Custodiados de manera permanente por la Policía Judicial Federal, los inmuebles guardan a los indiciados hasta en tanto se les fincan responsabilidades antes de ser presentados ante un juez e iniciarles un proceso penal o ser liberados, lo que según los litigantes viola garantías constitucionales, pues son sitios donde se encarcela sin que exista juicio de por medio ni sentencia, señaló Juan Rivero Legarreta, defensor de Pablo Madero O'Brien.
El sitio del arraigo comprende el domicilio del inculpado, en donde éste permanece bajo vigilancia policiaca luego de que un juez conceda dicha medida legal y no podrá extenderse más allá de 90 días.
El presunto delincuente no necesariamente debe estar sujeto a un proceso penal para ser arraigado. Sólo se requiere la orden de un juez, luego de que la procuraduría de que se trate acredite que investiga al indiciado y se tema que pueda escapar a la acción de la justicia o que ``su seguridad esté en riesgo''.
Sin embargo, el arraigo, comprendido en la Ley contra la Delincuencia Organizada, ha sido parteaguas para que dichos inmuebles sean utilizados como casas de seguridad o cárceles privadas, ya que en ellas se obtienen declaraciones ministeriales fuera de la ley, se intimida, se tortura psicológicamente y se presiona a los indiciados, afirmó Everardo Rojas Contreras, abogado de Adán Amezcua.
El jurista Raúl Carrancá dijo que la utilización de casas y hoteles para mantener arraigados ``sólo sería entendible si la PGR no tuviera instalaciones adecuadas, ya que esa medida se presta para pensar en intimidaciones''.
Por su parte el subprocurador A de Procedimientos Penales de la PGR, Everardo Moreno Cruz, y Mariano Herrán Salvatti titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud (FEADS), niegan lo dicho por los litigantes y afirman que el uso de hoteles y residencias se debe a que ahí se custodia de manera segura a los presuntos delincuentes.
Sostienen que de ninguna manera se violan garantías constitucionales y que los arraigos en dichos inmuebles obedecen a que jueces federales aprobaron tal medida, ya que en situaciones como la de Adán Amezcua Contreras, éste no cuenta con domicilio alguno en el Distrito Federal.
Los hoteles Casa Blanca y Edison los usa desde 1996 la PGR para arraigar a personajes involucrados en el narcotráfico como Manuel Bitar Taffich; el centroamericano Salvador Lozano Ruiz y los agentes de la PGR involucrados en la transportación de droga de Chiapas al Distrito Federal en un avión de la dependencia.
En dos residencias bajo custodia de la PGR, y que eran propiedad de Amado Carrillo Fuentes, han estado detenidos personajes como Adán Amezcua Contreras, presunto miembro del cártel de Colima; Carlos Peredo Merlo, ex procurador de Morelos, y Jesús Miyazawa Alvarez, ex director de la Policía Judicial morelense.
Hotel Edison
Localizado en José María Iglesias y Edison, en la colonia Tabacalera, posee una ubicación estratégica para la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud.
El edificio del hotel colinda con el de la dependencia y ello facilita el desplazamiento de agentes para custodiar a los arraigados, la fácil presencia del Ministerio Público a la hora de tomar las declaraciones y el traslado de los inculpados al interior de la FEADS.
En este lugar, además de arraigar a diversos personajes, también han sucedido fugas. Uno de los casos más sonados fue el del narcotraficante Salvador Lozano Ruiz, en septiembre de 1997. Para escapar utilizó las sábanas de su habitación y se descolgó por una ventana.
Con su fuga, Manuel Bitar Taffich, considerado el cerebro financiero del cártel de Juárez, fue conducido junto con otro grupo de arraigados a una que era casa de Amado Carrillo.
Las habitaciones mayormente contratadas por la PGR fueron las número 306, 307 y 309. Además de cubrir el costo de las estancias, la PGR gastó en la alimentación diaria de los indiciados más de 120 pesos y, según dijo en septiembre de 1997 Carlos Alvarez, encargado del hotel, ahí se tenía arraigados hasta más de 30 días.
El Casa Blanca
Ubicado en la calle de Lafragua, colonia Tabacalera, y a menos de 500 metros de la FEADS, según reconoció el propio Mariano Herrán Salvatti, ahí se alquiló una habitación para Jorge Lankenau Rocha, misma que jamás fue utilizada. Fuentes de la PGR aseguraron que ese no fue el único caso en que un arraigado fue conducido a dicho hotel.