La Jornada 16 de abril de 1998

Los acribillados en Escuintla, señalados como asaltantes de autobuses

Hugo Pacheco y Rodolfo Villaba, corresponsales Ť Pobladores de la comunidad de Acalco, en el municipio de Chilapa de Alvarez, Guerrero, ahorcaron al campesino Marcos García Rodríguez, tras acusarlo de robo, violaciones y abigeo. La ejecución se realizó luego de que la población realizó una asamblea en la que decidió hacerse justicia. ``Estamos cansados de que la policía del estado deje libres a los delincuentes'', dijeron.

Por su parte el secretario general de Gobierno, Humberto Salgado Gómez, informó de la detención de 10 policías comunitarios que participaron en los hechos, a quienes se les integrará averiguación previa. Explicó que ``no se vale que la población se quiera hacer justicia por su propia mano, porque para eso existen las instancias legales''.

A su vez, las autoridades municipales de la comunidad indígena de Acalco informaron que al campesino Marcos García fue detenido cuando robaba un cerdo y un burro, y lo encerraron en la cárcel local.

En seguida lo torturaron para interrogarlo sobre el paradero de sus cómplices y lo presentaron ante la comunidad, una vez que confesó su participación en asaltos, violaciones y robo de ganado, junto con cinco personas más.

En asamblea realizada en la comisaría decidieron ahorcarlo. Luego, se dieron a la tarea de buscar al resto de los cómplices, logrando capturarlos.

El comisario municipal de Acalco, Anastasio Castañeda Ramírez y un grupo de campesinos expresaron que decidieron matar a Marcos García ``para que sirva de ejemplo a los malhechores que mantienen asolada la región''.

Dos asaltantes ajusticiados.

En Escuintla, Chiapas, dos supuestos asaltantes de autobuses de pasajeros fueron ``ajusticiados'' por personas desconocidas, quienes dejaron los cuerpos con pasamontañas y armas que portaban, en la carretera que une a los municipios de Escuintla-Mapastepec.

La Procuraduría de Justicia del Estado y la Policía Federal de Caminos (PFC), informaron que los dos cadáveres -aún sin identificar- tenían heridas de bala. Junto a los ``ajusticiados'' estaba una pistola con seis cartuchos útiles y un machete, lo que hace suponer que pertenecían a alguna de las múltiples bandas de asaltantes que operan en esta zona.